miércoles, 17 de febrero de 2010

Medgaz obtiene certificado por la calidad ambiental del gasoducto Argelia-España

ALMERÍA.- El consorcio Medgaz, promotor y propietario del gasoducto submarino entre Argelia y España, ha superado con éxito los procesos de la norma internacional de gestión ambiental al obtener la certificación ISO 14001:2004, que acredita la calidad de la instalación y de todos los procesos que integran la gestión del proyecto.

La compañía trasladó en un comunicado su "máxima satisfacción" y destacó que su "propia esencia se enmarca dentro del desarrollo sostenible" y por el "compromiso con la calidad, el medio ambiente y la seguridad", que se refleja --ahonda-- "en el diseño de todas las infraestructuras y equipos, desde el trazado del gasoducto hasta las estaciones terminales de compresión en Argelia y recepción en España".

Medgaz, con sede en Almería, mantiene sendas líneas de colaboración mediante acuerdos con el puerto de la capital y la Universidad de Almería (UAL) a través de los que está desarrollando un programa de investigación sobre gestión ambiental, que se suma a la acreditación de calidad ISO 9001, obtenida en el año 2008.

El objeto principal del sistema implementado en la instalación de Medgaz, según destacó el consorcio, "es asegurar el cumplimiento de la legislación medioambiental vigente y de la política medioambiental marcada por la propia empresa, que incluye el compromiso de mejora continua". De este modo, la compañía "pretende prevenir, o al menos minimizar, los impactos ambientales que la actividad propia de la empresa pueda ocasionar sobre su entorno".

Medgaz tiene como accionistas a Sonatrach, Cepsa, Iberdrola, Endesa y Gaz De France Suez. Su objetivo es construir y operar el primer gasoducto a más de 2.000 metros de profundidad en el Mediterráneo. Con una capacidad inicial de ocho mil millones de metros cúbicos al año, acercará gas natural directamente desde Beni Saf, en la costa argelina, hasta Almería.

El INSS acepta el "aval moral" del Ayuntamiento de El Ejido y levanta el embargo a las empresas de Galán

ALMERÍA.- El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) aceptó hoy el "aval moral" del Ayuntamiento de El Ejido (PAL) para levantar en las próximas 72 horas el embargo cercano a un millón de euros que pesa sobre las entidades Jardines del Alcor, Jardines de Poniente y Lobelia Gestión, toda ellas propiedad del empresario Juan Antonio Galán, en prisión incondicional a raíz de la operación 'Poniente', de manera que los 87 trabajadores que acumulan diez días de protesta en la Plaza Mayor del municipio almeriense pueda cobrar sus salarios atrasados, unos 336.000 euros.

En declaraciones a los medios, el alcalde en funciones de El Ejido, Ignacio Berenguel, indicó que tras la reunión en la que estuvieron presentes representantes de los trabajadores así como de la entidad matriz de servicios municipales Elsur, Ayuntamiento y oposición con la Delegación Provincial de Tesorería, todas las partes "salieron muy satisfechas" ya que se consiguió un "aplazamiento de las cuotas que tenía incumplidas", según la versión municipal.

De esta forma, el regidor en funciones indicó que mañana se presentará la documentación solicitada por la Tesorería de manera que en un plazo máximo de tres días se resolverá el embargo que pesa sobre las cuentas y además se concederá un aplazamiento máximo de 36 meses para que las empresas "puedan desenvolverse normalmente", de forma que el líquido llegue a las cuentas de Galán --representado por Ambrosio Cuevas en este cometido, imputado en la operación 'Poniente'-- "no quedará secuestrado para atender a esos impagos".

Así, el edil ejidense, que confesó estar "muy contento" con el acuerdo alcanzado, espera que los 87 trabajadores de las subcontratas de Galán cobren el viernes y puedan regresar a su trabajo. "Todos hemos visto lo que ha pasado estos días en la Plaza Mayor, eran la parte más débil de toda la cadena y era de justicia ponernos todos de acuerdo".

El principio de acuerdo contempla el aplazamiento de las cuotas impagadas durante 36 meses, siempre y cuando no haya ningún impago de la mercantil o no se genere ningún tipo de deuda hacia la Tesorería. Así, el acuerdo es "totalmente definitivo y no debe volver a reproducirse salvo incumplimiento mercantil", según Berenguel.

En cuanto a las responsabilidades sobre los trabajadores, el alcalde en funciones afirmó que la entidad Elsur mantiene responsabilidad "moral y subsidiaria", ya que, jurídicamente corresponde, según su planteamiento, a la mercantil de Galán.

El Ayuntamiento de Níjar rechaza pagar 1.200 euros a la SGAE por la comida de mayores gratuita que hizo en Navidad

NÍJAR.- El Ayuntamiento de Níjar rechazó hoy el pago de 1.200 euros que le reclama la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) por un evento que realizó el Consistorio las pasadas navidades consistente en una comida para mayores gratuita que estuvo amenizada con música.

Según señaló el ayuntamiento en una nota, la SGAE le ha remitido unas notificaciones de pago por las que solicita tal cantidad a razón de 1,20 euros por cada comensal, por lo que el primer edil del municipio, Antonio Jesús Rodríguez (PP), se mostró "indignado", ya que, según afirmó, para que la comida no se cobrara "colaboraron varias empresas de la comarca".

De esta forma, tras mantener hoy una reunión con el delegado territorial de la SGAE, el Consistorio manifestó que la sociedad le reclama también otra deuda por el funcionamiento de la radio municipal, la cual "se pagará según un acuerdo alcanzado", así como un informe de todas las actuaciones culturales que se han realizado a lo largo de 2008 y 2009 en el municipio para que se paguen "en la cuantía que ellos consideren", según el regidor.

"No lo entiendo muy bien, los ayuntamientos realizamos un importante esfuerzo en los tiempos que corren para organizar eventos de carácter social o benéfico para que ellos quieran pedir dinero porque sí", dijo Rodríguez, quien se mostró disconforme con la medida. "Si actúa la banda de música quieren cobrar, si realizamos fiestas, también; esto no se puede permitir porque al final a quien está perjudicando es a la población", apostilló.

Así, el alcalde nijareño opinó que es la Administración central la que "debe tomar una decisión sobre una organización que tiene su amparo y que se dedica a presionar a los ayuntamientos de forma irracional", por lo que defendió que "no está obligado jurídicamente" al pago de la presunta deuda, según él.

En Ayuntamiento ha encargado a sus servicios jurídicos que estudie este caso para que, en caso de que éstos reafirmen la postura del equipo de gobierno, no se pague a la SGAE, pues el Consistorio tiene "unos gastos muy superiores a los ingresos en promoción cultural".

2010, el año del 'crash' / Santiago Niño Becerra *


El mensaje oficial -en todas las economías, en todos los países- en este año que comienza es "Ya ha pasado lo peor; ahora a crecer de nuevo". Finalmente, la mayoría ha admitido que lo vivido en estos dos últimos años ha sido terrible, y lo sucedido en el primer semestre del 2009, lo más duro desde la Gran Depresión. Bien, como explico en mi libro El crash del 2010, lo sucedido es sólo la antesala de lo que está por llegar, lo sucedido ha sido la precrisis de la crisis sistémica que, entiendo, estallará a mediados del año en curso.

De entrada, una matización. Quienes han sido más realistas hasta ahora comparan lo acontecido desde mediados del 2008 con lo sucedido desde mediados de 1929 y, a partir de ahí, realizan sus análisis; yo pienso, en cambio, que la secuencia comienza antes: en 1923 (en el crash de entonces) y en 2003 (en el crash actual). En efecto, un repaso de la evolución del PIB de las principales economías en ambos periodos de tiempo muestra similitudes sorprendentes; la diferencia estriba en las decisiones entonces adoptadas y en las que ahora se han adoptado. Sin embargo, el final será idéntico: una crisis sistémica fruto del agotamiento de un modo de hacer que dará origen a un nuevo modo de funcionamiento. Puede sonar misterioso, pero, en el fondo, es algo muy técnico. El año 2010 constituye la frontera.

Y en 2010 es cuando verdaderamente se producirá el inicio de los problemas. De entrada, será a lo largo de los próximos meses cuando el Banco Central Europeo (BCE) pondrá fin al acceso fácil (y barato) a su dinero para las entidades financieras, lo que significará, entre otras cosas, el final de una forma fácil (y barata) de negocio: pedírselo prestado al BCE al 1% e invertirlo en Deuda Pública al 3%.

Para las empresas, el 2010 supondrá unas mayores dificultades (mucho mayores) a la hora de obtener financiación, debido a una creciente percepción de impago posible por parte de las agencias de calificación y de las propias entidades financieras, lo que les llevará a restringir el crédito en cualquiera de sus formas. (Evidentemente, lo dicho en el punto anterior influirá en estas mayores dificultades de financiación, ya que hará más caro a las entidades financieras la obtención de fondos).

Tampoco podrá extenderse más allá del 2010 la ficción en la que han vivido (porque así lo consideraron conveniente) los reguladores financieros: la aceptación como buenos de gran número de activos que un análisis exigente hubiese demostrado inaceptables (¿estamos hablando de 600.000 millones de euros?, ¿más?); una ficción que ha permitido posponer el crash unos meses, pero cuya afloración tendrá consecuencias. Si a esto añadimos la propia deuda de las entidades financieras (410.000 millones de euros es la que las españolas deberán atender entre 2010 y 2012), el panorama de estas entidades es, como poco, muy preocupante. Volveremos sobre el sistema financiero.

A lo largo de 2010, esas menores o más difíciles posibilidades de financiación para las empresas se traducirán en una ocupación decreciente, es decir, en un desempleo al alza. A ello contribuirán las restricciones en el consumo de todo tipo de bienes y servicios debidas al aumento del paro y al colapso de la capacidad de endeudamiento de las familias, y ello, tanto a nivel nacional como internacional, demostrará la imposibilidad de que las exportaciones se conviertan en la solución de todos los problemas, como así pretenden todos los Gobiernos de todos los países. En consecuencia, el peligro de la tan temida inflación puede darse por conculcado debido a que el consumo se derrumbará, lo que aleja la posibilidad de alzas significativas en los tipos de interés.

¿La consecuencia más inmediata de lo anterior? Rentas decrecientes por congelaciones salariales y por reducción de los beneficios empresariales, y rentas medias a la baja debido al aumento del desempleo y a la caída de la actividad económica, lo que se traducirá en caídas de los pluses y de los bonus pagados por las empresas. La capacidad de consumo descenderá, y, a la vez, lo hará la recaudación de los Estados, tanto por lo que respecta a la imposición indirecta como a la directa. La salida natural a un decorado como el descrito es hacia la economía sumergida (y mucho más en casos como el español, debido al reducido valor añadido de los bienes fabricados).

En 2010 también se asistirá al fin de lo que verdaderamente ha posibilitado larecuperación habida en el segundo semestre del 2009: los estímulos, las ayudas y las inyecciones directas e indirectas, aunque generalizadas, aplicados por los gobiernos.

Su final se producirá por el hecho de que la propia capacidad de endeudamiento de los Estados (al menos en su forma actual) ha llegado a su fin (el caso de Grecia ha sido la primera manifestación). Pero el final de esos estímulos tendrá consecuencias: dejarán de ser factibles tareas realizadas al calor del Gasto Público y dejarán de ser sostenibles realidades creadas al abrigo de avales y garantías estatales.

Durante el año 2010, y vinculado con lo anterior, los Estados deberán ir realizando aquellos ajustes presupuestarios más imperativos; menos, entiendo, por el lado del aumento de ingresos como por el del decremento de gastos, es decir, no tanto incrementando las figuras impositivas como reduciendo el Gasto Público. El objetivo será doble: disminuir sus déficit y conseguir una mejor aceptación (al menor coste posible) de la Deuda Pública que tales Estados van a tener que continuar emitiendo. También estas medidas tendrán consecuencias.

En septiembre del 2007 se manifestó, con el estallido de la crisis de las subprime, que el modo de crecimiento que la economía mundial mantuvo hasta entonces había llegado a su agotamiento (por eso, pienso, nadie es culpable: o se hacía lo que se hizo o no se crecía en la medida en que se deseaba crecer). Las políticas desplegadas por los Estados, así como las coordinaciones financieras más o menos efectivas de los Bancos Centrales y de las instituciones internacionales han permitido alargar la situación más de dos años a un coste enorme: enormes déficit, cierto, pero lo peor es que sólo para llegar más tarde a un punto muerto.

En 2010, pienso, todas estas carencias serán puestas sobre la mesa, dando comienzo a una crisis larga y profunda muy semejante a la Gran Depresión, aunque con el handicapde que la salida será muy distinta a la que se produjo en 1950.

¿España? Le irá todo peor que a la mayoría debido a su particular modo de hacer las cosas: actividades intensivas en factor trabajo, generadoras de bajo valor añadido y proporcionalmente más dependientes que otras del exterior y del crédito. Para 2010 estimo que el PIB español experimentará una tasa de variación de entre el -4,4% y el -4,2%. Y nuestra tasa de desempleo se situará entre el 22,0% y el 23,0% de la población activa, y ello sin considerar ni el desempleo encubierto ni el subempleo. Una joya de año, vamos (y será el principio).

(*) Santiago Niño Becerra es catedrático de Estructura Económica en la Facultad de Economía IQS de la Universidad Ramon Llull. / www.elpais.es