viernes, 29 de agosto de 2014

Gallardón se pone estupendo / Joaquín Abad *

Hacía tiempo que el terrible "niño vicente", nuestro actual ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, no daba la nota con alguna opinión contraria a la corriente del Partido Popular. Y ahora, cuando el nivel de corrupción apesta, nos sorprende con su opinión de que sólo deberían estar aforados veintidós altos cargos. Vamos, que aparte de la familia real, sólo el presidente del Gobierno, del Congreso, del Senado y de las diecisiete autonomías deberían gozar de ese privilegio.

Porque por si no los han contado, en nuestra España de pandereta tenemos nada más y nada menos que 17.621 políticos blindados, que sólo pueden ser juzgados por tribunales superiores o por el propio Tribunal Supremo. Tamaño despropósito fue idea del magnate expresidente Felipe González, ese que viaja en jet privado y viste trajes de varios miles de euros excepto cuando se deja ver en algún acto popular del pesoe, no sea que lo critiquen. Ya saben, cuando llegaron al poder en el año ochenta y dos, se inició un nivel de corrupción que el cinco por ciento de Pujol se quedaba corto. Y claro, necesitaban blindarse para evitar que los jueces les encerraran entre rejas por ladrones.

Y entonces, con mayorías absolutas, en vez de salir de la OTAN como anunció cuando estaba en la oposición, legislaron y legislaron terminando con la independencia del poder judicial y blindando a la mayoría de los políticos con la figura del "aforado". Una vergüenza que no le sirvió para evitar que la cúpula de Interior fuera a la cárcel por los crímenes del Gal. Aunque su figura quedó a salvo y ni siquiera como testigo, ya que el juez Enrique Bacigalupo Zapater, nacido en Argentina y rescatado por los socialistas para que moldeara el alto Tribunal en España, se opuso rabiosamente porque "quedaría estigmatizado".

Bueno, sólo tenemos que esperar a ver como los socialistas y los populares, los que están blindados, claro, se toman la iniciativa del ministro Gallardón. Aunque me temo que se opondrán con uñas y dientes y hasta que otros no gobiernen, seguiremos teniendo el nivel de políticos aforados más alto del mundo. Eso seguro. 17.621 es una cifra escandalosa.
(*) Periodista, ex director de 'La Crónica de Almería' y editor de www.muyconfidencial.com