lunes, 2 de marzo de 2020

El coronavirus provocará un frenazo en la economía mundial, según la OCDE

PARÍS.- El brote de coronavirus está sumiendo a la economía mundial en su peor desaceleración desde la crisis financiera mundial, advirtió el lunes la Organización para la Cooperación y Desarrollo (OCDE), instando a los Gobiernos y los bancos centrales a luchar para evitar una caída aún más pronunciada.

Se prevé que la economía mundial crezca sólo un 2,4% este año, el crecimiento más bajo desde 2009 y por debajo de una previsión del 2,9% en noviembre, según dijo la OCDE en una actualización de sus perspectivas.
El organismo con sede en París prevé que la economía mundial podría recuperarse hasta un crecimiento del 3,3% en 2021, suponiendo que la epidemia alcanzara un pico en China en el primer trimestre de este año y los otros brotes resultaran ser leves y contenidos.
No obstante, si el virus se extiende por Asia, Europa y América del Norte, el crecimiento global podría caer hasta el 1,5% este año, advirtió la OCDE.
En términos de escenario base, la OCDE indicó que China se llevaría la peor parte de la paralización económica, al proyectar un avance de apenas 2,9% en el 2020, por debajo de su estimación de un crecimiento de 5,7% emitida en noviembre.
La segunda mayor economía del mundo podría experimentar un repunte del crecimiento del PIB en 2021, hasta el 6,4%, cercano al nivel registrado antes de que el brote de coronavirus estancara sus principales industrias.
El primer gran organismo en pronunciarse ha sido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que asegura que la epidemia desatada por el Covid-19 frenará significativamente la economía mundial este año, hasta el punto de rebajar las previsiones de crecimiento global desde el 2,9% hasta el 2,4%.
La OCDE basa sus previsiones en la "hipótesis de que el pico endémico llegará a China en el primer trimestre 2020 y que en otros países la epidemia será más moderada y circunscrita". Es decir, que ese sería el mejor de los escenarios teniendo en cuenta la situación actual; en el peor de los casos, esto es, si la epidemia se prolonga en el tiempo y en la geografía, el crecimiento previsto para la economía global se reduciría a la mitad, hasta el 1,5%, y la Eurozona y Japón podrían entrar en recesión este mismo año.
Volviendo al escenario menos negativo. China sería la más perjudicada con una rebaja del 0,8% en sus previsiones de crecimiento para 2020, hasta el 4,9%, mientras que Estados Unidos resistiría mejor, con una previsión de crecimiento del 1,9% del Producto Interior Bruto.
En el caso de Europa, la OCDE prevé que el crecimiento de la zona euro bajará en 0,3 puntos porcentuales, hasta 0,8%, mientras que Italia, el principal foco del coronavirus en la región, perderá un 0,4% y tendrá crecimiento cero en 2020.
El impacto en Europa es uno de los puntos donde se focalizan más organismos y entidades internacionales. La desaceleración global de 2019 afectó especialmente al Viejo Continente y ahora que las previsiones apuntaban a cierta recuperación en 2020, el coronavirus vuelve a tensar las perspectivas.
Las del banco Goldman Sachs, por ejemplo, son especialmente pesimistas y sitúan a Europa "al borde de la recesión. Con un crecimiento cero de la zona euro en el primer trimestre y una contracción del 0,3% en el segundo trimestre", según un informe publicado este lunes por la entidad. Por contra, espera que el crecimiento remonte en la segunda mitad del año, "si se logra contener el virus".
Su proyección para los países más importantes de la zona tampoco es positiva. "Vemos tres trimestres consecutivos de contracción económica en Italia, una recesión técnica en Alemania y el Reino Unido al borde de la recesión en el primer semestre". Respecto a Francia y España, el banco cree que son "más resilientes", por su menor exposición al comercio exterior y porque su punto de partida es más fuerte que en el resto de estados.
Con este ajuste de las previsiones, todas las miradas se vuelven hacia los gobiernos y los bancos centrales. Tal y como apunta al OCDE, la expansión de la enfermedad por un número creciente de países está poniendo a prueba a las autoridades de todo el mundo, que deben dar una respuesta ante una situación cambiante por momentos.
En este sentido, la organización ha pedido actuar "rápidamente" frente al coronavirus, con medios suficientes contra la infección, apoyo al sistema sanitario y a las empresas "vulnerables", y una acción concertada del G-20 con otros países si los riesgos a la baja se materializan y el crecimiento fuera mucho más débil durante un periodo prolongado.
Goldman Sachs va más allá al vaticinar que el BCE llevará a cabo una mayor relajación de su política monetaria y no descarta para el segundo trimestre una nueva bajada en el tipo de depósito que pagan los bancos de la región.
Ambos, tanto la OCDE como Goldman Sachs claman por un compromiso para aumentar el gasto público como vía para paliar los efectos del coronavirus y algunos ya han empezado a hacerlo.
Es el caso de Italia, cuya economía ya afrontaba una situación delicada antes de la expansión del virus. Con la recesión acechando sus cuentas, el Gobierno italiano ha anunciado un paquete de medidas de estímulo de 3.600 millones de euros, equivalentes al 0,2% de su PIB, para apoyar a los sectores más afectados por el impacto económico del coronavirus.
Todo el norte del país -la zona más rica- se encuentra casi paralizado tras la irrupción del Covid-19 en las grandes ciudades de la zona. La llegada de turistas a la región ha caído de golpe en las últimas semanas, los eventos multitudinarios han quedado suspendidos y la actividad en las fábricas y empresas es prácticamente inexistente en esa parte del país.
El pasado viernes, el Ejecutivo romano también lanzó una serie de medidas urgentes y temporales para tratar de paliar los efectos del contagio. Entre otras cosas, las medidas contemplan suspender el pago de las facturas de luz, agua y basuras para los municipios aislados o conceder un subsidio de 500 euros mensuales durante un máximo de tres meses para los trabajadores autónomos que se hayan visto obligados a suspender su actividad.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) hace una clara advertencia: hay un escenario malo y otro aún peor. En el menos malo, que es por el que apuesta por el momento y que tiene como base que se supere el pico del Covid-19 en esta primera parte del año y que sus efectos mundiales sean “suaves”, la OCDE proyecta un crecimiento global para 2020 de 2,4%, medio punto menos de lo previsto en su último informe en noviembre (2,9%), que ya consideraba esa cifra como “débil”. El primer trimestre de 2020 puede incluso acabar en negativo, advierte ahora en su última revisión de las perspectivas de la economía mundial, presentada este lunes en París.
Pero el batacazo puede ser mayor aún si las peores predicciones acerca del coronavirus se confirman. Según el informe, convenientemente titulado Coronavirus: la economía mundial amenazada, un brote “más intenso y duradero” podría hacer que el crecimiento de la economía mundial cayera al 1,5% este 2020, la mitad de lo proyectado antes de que estallara el virus. Este escenario, advierte la OCDE, “podría empujar a numerosas economías a la recesión, incluidas las de Japón y la zona euro”.
En cualquiera de los dos escenarios o, precisamente, para no llegar al peor de los posibles, resultará clave la respuesta de los gobiernos y, sobre todo, una” acción coordinada” entre los países a medida que se expande el coronavirus, subrayó al presentar el informe —por teleconferencia en vez de la tradicional sesión presencial en la sede en París, otra consecuencia del coronavirus— la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone.
“Una respuesta coordinada del G20 en materia política sanitaria, fiscal y monetaria enviaría un mensaje de confianza muy fuerte. Esto ayudaría en dos años a la recuperación de casi todas las pérdidas incluso en el peor de los escenarios”, sostuvo.
La recuperación debería lograrse en 2021, para cuando la OCDE prevé que la economía se anime hasta crecer al 3,3%, tres décimas más incluso de lo que proyectaba en noviembre. Eso sí, siempre y cuando “los efectos del brote de virus pierdan intensidad, como se asume”, precisa el informe.
La rebaja de las previsiones en 2020 afecta a todas las regiones. Para la eurozona, la OCDE prevé ahora un crecimiento este año de 0,8%, frente al 1,1% que vaticinaba hace poco más de tres meses. Para 2021, las proyecciones no se mueven del 1,2%.
De las tres mayores economías europeas, la de Italia, el país más afectado por el momento del continente por el coronavirus, es la que más sufre, con una revisión a la baja de 0,4 puntos porcentuales desde noviembre que deja su previsión de crecimiento este año en cero. Francia mientras tanto crecerá a un tímido 0,9% (1,2% en noviembre) y Alemania a un más flojo aún 0,3% (0,4%).
Las perspectivas para Estados Unidos solo caen ligeramente a 1,9% (-0,1), por ser menos dependiente que otras economías, como las asiáticas, a la china. No obstante, señala la OCDE, también en estos países “la caída de la confianza, las interrupciones en las cadenas de suministros y una demanda externa más débil moderarán las perspectivas de crecimiento”.
China, para el que la OCDE ya preveía hace tres meses una ralentización, sufre obviamente un impacto mayor. El país origen del coronavirus crecerá previsiblemente este año solo 4,9%, ocho décimas menos de lo que se proyectaba en noviembre. No obstante, se espera que el gigante asiático se recupere y regrese cómodamente a un crecimiento superior al 6% al que estaba acostumbrado —de hecho, proyecta ya un 6,4%— en 2021, “a medida que la producción regresa gradualmente a los niveles proyectados antes del brote”.
Muestra de la gran incertidumbre que rodea todo lo que concierne al coronavirus es la cantidad de “suposiciones” que pueblan el último informe de la OCDE que, al ser una revisión trimestral de sus reportes semianuales, solo da cifras globales y de las principales economías mundiales, por lo que no revisa el crecimiento español.
Lo que sí subraya el informe es que los Gobiernos pueden ayudar a que el escenario no empeore, si actúan de manera “rápida y decisiva para superar el coronavirus y su impacto económico”.
Los desafíos a corto plazo que provoca el coronavirus “refuerzan la necesidad de acciones de política para contener la propagación del virus, reforzar los sistemas de salud, impulsar la confianza y la demanda y limitar los efectos adversos del suministro”, recalca la OCDE. Considera también “esencial” que se establezca un “diálogo multilateral” que permita “acordar medidas apropiadas de contención para restringir la expansión del coronavirus y limitar sus costes económicos”. 
En el peor de los escenarios, si la economía se debilita más aún de lo previsto, será entonces esencial que se produzca una “acción coordinada tanto dentro como entre todas las principales economías”.
“El virus está propinándole un golpe más a una economía global que ya estaba debilitada por las tensiones comerciales y políticas”, recordó Boone. “Los gobiernos tienen que actuar de inmediato para contener la epidemia, apoyar el sistema de salud, proteger a la gente, apuntalar la demanda y proporcionar una salvavidas financiero a los hogares y negocios más afectados”, insistió.

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