BARCELONA.- Ocho
de cada diez extranjeros que residen en España, un 78% en concreto,
trabajan o están buscando activamente un empleo, según el último informe
del Banco de España sobre flujos migratorios
firmado por Pilar Cuadrado, Ángel Luis Gómez y Teresa Sastre. De esta
forma, la tasa de participación en el mercado laboral de los inmigrantes
que eligen las poblaciones nacionales como destino para desarrollar un
futuro vital es una de las más altas de la Unión Europea, superando a
las de Alemania (73%), Italia (71%) y Francia (70%), según recoge La Vanguardia.
España
se ha convertido en uno de los principales países receptores de
inmigrantes de la UE. A cierre del 2022, el porcentaje de población
extranjera que reside en el país en relación al censo global alcanzó el
17,1%.
El flujo de entrada de extranjeros en las fronteras españolas es
el cuarto más alto de la OCDE, por detrás de Estados Unidos, Alemania y
Reino Unido, lo cual es importante de cara a la sostenibilidad del
sistema de pensiones. La diferencia que el Banco de España remarca es
que los migrantes que eligen España tienen una de las tasas de actividad
más elevadas de Europa.
La tasa de participación o de actividad de una economía mide la
proporción de la población en edad de trabajar que participa activamente
en el mercado laboral, ya sea trabajando o bien en una búsqueda activa
de un empleo.
En esta variable, España es una referencia a nivel
comunitario. Y es un dato importante, teniendo en cuenta el elevado
porcentaje de migrantes que llegan al país en edad de trabajar,
especialmente procedentes de Latinoamérica y, en mayor proporción,
mujeres.
Otra característica reseñable de los inmigrantes llegados a España es
que su tasa de actividad supera a la de los nativos (cuatro puntos más
en el 2023), lo cual supone una anomalía en relación a la mayoría de los
países de la UE, concluye el Banco de España.
Esto ha ocurrido en el
mercado laboral español durante los últimos años, aunque este
diferencial positivo se ha ido estrechando desde 2008. En Italia la tasa
de actividad de los extranjeros residentes también es superior a la de
los nativos, pero en Alemania y Francia ocurre lo contrario.
El supervisor concluye que “puede deducirse que los extranjeros
contribuyen a incrementar la oferta laboral en España en mayor medida
que en otros países de la UE”. La contribución de los extranjeros al
crecimiento de la población y al dinamismo del empleo ha sido “muy
importante” en los países europeos, añade el organismo.
En cifras
concretas, los trabajadores nacidos en el extranjero aportaron 2,3
puntos al incremento total del empleo registrado en el 2023, que fue de 3
puntos. En Alemania apenas aportaron un punto.
Es común que en la UE los trabajadores extranjeros suelan concentrarse
en actividades que no requieren un nivel elevado de formación y con
condiciones laborales más desfavorables. España no es ajena a esta
realidad. En el 2022, la focalización de trabajadores extranjeros en
labores de servicio doméstico y cuidados fue superior a la de los
empleados nacionales en 7 puntos (en Italia llegó a 10 puntos).
Ocurre
lo mismo en el sector de la hostelería. En España, la concentración del
empleo en bares y restaurantes de ciudadanos nacidos fuera del país
supera en 9 puntos a la de los nacionales.
Los inmigrantes llegan a España con mejor formación. Según datos
correspondientes al 2022, el nivel medio de educación de los extranjeros
que llegaron a España era más elevado que el de los que entraron en
Alemania e Italia. Los que tenían un nivel alto —estudios terciarios—
representaban un 43% en España, mientras que en Alemania eran un 38% y
en Italia un 15%.
Los extranjeros que accedieron a España ese mismo año
con un nivel educativo bajo fueron el 30% de las entradas.
Estos datos implican que los inmigrantes que trabajan o buscan empleo en
España cuentan, en ocasiones, con estudios medios y superiores. El
Banco de España apunta en este sentido que se produce una “cierta
infrautilización del capital humano que estos pueden aportar”.
Así, el
grado de sobre cualificación de los trabajadores extranjeros supera al de
los trabajadores nacionales en todos los países de la UE receptores de
inmigrantes, según las conclusiones de Eurostat. España tiene a la mitad
de sus trabajadores extranjeros en situación de sobre cualificación, al
igual que Italia. Este porcentaje se reduce al 30% en Alemania y
Francia.
El mercado laboral nacional está cambiando y los inmigrantes no son
ajenos a esa transformación. El Banco de España concluye que desde el
2008 se ha producido un aumento del porcentaje de extranjeros que se
dirigen a actividades de mayor cualificación y se ha reducido la
proporción de los que se emplean en sectores de baja formación.
En
concreto, entre ese año y el 2022 creció el porcentaje de trabajadores
extranjeros recién llegados (con un año o menos de residencia) dedicados
al sector de las comunicaciones (del 2% al 12%), manufacturas (del 5%
al 11%), comercio (del 12% al 17%), sanidad y servicios sociales (del
1,6% al 3,3%).
En cambio, disminuyó el porcentaje de extranjeros
ocupados en el servicio doméstico (del 22% al 9%) y la hostelería (del
13% al 8%).