viernes, 8 de mayo de 2020

El turismo internacional podría caer hasta un 80% este año

MADRID.- El volumen de turistas internacionales podría caer hasta 80% en 2020, a causa de las restricciones de movimientos inducidas por el coronavirus, y los expertos no esperan una recuperación hasta final de año, anunció este jueves la Organización Mundial del Turismo (OMT).

El confinamiento en numerosos países, las restricciones de viajes y los cierres de fronteras, aeropuertos y hoteles están vapuleando una industria que representa alrededor de 10% del PIB mundial y del número de empleos a nivel global.
"Es con mucho la peor crisis que el turismo internacional ha afrontado desde que hay registros", es decir desde 1950, aseveró esta agencia de la ONU con sede en Madrid.
En el primer trimestre del año las llegadas de turistas internacionales se redujeron 22%, indicó en un informe la OMT. Sólo en marzo cayeron 57% interanual.
La caída de los tres primeros meses supone por el momento "67 millones menos de turistas internacionales", es decir, "80.000 millones de dólares" perdidos, precisó la OMT.
"El turismo ha recibido un duro golpe, y son millones los puestos de trabajo que se encuentran en peligro en uno de los sectores de la economía que más mano de obra emplea", dijo el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, citado en el informe. 
La caída del turismo internacional en las Américas fue de 15,2% en los tres primeros meses, tras un mes de enero estable, un febrero en alza de 3% y un mes de marzo en que las llegadas se hundieron 46% interanual.
Por subregiones, las llegadas se redujeron en el primer trimestre 13% en América del Norte, 19% en Sudamérica y 20% en el Caribe.
Asia-Pacífico fue la región más castigada, con una caída de 35% en el primer trimestre.
En el informe, la OMT pronostica una caída global de las llegadas internacionales de entre 60 y 80%. El porcentaje final dependerá del momento en que se levanten las restricciones, bien a partir de julio, bien en septiembre o diciembre, según los tres escenarios contemplados por la OMT.
En esos escenarios, el impacto podría cifrarse en una caída de entre 850 y 1.100 millones de turistas internacionales, y una pérdida de entre 910.000 millones y 1,2 billones de dólares en ingresos por exportaciones del turismo.
"Entre 100 y 120 millones de puestos de trabajo en empleo directo del turismo [están] amenazados", agregó la OMT.
La proyección difundida este jueves supone una drástica revisión a la baja respecto a la anterior, de fines de marzo, que hablaba de una horquilla de entre -20 y -30% para 2020.
En cuanto a las perspectivas, "la demanda interna podría recuperarse antes que la demanda internacional", añadió la OMT citando una encuesta de expertos.
"La mayoría espera empezar a ver signos de recuperación en el último trimestre de 2020, pero sobre todo en 2021", agregó, puntualizando que "los expertos de las Américas son los menos optimistas y están menos dispuestos a creer en la recuperación en 2020".
En 2019, unos 1.500 millones de turistas internacionales viajaron por el globo, un dato en alza de 4% respecto al año anterior, según la OMT, que en enero esperaba una evolución similar para 2020. Los tres países más visitados fueron Francia, España y Estados Unidos.
En Europa, donde las llegadas cayeron 60% interanual en marzo, el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, dijo que el continente necesitará "un plan Marshall para el turismo", esencial en países como Italia, Grecia, Portugal, Francia o España.
Los 27 miembros de la UE negocian actualmente un fondo "gigantesco" de reactivación, según el comisario, que habla de entre "uno y dos billones de euros".
En Reino Unido, importante proveedor de turistas en Europa, "las reservas para este verano han caído muy significativamente", explicó un portavoz de la ABTA, la asociación británica de touroperadores.
La asociación cree no obstante que, "cuando se levante el confinamiento, se renovarán las ganas de viajar para ver a los seres queridos y tomar unas vacaciones bien merecidas".

El alacrán de Aznar / Marcello *

Dice Aznar desde el búnker de FAES que Arrimadas debería pensar en la fábula de la rana que ayudó al alacrán a vadear el rió y murió en el intento, en alusión a su pacto con Sánchez en la aprobación de la cuarta prórroga del ‘estado de alarma’, lo que para Aznar constituye un temerario viaje de la líder del Cs por el ‘territorio Frankenstein’ del Sanchismo.

El alacrán que dibuja Aznar es por supuesto Sánchez y la rana -batracio harto conocido en la charca de Esperanza Aguirre- sería Arrimadas. Pero no está Aznar para dar lecciones de intrigas venenosas a nadie después de lo que él hizo con Rajoy.

Y después de alentar el despegue de Vox en apoyo de Abascal -ese ‘chico lleno de cualidades’, dijo- para finalmente apadrinar en el PP la presidencia de Casado. El que curiosamente le está saliendo rana, vistos los errores en cadena que está acumulando el PP, como se apreció en su abstención en la votación de la famosa cuarta prórroga del ‘estado de alarma’.

Es cierto que Aznar dice algunas verdades como puños y hace propuestas razonables como cuando con Felipe González recomendó un Gobierno de ‘unidad nacional) PSOE-PP ante la gravedad del difícil momento español.

Pero sus advertencias a Arrimadas son interesadas porque Aznar no quiere salvar a Cs sino que lo que pretende es que a esa presunta rana, que sueña con ser Princesa de la bisagra de la gobernabilidad, la fulmine Casado para quedarse con los votantes de Cs en pos de su sueño de recuperar el centro derecha español.

El que el propio Aznar dinamitó con sus mentiras de la guerra de Irak y de los atentados del 11-M, como todo el mundo recordará. Y que será muy difícil de recuperar si Cs no se hunde del todo y el PP no recupera muchos de sus votos que se fueron a Vox.

Asunto este último que no parece fácil aunque esa podría ser la misión de Cayetana Álvarez de Toledo, que es la diputada más lista y brillante del PP pero que podría acabar convertida en el alacrán que se le suba a la chepa a Abascal, primero, y a Feijóo después para proteger el territorio aznarista.

Lo que está claro es que Aznar sigue en política y es el rayo que no cesa (‘el rayo del líder’ se llamaba el caballo árabe que Gadafi le regaló a Aznar) y no para de criticar a Sánchez, de hacer advertencias a Arrimadas y de decirle a Casado (al que le ha colocado su antigua ‘guardia pretoriana’) lo que tiene que hacer.

Lo que nos conduce a pensar que Aznar quiere volver y que como Saturno está dispuesto a devorar a sus propias criaturas para finalmente y una vez caído Casado proclamar a los cuatro vientos: ¡el alacrán soy yo! Pero ya se sabe como acabó la fábula porque el alacrán sabe matar pero no sabe nadar.


(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés


https://www.republica.com/las-pesquisas-de-marcello/2020/05/07/el-alacran-de-aznar/

El “plan de desescalada” en clave Justicia, para los funcionarios


MADRID.- El “alto mando” del Ministerio de Justicia, compuesto por Borja Vargues, secretario general para la Innovación y Calidad del Servicio Público de Justicia, Concepción López-Yuste, directora del Servicio Público de Justicia  y Francisco Cabo, director de la Oficina de Proyectos, explicó a las asociaciones de letrados judiciales –el Sindicato de Letrados Judiciales (SISEJ), la Unión Progresista de Secretarios Judiciales (UPSJ), el Colegio Nacional de Letrados de la Administración de Justicia (CNLAJ) y la Asociación Independiente de Letrados (AINSEJU)– cómo iban a articular el “plan de desescalada” en este sector en el curso de la reunión telemática que mantuvieron, revela Confilegal.

Se compondrá de cuatro fases, que se desarrollarán de la siguiente manera:
En la Fase cero, la actual, trabajan únicamente alrededor del 10% de la plantilla. 

PRIMERA FASE

Se iniciará hacia el 11 o 12 de mayo, fecha en que volverá al puesto de trabajo se incorporará entre un 30% y un 40% de los efectivos de la plantilla orgánica y sólo en turno de mañana.
Este margen responde a la diversidad entre Comunidades Autónomas y órganos judiciales.
Tanto en los Juzgados de guardia como en los Registros Civiles se incorporará el 100% de la plantilla desde la primera fase, salvo que el letrado judicial considere que no es necesario para la correcta prestación del servicio.
A esta primera fase no se incorporarán aquéllos que tengan patologías o se hayan acogido al permiso por deber inexcusable.
Esta fase durará 1,2 o 3 semanas, dependiendo de la evolución del COVID-19 y de las pautas  del Ministerio de Sanidad al respecto.

SEGUNDA FASE

En la segunda fase, en la que debe haber transcurrido al menos una semana desde la primera fase, se incorporará entre un 60% y un 70% de los efectivos en turnos de mañana y tarde, en caso de ser necesario éste último turno por razones de seguridad.
Se acometerá el levantamiento de los plazos procesales, no de manera inmediata, sino que se indicará un día a partir del cual empieza a tener efectos el levantamiento de dichos plazos.
Los funcionarios seguirán trabajando en los turnos referidos anteriormente.

TERCERA FASE

En la tercera fase, que tendrá lugar transcurrida, al menos, una semana desde la fase 1 y una semana entre la fase 2, se producirá el levantamiento de los plazos procesales y se incorporará el 100% de la plantilla.

CUARTA FASE

En la cuarta fase volverá al trabajo el 100% de la plantilla, en la que se recuperará la normalidad,  durando esta fase un plazo de tres meses aproximadamente.
Estos plazos y fases pueden modificarse en función de los escenarios que nos vayamos encontrando en el desarrollo de la pandemia y las pautas de las autoridades sanitarias.
Borja Vargues, el máximo jefe de los letrados judiciales, cuerpo nacional que depende del Ministerio de Justicia, informó que, por parte del Ministerio, se está tratando de ordenar el proceso de reactivación laboral, centrado en cuatro piezas:
  • El desarrollo de las disposiciones del RDL 16/2020.
  • El establecimiento de turnos de los funcionarios de la Administración de Justicia.
  • Establecimiento de teletrabajo.
  • Esquema de Seguridad laboral.

TURNOS DE MAÑANA Y TARDE PARA GARANTIZAR LA SEGURIDAD 

Los funcionarios de los cuerpos generales trabajarán en jornada laboral dividida en horarios de mañana y tarde.
La prestación de servicio en turno de tarde no se impone como obligación, sino que será la Administración la que, previo estudio de cada sede judicial, establecerá si debe ser prestado dicho turno, a fin de garantizar la distancia mínima de seguridad y, por tanto, la seguridad de los funcionarios.
El turno de mañana será el que resulte reforzado, al que acudirá el 70% o 80% del personal, reservándose, para el turno de tarde, en caso de ser necesario, el 20 o 30% de la plantilla.
La participación en los turnos de tarde será voluntaria. Los letrados de la Administración de Justicia serán los que deberán organizar los mismos.
Tendrán preferencia en la selección del turno de tarde aquellos funcionarios que tengan un deber inexcusable. En su defecto, tendrán preferencia en su elección los que tenga mayor antigüedad en el cuerpo o, en su caso, en el destino. En el supuesto de que no haya voluntariedad, se aplicará un turno rotatorio.
En cuanto a la jornada de trabajo, el Ministerio ha informado que la jornada de mañana tendrá una duración de seis horas, que deberá cumplirse entre las 07:30 horas y las 14:00 horas.
La jornada de tarde tendrá una duración de cuatro horas y media, a cumplir entre las 15:00 y las 20:00 horas.
Durante la jornada de tarde no se atenderá al público ni a profesionales.
En cuanto a los letrados judiciales, serán incorporados, durante el proceso de desescalada, en el mismo porcentaje que los funcionarios de los cuerpos generales, continuando, todos aquellos no incluidos en el porcentaje, prestando sus servicios a través del sistema de teletrabajo. No se aplicará, para ellos, el sistema de turnos, que está pensado para garantizar las distancias de seguridad.
Sin embargo, sí existe la posibilidad de establecer estos turnos voluntariamente, a través de la autorregulación con el resto de laps de la sede judicial.

EL TELETRABAJO DEBE CONTINUAR

Asimismo, señaló que, para los Letrados de la Administración de Justicia, se ha pensado establecer los mismos porcentajes, incluyéndose también la posibilidad de establecerse turnos de tardes, mediante la autogestión con el conjunto de los compañeros de la sede judicial.
Subrayó que el teletrabajo debería permanecer, estableciendo criterios para compatibilizarlo con el trabajo ordinario en la sede física.
En cuanto a las medidas de seguridad, destacó que se tomarán las que sean necesarias para la seguridad y protección de funcionarios y usuarios de la justicia, mediante la dotación de equipos de protección individual (EPI), garantizando las distancias de seguridad, medidas de limpieza en los edificios y resto de medidas organizativas para evitar al máximo la aglomeración de gente en las sedes.
Es muy probable que mañana viernes se apruebe un documento que contendrá el marco de la desescalada, los turnos y la guía de salud laboral, previo acuerdo con los sindicatos de los cuerpos generales.

Renta mínima vital: requisitos para pedirla, quiénes podrán solicitarla y cuándo llegará

MADRID.- El Ingreso Mínimo Vital llegará en el mes de junio. Así lo confirmó este martes el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, que avanzó que esta renta será aprobada en Consejo de Ministros en la segunda quincena de mayo. Esta medida erradicará, según índico, casi todos los hogares en pobreza severa, que cifró en un 20%. El coste para las arcas públicas será de 3.000 millones de euros anuales. 

La propuesta estaba incluida dentro del pacto de Gobierno que firmaron PSOE y Podemos, pero la pandemia del coronavirus ha acelerado su puesta en marcha debido al revés económico que ha supuesto para muchas familias. Aunque los detalles exactos están aún por confirmar, ya se conocen algunas directrices de cómo será este Ingreso Mínimo Vital.

Requisitos para solicitarlo

En primer lugar, esta renta no está dirigida a familias, sino a hogares que sufren pobreza severa. Para acceder a esta ayuda, se tendrá en cuenta el nivel de renta. Para personas que vivan solas, la cuantía debe ser inferior a 200 euros mensuales, mientras que para una familia, la renta conjunta del hogar no deberá superar los 450 euros mensuales. La siguiente condición que se debe reunir es que se debe estar empadronado para poder beneficiarse de este ingreso. Escrivá también confirmó que esta renta será compatible con otras ayudas que la familia puede estar percibiendo de su ayuntamiento o comunidad autónoma.

Cuantía del Ingreso Mínimo Vital

Aunque no está confirmado, la cuantía sería de unos 500 euros mensuales, cantidad que se incrementaría si la familia tiene hijos o personas mayores a su cargo, por lo que el ingreso podría ser de hasta 950 euros en familias con hijos sin ingresos. El Gobierno calcula que la prestación llegará a más de un millón de hogares y en total accederían a ella unos tres millones de personas. Si atendemos a la último encuesta de población activa (EPA), en España hay unos 565.000 hogares sin ningún tipo de ingreso.

¿Cuándo entrará en vigor?

Como confirmó el ministro, el mes de junio será el primer mes que las familias tengan este ingreso. Ante la pandemia del coronavirus, el Gobierno, a través de sus diversos portavoces, había afirmado que el Ingreso Mínimo Vital llegaría "cuanto antes". Se había especulado con el mes de mayo, pero finalmente será el mes de junio cuando esta renta sea una realidad.

Dos jóvenes matemáticos han esbozado una propuesta de viajes entre 'zonas verdes' europeas para salvar el turismo


MADRID.- Las previsiones del Fondo Monetario Internacional auguran un importante costalazo para los países más dependientes del turismo, como España, Italia o Grecia. Sin embargo, no todo está perdido. 

Una propuesta, elaborada por un matemático español, ofrece una posible solución para salvar la temporada turística, al menos en las regiones más "libres de virus". El texto, publicado en español e inglés por Esade, propone la división de Europa en "zonas verdes o rojas" en función de unos criterios epidemiológicos comunes y estandarizados a nivel europeo para poder establecer una red de "puentes de tráfico" y turistas entre zonas verdes.
Detrás del informe están Miquel Oliu-Barton, profesor de Matemáticas en la Universidad París Dauphine, y Bary Pradelski, profesor de Economía en el Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés). 
O como el propio Oliu-Barton ejemplifica en entrevista con El Confidencial, un español catalán confinado en un pequeño pueblo francés, y un alemán de Baviera confinado en los Alpes. Ambos son expertos en teoría de juegos, una disciplina entre las matemáticas y la economía, que sigue interacciones estratégicas entre seres humanos.
La propuesta se inspira en las estrategias de desescalada tanto española como francesa, divididas en "fases" a nivel provincial en la primera y siguiendo un código de colores verde-naranja-rojo a nivel de departamentos en la segunda. 
Si este enfoque se ampliara a toda Europa y la zona Schengen, los países podrían decidir el tamaño de las zonas a delimitar (en un país como Suecia, donde no se han impuesto apenas restricciones y ninguna de movimiento entre regiones, se podría catalogar en una sola zona) pero sería un organismo conjunto, como la Unión Europea, quien se encargaría de otorgar la 'etiqueta verde' con base en criterios como los test, la capacidad de los hospitales y la tasa de contagios. 
Esos criterios no dependerán de cada país, sino que serán establecidos por la propia Unión Europea a nivel global. Esta etiqueta permitiría el acceso de viajeros desde otras zonas también verdes, fomentando el turismo intereuropeo. "Cuanto más grande es la zona más difícil será de obtener [la etiqueta verde], pero más beneficios tendrá si lo obtiene", explica Oliu-Barton.
Un ejemplo claro de esos beneficios serían las Baleares o Canarias: si son decretadas zona verde, podrían empezar a recibir turistas de otras zonas verdes europeas como los distintos estados de Alemania o países nórdicos. "Como un árbol, poco a poco las zonas verdes irán creciendo y quedando de manera granular las que no lo son [las rojas]", augura Oliu-Barton.

¿Segunda vida para los aeropuertos fantasma?

Pero, con la mayoría de los focos de la epidemia en las atiborradas capitales europeas como Madrid, París o Londres, es poco probable que obtengan pronto esa 'etiqueta verde', mientras que zonas más periféricas estarían ya cerca. “Desde luego, una zona verde aislada sin aeropuerto no es muy útil, aunque ya es algo”, apunta Oliu-Barton.
En ese sentido, España podría tener una ventaja escondida. Con los centros neurálgicos del transporte de viajeros Madrid y Barcelona bloqueados por unos niveles de coronavirus mucho mayores que otras regiones más periféricas, ya casi en la curva de salida de la epidemia, la descentralización del transporte parece clave para poder rescatar la temporada turística, al menos la de 'sol y playa'. 
Y la decena de aeropuertos, durante años fantasma o redundantes, construidos como setas en muchas de las provincias españolas, permitiría esos puentes aéreos del turismo entre zonas verdes necesarios para que la iniciativa tenga efecto suficiente. 
En España, algunas de las provincias menos afectadas y candidatas a ir avanzando de fase más rápidamente son las dos canarias, las baleares, Murcia y algunas provincias andaluzas como Huelva y Almería. ¿Una ruta Murcia-Copenhague o una Budapest-Faro-Huelva? No sería tan descabellado, aunque los expertos del sector se muestran cautos.
“Tenemos infraestructuras que no tendrían que haberse construido, que han sido infrautilizadas y que ahora por una circunstancia excepcional nos podrían venir bien. Ya las tenemos hechas, ahora podríamos sacarles partido. Sería buscar una rentabilidad donde no la había”, afirma Ofelia Betancor, profesora de Economía aplicada en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y autora, como miembro del Observatorio del Transporte de Fedea, de varios estudios muy críticos sobre la viabilidad de los aeropuertos españoles.
“La idea merece la pena estudiarla porque es una de las pocas maneras, quizá la única, de no echar a perder y sacrificar absolutamente toda la temporada de verano”, explica por su parte Javier Gándara, director general de Easy Jet para España, Portugal y Países Bajos, así como presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).

Una crisis mayor que el 11-S

El gremio de la aviación comercial ahora mismo se enfrenta a la mayor crisis de su historia de mayor calado incluso a la de los atentados del 11 de septiembre, en parte por una eventual aversión social a viajar incluso cuando se levanten las restricciones como la pérdida. Tienen que repensar mecanismos para mantener la distancia física en cabina. Se ha hablado mucho lo de liberar la fila central, algo que muchas compañías rechazan y hablan de convertir los aeropuertos en zonas estériles mediante controles previos y pasaportes serológicos.
“El problema también es cuando empezamos a volar”, remata Gándara, también autor de ‘La revolución de los cielos’. 
“Este sistema, que se lo puede llamar ‘zonas verdes’ o ‘corredores sanitarios’, ya se viene comentando a diferentes niveles y nosotros lo apoyamos”, remata.
Con este plan aplicado a un nivel europeo, para un vecino de Murcia sería más fácil viajar a Copenhague que a la provincia de al lado, si ésta es todavía una zona roja. Y mucho menos a Madrid. Actualmente, con el plan de desconfinamiento del Ejecutivo, no podrán realizar más vuelos “más allá de los servicios mínimos que ofrecen” hasta final de junio, cuando se supere la fase 3. Y eso no incluiría viajes internacionales.
En la propuesta de Esade, los movimientos entre zonas verdes y rojas, incluso dentro de un mismo país, deberían quedar “completamente prohibidos”, para limitar en la medida de lo posible que una zona ya declarada verde, y por tanto segura para el turismo, se termine tornando naranja o roja. 
“Obviamente trabajadores esenciales e imperativos familiares pueden requerir movimiento entre zonas rojas y verdes, pero si es marginal no pasa nada. [Para evitar un brote por este tipo de desplazamientos interprovinciales] se pueden restringir los desplazamientos a casos que han sido testeados, por ejemplo”, apunta Oliu-Barton.
“Hemos visto que la pandemia va a distintos ritmos. [El plan] Nos permitiría recuperar parte del turismo intraeuropeo”, añade por su parte Gándara. Ve la idea más aplicable a lugares como las islas Baleares o Canarias, donde es más fácil crear “espacios estériles” y controlar accesos.

Pocos experimentos

Pero avisa: casi con toda probabilidad, lo que se ponga a funcionar van a ser líneas y ya existentes, “nada de experimentos”. “No sabemos qué billetes vamos a vender en los trayectos que hacemos, como para meternos en más aventuras”, explica Gándara, que no ve tan posible que vayan a surgir nuevas conexiones con aeropuertos de segunda categoría, simplemente el mero hecho de que su región reciba esta hipotética etiqueta.
Antes de la crisis del coronavirus, estos aeropuertos 'de segunda' habían logrado mantener cierto tráfico gracias a las aerolíneas de bajo coste como Ryanair, atraídas por jugosas subvenciones o beneficios que ofrecían los propios gobiernos regionales si trasladaban ahí sus rutas. Pero estas aerolíneas han sido también las más tocadas por la recesión económica del coronavirus.
La propia Unión Europea está planteando que se modifique la norma de referencia aplicada hasta ahora para que puedan entrar en el mercado los estados, en una suerte de 'rescate temporal'.
Betancor explica que el mercado aéreo europeo era un mercado libre y profundamente competitivo salvo contadas excepciones (como las rutas subvencionadas a Canarias), unas excepciones que ahora se van a multiplicar con la “extraordinaria pero necesaria ante la coyuntura” intervención estatal: desde asegurar rutas no rentables pero necesarias para el estado a posibles nacionalizaciones o algunas “más imaginativas, como algunos estados que han comprado tickets a las aerolíneas y luego regalarlos”.
Hipotéticamente, esta intervención estatal podría reforzar la oferta de vuelos en otros aeropuertos menos utilizados frente a Madrid o Barcelona. Otros gobiernos han dado préstamos blandos o subvenciones, estrategia que ya se ha aplicado en Sicilia, donde el gobierno de la isla italiana ha ofrecido descuentos del 50% tanto a los vuelos como en las estancias hoteleras.

Reconvertir al turista

La idea que plantean los autores del estudio también puede resultar interesante para dar un empujón al sector hotelero, que ya trabaja en una reapertura parcial en ciernes. “Es algo que ocurrirá entre grandes medidas de seguridad sanitaria en las próximas semanas”, recuerda Bruno Hallé Boix, codirector de ‘Hospitality Spain’ en la consultora Cushman & Wakefield. Cree que la creación de estas conexiones entre regiones libres de covid-19 puede ayudar a mitigar pérdidas, pero pone el acento en que hay que tener muchas otras cosas en cuenta.
“Esto no se trata solo de que te llegue la gente a la ciudad. Se trata de qué les puedes ofrecer para sacar beneficio incluso funcionando bajo mínimos”, argumenta. 
“Aunque simplemente ofrezcas alojamiento y desayuno, que habrá que dejarlo en una caja en la puerta sin contacto, eso te conlleva un coste de personal de cocina, de restauración, limpieza…”, recuerda. Esto llevará a que algunos hoteles, teniendo en cuenta la ocupación, decidan no abrir. Y otros, como el caso de grupos con varios establecimientos en una misma zona, opten por concentrar los turistas y abrir dos complejos en vez de cuatro.
Sobre aquellos destinos que tiene más oportunidades de recuperar parte de lo perdido en un corto plazo, además de los clásicos de sol y playa, serán aquellos que no sean exclusivamente “dependientes de lo urbano” por las evidentes restricciones y puedan combinarse fácilmente con oferta complementaria, como es tener cerca un entorno natural.
Esa podría ser una de las desventajas claves del plan aplicado en la práctica: el turismo de Madrid y Barcelona es muy distinto al turismo de sol y playa, tanto por el público como por su propio componente económico. 
“La naturaleza de los turistas que vienen a Madrid o a Barcelona es distinta de los que vienen a Benidorm o Almuñécar, y no es fácil hacer intercambios de un sitio a otro porque estamos hablando de tipos de turismos totalmente distintos”, apunta al respecto Emilio González, profesor de Economía de la Universidad Pontificia de Comillas y experto en el mercado turístico español. Es decir, aunque existan las rutas seguras y puentes aéreos a, por ejemplo, Jerez, no sería posible reconvertir todo el turismo que antes prefería zonas urbanas. 
Pero también habrá que tener en cuenta cómo de dañada quede la economía europea no sólo en España, sino también en los tradicionales emisores de turistas. “Aunque a los países del norte les vaya a golpear menos la crisis del coronavirus, también les va a golpear. Alemania, por ejemplo, es dependiente de las exportaciones a China, porque es su primer cliente [fuera de la UE]”, afirma González.
La contracción del PIB estimada para Alemania por el FMI para 2020 es del 6,5 (la de España es del 9,4), y eso “dejará a gente sin empleo o con los conocidos como ‘minijobs’, lo que no les permitirá [de manera tan generalizada] plantearse unas vacaciones fuera del país”.

Otras propuestas europeas

Por el momento, ni las autoridades alemanas lo tienen claro. Si a mediados de abril la presidenta de la Comisión Europea, la germana Ursula von der Leyen advertía a los ciudadanos que “no hicieran planes” para sus vacaciones de verano y el titular de Exteriores del Gobierno de Merkel, Heiko Maas, dejaba caer a sus compatriotas que quizá habría que olvidarse del sol y playa de la costa y las islas españolas para estos meses, a principios de esta semana el comisionado federal de turismo de Alemania, Thomas Bareiss, alentaba a los alemanes con un “todavía no descartaría unas vacaciones en Mallorca”, en declaraciones al medio 'Tages Spiegel'. 
En Francia, con el desconfinamiento todavía sin empezar (el 11 de mayo), el presidente Emmanuel Macron ha sido más cauto. “Es demasiado pronto para decir” si las vacaciones de verano serán posibles, afirmaba este martes, advirtiendo que no tendrá respuesta clara hasta “principios de junio”.
“El problema es que, de entrada, la gente se plantee tener vacaciones en verano”, añade el experto económico, que incide además en otros elementos disuasorios sobre el turismo español, como el miedo generalizado al coronavirus: el 44% de los alemanes afirma que estarán “muy nerviosos” cuando salgan de casa “incluso si se reabren los negocios y se permiten los viajes”, según una reciente encuesta de Ipsos. 
Es, de hecho, la cifra más baja entre los encuestados junto con Italia al 49%. En Reino Unido, el porcentaje sube hasta el 71%, Francia al 63% y España al 67%.
Conscientes de la importancia del sector en varias de las economías europeas, la UE se está movilizando para intentar salvar la temporada turística. Algunos países menos afectados en Europa central y del Este ya han propuesto la idea de “corredores turísticos” con sus vecinos, mientras que la vicepresidenta de la Comisión europea Margrethe Vestager ha incidido en el desarrollo de 'apps' de rastreo de contactos como una forma permitir los viajes este verano. Las 'apps' de rastreo “pueden contribuir a reducir o abolir los controles dentro de las fronteras de la UE y potencialmente levantar las restricciones de entrada en las fronteras exteriores”, ha señalado la comisaria.

"Listo en un mes"

Oliu-Barton se muestra confiado de la viabilidad de la propuesta, pese a la rapidez con la que tendría que ser implementada (la campaña veraniega empieza en poco más de un mes) y la dificultad de coordinar y controlar los criterios y resultados de los más de 30 países de la zona Schengen, cada uno con criterios epidemiológicos distintos y cuentas del coronavirus muy distintas. 
También se trataría de una dificultad de confianza, pues la propia España ha recibido algún que otro toque de atención en cuanto a las cifras ofrecidas de test realizados, mientras que países como Suecia o Países Bajos ni siquiera los realizan de forma generalizada fuera de los hospitales. "La UE debería centralizar de algún modo esos test, o que haya confianza suficiente en las cifras de los países".
Pese a todo, insiste Oliu-Barton, se trataría de un plan “totalmente realista”. 
“No es nada complicado que la Unión Europea, con las capacidades que tiene, ponga en marcha básicamente unos protocolos de test uniformes europeos”, asegura.