domingo, 11 de marzo de 2018

Detienen a la pareja del padre como sospechosa de la muerte del niño Gabriel

ALMERÍA.- Ana Julia Quezada, la dominicana pareja del padre de Gabriel Cruz, ha sido detenida esta tarde en La Puebla de Vícar como presunta autora de la muerte del niño Gabriel Cruz después de hallarse el cuerpo del pequeño en el maletero de su coche. Al parecer trataba de trasladar el cadáver temerosa de que pudieran encontrarlo en los numerosos rastreos que se estaban realizando.

La mujer, de origen dominicano, se convirtió en la principal sospechosa para la Guardia Civil cuando encontró una camiseta de Gabriel de forma casual cuando paseaba con el padre. Los agentes retrasaron su detención pensando que el niño podía seguir con vida.
Ana Julia se mudó de Burgos a Las Negras, una pedanía de Níjar, hace cinco años con su anterior pareja, un burgalés con el que montó una cafetería en un pequeño centro comercial de Las Negras.
El negocio llevaba abierto poco más de un año cuando la pareja rompió y ella inició una relación con Ángel Cruz, padre de Gabriel. Hace unos meses, la dominicana traspasó el local.

Dispositivo en torno a ella


El arresto de la mujer se ha producido doce días después de que se perdiera el rastro de Gabriel en el camino que une las casas de sus abuelos y sus tíos en Las Hortichuelas de Níjar, que se convirtió el pasado 27 de febrero, víspera del Día de Andalucía, en el 'punto cero' de la investigación de la Guardia Civil.
Tras unas primeras horas de confusión, las pruebas de ADN confirmaron que la camiseta hallada por Ana Julia pertenecía a Gabriel. Se trataba de la primera pista concreta sobre el niño. Los investigadores de la Guardia Civil guardaron silencio sobre las dudas que rodeaban a este hallazgo al tiempo que recababan datos sobre la posible implicación de Ana Julia en la desaparición.
No se explicaban que la prenda encontrada por la pareja del padre hubiera aparecido en una zona que había sido inspeccionada por voluntarios y especialistas por encontrarse a tan solo cuatro kilómetros de Las Hortichuelas. 
La camiseta interior no figuraba entre el listado pormenorizado que dieron los padres para ayudar en el rastreo y tampoco parecía haber sufrido especialmente el deterioro tras días de lluvias y mal tiempo en la zona.
Hasta su detención, Ana Julia Quezada había participado en las numerosas batidas para buscar a Gabriel. Publicó en su perfil de redes sociales varios mensajes e incluso hizo declaraciones a los numerosos medios de comunicación que se desplazaron a la zona. El 1 de marzo explicó a una reportera de 'La Mañana' de TVE que habían enseñado al niño que gritara si se le acercaba un desconocido.
"Esa misma mañana estuvimos desayunando y salió la conversación. La abuela y yo le dijimos: 'Tú si ves un desconocido corre, eh, no te pares'. Y mira por donde, ese mismo día desapareció el niño", aseguró a este programa de televisión tras interrumpir unas declaraciones de Ángel Cruz, el padre de Gabriel.
Al igual que Ángel y Patricia Ramírez, los padres de Gabriel (ambos se separaron aunque reconocieron desde el primer momento que tienen una buena relación), Ana Julia daba detalles sobre la personalidad del menor, negando la posibilidad de que se hubiera ido solo por su propia voluntad. "Gabriel sólo no se iría. No se alejaba, se marchaba de casa media hora y volvía. Le decías una hora y volvía", apuntó.

Detención en La Puebla de Vícar

Varios coches la han seguido este domingo hasta La Puebla de Vícar, a unos 80 kilómetros al oeste de Las Hortichuelas. Cuando se encontraba a punto de entrar en un garaje de un bloque de pisos la han sacado del turismo y esposada. En el maletero del turismo llevaba el cuerpo sin vida de Gabriel. Ahora se trata de determinar si en el secuestro y muerte del pequeño Gabriel participó esta mujer o hay otras personas implicadas.
La Guardia Civil ha tomado declaración a numerosos familiares y vecinos, entre ellos a Diego Miguel F.Z., que fue detenido el miércoles 28 de febrero e interrogado en dependencias policiales. Llevaba dos años acosando a la madre del niño, Patricia Ramírez, que siempre lo desvinculó de la desaparición.
Este hombre permaneció casi 72 horas detenido y el juez lo envió a prisión por saltarse la orden de alejamiento. El propio Ministerio del Interior explicó que había "manipulado" la pulsera telemática que controlaba que no se acercara a Patricia.