viernes, 16 de marzo de 2018

La madre de Gabriel: “Lo hemos hecho bien porque la bruja está en la cárcel”

MADRID.- Patricia Ramírez, la madre del pequeño Gabriel Cruz de ocho años presuntamente asesinado por Ana Julia Quezada, ha valorado este viernes la labor de la Guardia Civil que han resuelto el caso de las desaparición de su hijo el pasado 27 de febrero en Las Hortichuelas, en Níjar, durante una investigación en la que el foco se estrechó cada vez más sobre la sospechosa y en la que, según ha reconocido, ha sido “difícil” el “luchar contra el instinto” que tanto ella como el padre del menor tuvieron desde un principio.

“Ha sido difícil, pero lo hemos hecho bien porque la bruja está en la cárcel”, ha indicado la madre del menor en declaraciones en Espejo Público, en las que ha apuntado que en esos días en los que la presunta asesina ha estado “jugando con nosotros”, también “ha salido lo mejor de las personas a muchos niveles” y “eso es lo importante”.
La madre del menor, quien aún trata de poner “un poco de orden” en su vida para “empezar a asimilar” lo ocurrido, ha asegurado que “la gente es buena y tiene ganas de demostrarlo, y si esto ha servido para que se levante todo un país y le ponga un final bonito a todo este sin sentido, no me queda más que dar las gracias aunque hayamos tenido que pasar este proceso”.
Así, sobre las motivaciones que haya podido tener la autora confesa de crimen, la madre de Gabriel ha asegurado que es un aspecto que “no está claro”, aunque está segura que de su hijo “no hizo nada de esas cosas” a las que la detenida hizo referencia en su declaración policial sobre el desarrollo de los hechos.
“Tengo mi sensación, que esta mujer -sigue- un patrón que va repitiendo de un sitio a otro, es mi sensación. En este caso pueden ser celos hacia mí, creo que le pudo. Es una cabeza enferma que tiene un patrón que tiene que repetir, con intereses económicos, no tiene ningún fundamento y con el tiempo espero que nos puedan aclarar cómo funciona su cabeza”, ha opinado.
Con ello, ha recordado que las actuaciones aún están bajo secreto sumarial y que “todo está un poco enmarañado” aún, pero que resulta un “consuelo” que, siguiendo el símil del cuento ofrecido por un ciudadano, “que en la cárcel está la bruja y el ‘pescaíto’ la ha parado, porque de una manera u otra hubiera seguido haciendo daño”.
Patricia, quien ha reiterado su agradecimiento a los investigadores por su sensibilidad durante la rueda de prensa ofrecida este jueves y que junto a Ángel Cruz siguió en directo, ha recordado la “capacidad de perdón” de su hijo y ha señalado que aunque la “rabia”, la “frustración” y el “cabreo” existen, no se deben “convertir en ira”, ya que especialmente “a la vista de estos niños” eso genera “agresividad, miedo y desasosiego”.

La madre de Gabriel Cruz se convierte en un ejemplo de respuesta emocional

MADRID.- Inma Ríos, especialista en la motivación de equipos, que dio a conocer las claves para generar «un optimismo inteligente», manifestó su admiración ante la respuesta de la madre de Gabriel, el niño asesinado en la población almeriense de Níjar.

Inma Ríos explicó que su función en las empresas consiste en «ayudar a los profesionales a enfrentarse a las dificultades de una forma más efectiva y, por otro lado, a desarrollar una buena ejecución, a través de objetivos claramente definidos y un liderazgo sano y motivador, sin olvidar el reconocimiento».
Al plantearle cómo se consigue mantener el optimismo ante una conmoción como la causada por la muerte de Gabriel, destacó cómo la madre ha decidido «enfocar su respuesta hacia lo bueno de su hijo y lo bueno de toda la gente que les ha apoyado. Su decisión ha sido: 'No quiero poner el foco en la agresividad y la rabia contra la asesina de mi hijo'. Al decir esto públicamente esta mujer ha hecho algo muy grande después de lo que le ha pasado a su hijo».
Inma Ríos cree que «ha demostrado que, a pesar de lo que te pueda ocurrir, siempre vas a poder elegir la respuesta. Lo que le ha ocurrido es tremendo, nada puede doler más, pero ha tenido la fortaleza de no poner el foco en la crueldad, sino a la memoria de su hijo y en la bondad de la gente», según señaló en la I Cumbre de la Excelencia Empresarial, organizada por Hispanic-American College (HAC) bajo el título 'Inspirando a líderes comprometidos'.
Al preguntarle si es posible que alguien pueda desarrollar la capacidad de actuar como la madre de Gabriel, respondió que «esto es algo que se tiene innato, pero también se puede trabajar». 
Cree que el control sobre el estado de ánimo «es algo que se puede entrenar. Tampoco es cuestión de ignorar las emociones. No se puede hacer de la noche a la mañana, requiere una fuerte dedicación, a base de entrenamiento».
A su juicio, la clave está en comprender que lo que cuenta «no es lo que nos pasa, sino lo que hacemos con ello. A lo mejor tenemos un acontecimiento externo que no podemos cambiar, pero siempre podemos elegir nuestra respuesta ante la situación. Te puede costar más o menos, pero los resultados van a depender mucho de la respuesta que elijas». Su experiencia le ha llevado a ver la conveniencia de ofrecer «más apoyo emocional o más instrucciones» a los integrantes de un equipo de trabajo en función de la destreza adquirida.
«Si tenemos a alguien que acaba de comenzar un trabajo nuevo y no tiene idea de cómo hacerlo, normalmente tendremos a alguien que está motivado, pero requiere una buena dosis de instrucciones. Sin embargo, ante los que saben realizar la tarea lo que hay que hacer es delegar», indicó.

La Guardia Civil grabó a la detenida insultando al niño Gabriel mientras trasladaba el cadáver en un coche

ALMERÍA.- El juez de Almería Rafael Soriano asegura en su auto de prisión de Ana Julia Quezada, la mujer de 43 años y origen dominicano acusada del asesinato de Gabriel Cruz, cavó un hoyo "previamente" a la muerte del menor y luego quiso deshacerse del cadáver en un invernadero.

Según el auto del juez, Ana Julia, que está en prisión por asesinato, detención ilegal y un delito contra la integridad moral, trazó un "macabro plan criminal" y luego se intentó dotar de una coartada --que hubo una discusión previa con el menor--, que tanto la Guardia Civil como el propio juez instructor desmontan en base a las pruebas recabadas. Entre estas pruebas figuran "expresiones vejatorias" vertidas por la asesina confesa contra el menor.
Según la sucesión de los hechos, el 11 de marzo la detenida fue a la finca de Rodalquilar para desenterrar el cadáver de Gabriel "con la intención de deshacerse del cuerpo en un invernadero". 
Según La Vanguardia, los agentes de la Guardia Civil, que habían colocado micrófonos en el vehículo en el que circulaba la asesina confesa, ésta profirió insultos contra el niño. Unas "expresiones vejatorias" que según el magistrado revelan junto a las pruebas recopiladas "una falta de sentimientos y humanidad que ella misma ha calificado, que, de ser ciertas, serían de pura crueldad".
"Resulta presuntamente incuestionable la participación de la detenida Ana Julia Quezada en la muerte del menor y se infiere una malvada voluntad dirigida especialmente a asegurar la comisión del crimen", recoge la motivación del auto de ingreso en prisión, que señala que este extremo es lo que ha motivado que el Ministerio Público califique los hechos como asesinato con alevosía.
El juez indica que, como parte de ese "macabro plan criminal", se intentó dotar de una coartada haciendo labores de pintura en la finca de Rodalquilar, en Níjar. Ana Julia "dio una falsa apariencia de preocupación por la desaparición y suerte del niño", al que se llevó "mediante engaño o promesa de devolverlo prontamente a jugar".
"Mantuvo el engaño a lo largo de los días, aumentándolo hasta el punto de colocar ella misma una camiseta del menor en el monte", subraya el juez, lo que achaca a su deseo de "despistar a los agentes de la autoridad que practicaban la búsqueda" hasta encontrar el "momento" de poder "hacer desaparecer el cuerpo".
El magistrado Rafael Soriano apunta que Ana Julia Quezada "aprovechó un momento temporal en que sabía que iba a estar a solas con el niño", al que mató asfixiándole, y destaca que enterró su cuerpo sin vida en un "hoyo que previamente había hecho con una pala".
El juez instructor considera que Ana Julia Quezada actuó guiada por "una malvada voluntad dirigida especialmente a asegurar" la comisión de su "macabro plan criminal".
El magistrado Rafael Soriano destaca, asimismo, la existencia de "abrumadoras pruebas contra ella" y se refiere no solo "a que ella misma ha reconocido el luctuoso suceso" sino también a las intervenciones acordadas judicialmente y a las pruebas recopiladas por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, según han informado a Europa Press fuentes del caso.
El titular del Juzgado de Instrucción nº 5 de Almería, que mantiene bajo secreto las actuaciones, decretó este jueves el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, para Ana Julia Quezada en el marco de unas diligencias previas que se siguen por los delitos de asesinato, detención ilegal y contra la integridad moral.
Ana Julia  ha pasado su primera noche en prisión en un ambiente de "normalidad", de forma que durante la mañana de este viernes abandonará el módulo de ingreso para pasar al de mujeres del centro penitenciario de El Acebuche.
Así lo han indicado fuentes jurídicas cercanas a la investigada, quienes han especificado que, como corresponde a este tipo de casos, se han activado los protocolos de vigilancia para evitar un eventual suicidio de la reclusa, para la que no está previsto un cambio de centro penitenciario.
Fuentes penitenciarias han señalado además que durante las primeras horas la sospechosa ha tenido la oportunidad de comunicar su situación a algún familiar, al tiempo que se le ha abierto un expediente personal para recoger su situación procesal y penitenciaria, como marca el protocolo.
Desde su llegada, la asesina confesa ha sido también sometida a un reconocimiento médico y, durante las próximas jornadas, se entrevistará con otros profesionales del centro de cara a establecer sus ocupaciones.

Un comandante guardia civil al borde de las lágrimas al contar cómo se investigó el ‘caso Gabriel’


ALMERÍA.- Juan Jesús Reina, comandante de la UCO de la Guardia Civil, no ha podido evitar emocionarse hoy en la rueda de prensa en la que ha relatado cómo se desarrolló la investigación del crimen. Reina ha participado en otros casos como el de Diana Quer.

El teniente coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, José Hernández Mosquera, y el comandante de la UCO Juan Jesús Reina, han dado una rueda de prensa este jueves para aportar más detalles sobre la desaparición, investigación y hallazgo del cadáver del niño Gabriel Cruz, de 8 años, desaparecido el 27 de febrero en Las Hortichuelas y cuyo cadáver fue hallado el pasado día 4, cuando se detuvo a la compañera sentimental de su padre, Ana Julia Quezada.
Los investigadores de la denominada ‘operación Nemo’ han confirmado, entre otras cosas, que no hay terceras personas implicadas en la muerte de Gabriel y que desde el primer momento sospecharon de Ana Julia, la autora confesa del crimen. También que pensaron y barajaron como hipótesis hasta el último momento que el niño estaba vivo, incluso hasta los instantes previos a la detención de la asesina confesa.
“Para los investigadores, desde el principio estuvo la hipótesis de que estuviese vivo. Eso ha condicionado mucho el manejar los tiempos y las acciones, es difícil actuar cuando vas buscando la seguridad de una persona, entraña muchas dificultades. El final no es el que esperábamos, todos esperábamos haber encontrado a Gabriel con vida”, ha dicho Hernández Mosquera.
Reina ha explicado que “más allá de la esperanza, hubo una serie de indicios” y ha afirmado que mientras hubiese una posibilidad, “por pequeña que fuese, había que pelear por ella”. “Nuestra obsesión era encontrar a Gabriel con vida”, ha incidido.
Por ello, la búsqueda de Gabriel se centró en habitáculos en los que pudiese encontrarse y evitar una “mala actuación que pudiese tener una consecuencia fatídica” ante la que se había convertido en la principal sospechosa.
En este sentido, han apuntado que entre dichos indicios se encontraba la “actitud extraña” de la mujer cuando la familia se planteó elevar la recompensa que ofrecían por Gabriel, lo que les hizo pensar en un posible móvil económico. 
Y han señalado que durante la investigación se percibieron ciertas “actitudes” sospechosas y un “cúmulo de incongruencias, de movimientos extraños”, entre ellos la aparición de la camiseta del niño junto a una depuradora, punto determinante para centrar definitivamente el foco sobre ella.
“Aparece en una zona buscada, la camiseta estaba seca, es ella la que propone buscarla”, ha incidido refiriéndose a su vez a las continuas “mentiras” como las supuestas pérdidas de teléfonos móviles en un “espacio de tiempo muy pequeño”.
Reina ha añadido que a esto se sumaron las comentarios “casi públicos” que realizaba la detenida sobre su convencimiento de que el niño iba a aparecer. “Incluso el día de la concentración dijo que no lo haría porque había mucha presión, que lo haría mañana. Eso nos animaba a decir, vamos, que está con vida”, ha dicho.
De esta forma, nada hizo pensar a los agentes que ya se encontraba fallecido mientras recababan otra serie de informaciones que permitieron llegar a una “conclusión clara” desde el punto de vista policial, que tenía “cierta ambición económica”.
Por esto mismo no se trabajó sobre la finca de Rodalquilar en la que se encontraba enterrado Gabriel con equipos dispuestos a la búsqueda de restos mortales; se descartó porque no lo habían encontrado vivo allí.
“La mañana del domingo, tenemos la primera constatación de que pudiera ser que no estuviera con vida y ahí se desarrolla todo el dispositivo y se ordena la detención, que se tuvo que hacer con mucho cuidado para no poner en peligro la vida de una tercera persona y si había un hilo de esperanza de que Gabriel estaba vivo para no hacerlo peligrar”, ha dicho.

“El momento más duro de nuestra carrera”

Fue al abrir el maletero del coche de Ana Julia que se comprobó finalmente que el niño estaba muerto. “Lo puedo definir como el momento más duro de nuestra carrera profesional. Lloramos, claro que sí, y el que no lo hizo allí, lo hizo luego”, ha dicho Reina, muy emocionado.
Asimismo, han desmentido a la detenida y han aseverado que en ningún momento hubo provocación del niño a la mujer.  “Los padres educaron en todo momento al niño en el amor y el respeto, en ningún momento Gabriel pudo hacer esos insultos”, han defendido los agentes, que descartan insultos del niño a la mujer previos a la muerte.
Los mandos de la Guardia Civil han explicado que el cuerpo permaneció en todo momento escondido en un “agujero” junto a la vivienda de la finca familiar en Rodalquilar, a unos cinco kilómetros de Hortichuelas de Níjar. Ana Julia ocultó el cadáver semidesnudo tras asfixiarlo, sin poder dar los investigadores más detalles al estar aún declarado el secreto de sumario.
Los investigadores aseguran que tienen acreditado que Ana Julia actuó sola, sin la participación de terceras personas, y que actuó de acuerdo a un “patrón ilógico”. 
“Estamos convencidos de que tenemos la carga de prueba para demostrar los hechos”, han dicho sobre la autoría de la detenida, la pareja del padre del menor.
En cuanto al móvil del crimen, los mandos de la Guardia Civil han indicado que está en la cabeza de quien lo comete, pero en cualquier caso, Gabriel era lo más importante para su padre Ángel, ya que pasaba con él todo el tiempo libre que tenía.
En esa misma línea, han considerado que Ana Julia es desde el “punto de vista policial” una persona de una “frialdad máxima” que mantiene una “falta de empatía hacia otras personas” y “egocéntrica”. 
También que es una persona a la que “ciertas circunstancias negativas” le pueden provocar una inestabilidad “muy grande” además de ser “muy manipuladora”.

Un químico y una «heroína griega»: Así es la familia de Gabriel Cruz

ALMERÍA.- Puebla de Vícar es un pueblo pequeño, rodeado de ese mar de plástico que caracteriza Almería. Los vecinos coinciden en la tranquilidad del lugar. «Nunca pasa nada. De tranquilo, es aburrido», dicen. Y así, tranquila, era como se sentía Ana Julia, la asesina confesa de Gabriel, según cuentan quienes la frecuentaban. «Llevaba unos meses en paro y deseaba encontrar trabajo», relata una de las dependientas del Mercado de Vícar, en el que ella solía comprar pavo para el pequeño Gabriel, según relata Abc

La definen como una persona cariñosa y amigable: «Venía siempre y pedía lo mismo que Ángel, pavo para el niño», repiten. Desde que el niño desapareció ninguno ha vuelto a acudir a esas tiendas.
La pareja vivía cerca del mercado, de la Comisaría, del teatro... En el centro del pueblo. Hoy la puerta de cristal de su portal tiene pegado un dibujo de un pez que recuerda a Gabriel. Tenían una vida normal. Ángel Cruz es químico y trabajó durante más de 10 años en Hormigones Domingo Giménez, a diez minutos de su casa. Los trabajadores de la empresa le definen como un excelente compañero, un buen padre y, sobre todo, una maravillosa persona. Recuerdan cómo muchas veces le acompañaba Gabriel a la oficina y mientras él trabajaba, el pequeño se quedaba pintando.
«Un niño adorable, que nunca dio ningún problema», recuerda Diego Plaza, el director del colegio al que asistía, Virgen de Loreto, en Almería. El docente solo tiene halagos para Patricia Ramírez, la madre del pequeño Gabriel; una «heroína griega», como dicen algunos, una madre coraje como creen muchos.
Durante todo el trágico suceso, ella ha dado una lección de humanidad, pero compañeras de la Diputación de Almería, donde ella trabajaba, dicen que no ha sido una excepción en su forma de ser. Patricia es Técnico de Actividades deportivas en la Diputación, lo que le llevó a ejercer de «speaker» en el circuito provincial de carreras populares donde conoció al hombre que la acosaba y del que en un primer momento se sospechó como autor de la desaparición de Gabriel.
Ángel y Patricia están separados desde hace años, poco después de que el pequeño naciera. Gabriel vivía con ella, pero ambos mantenían una relación muy positiva y estaban de acuerdo en la educación del niño. Hoy todo su entorno se vuelca para arroparles en estos duros momentos.