viernes, 28 de octubre de 2011

España reglamenta la prestación de paro para autónomos

MADRID.- El Consejo de Ministros reglamentó este viernes la prestación por el cese de la actividad de los trabajadores autónomos, cuyas cotizaciones ya están contando desde hace un año, y para el que se establece un máximo de doce meses de cobro.

Esta medida viene a reglamentar la Ley de prestación por cese de actividad aprobada hace un año.
"En aquella norma se preveía entre otras cosas que se estudiaría la creación de una prestación específica para los autónomos, para que cuando alguno tuviera que cesar en su actividad por factores económicos pudiera haber una forma de proteger a ese trabajador autónomo", dijo el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Gómez destacó que la ley que consagra el derecho a estas prestaciones es la primera en dar una cobertura de este tipo en Europa.
Según datos del Ministerio de Trabajo, en la actualidad hay más de 500.000 cotizantes a este sistema de protección, a los que hay que sumar casi 150.000 trabajadores por cuenta propia agrarios que se incorporarán al sistema en 2012.
El sistema es contributivo y no se financia con impuestos, sino con el 2,2 por ciento de la base de cotizaciones que los trabajadores aportan a la seguridad social.
El importe mensual a percibir por los beneficiarios es del un 70 por ciento de la base de cotización, y se establece una escala progresiva de duración de la protección mediante la cual se incrementan los meses de protección, con un tramo mínimo de 12 meses y un máximo de 48 en adelante.
El periodo mínimo de protección son dos meses (con 12 meses cotizados) y el máximo doce meses (con 48 o más meses cotizados).
Adicionalmente, los autónomos que coticen por esta contingencia verán reducida en un 0,5 por ciento su cotización por cobertura de incapacidad temporal.
Además, el consejo de ministros tomó la decisión de regular las prácticas no laborales para jóvenes con cualificación y sin experiencia de trabajo.
Esta modalidad contractual de prácticas será aplicable a jóvenes con título universitario o de formación profesional (FP), deberán llevarse a cabo bajo la supervisión de un tutor y tendrán una duración de entre 6 y 9 meses.
La medida está destinada a mejorar la tasa de desempleo juvenil, que en España supera holgadamente el 40 por ciento.
Los jóvenes en prácticas bajo esta modalidad percibirán una beca de apoyo con un mínimo del 80 por ciento del IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples). Ese porcentaje del IPREM sería en 2011 de algo más de 420 euros mensuales.
A estas prácticas también se les aplicarán los mecanismos incluidos en la última de la reforma de ley de pensiones, que establece que las mismas computen como período cotizado hasta un máximo de dos años a efectos de jubilación. Para ello, las empresas deben aportar cotizaciones a la seguridad social en concepto de seguro por accidentes de trabajo -no para la prestación por desempleo-.
Consultado por la Encuesta de la Población Activa (EPA) publicada el viernes, que arrojó la tasa de paro más alta de España en los últimos 15 años, Gómez dijo que era un "dato malo, sin ambages, porque correspondiendo al comportamiento del empleo en el tercer trimestre ha arrojado perdida de ocupación, esto no es habitual".
Gómez destacó que en otras épocas de crisis ya se había dado un dato de empleo negativo en el tercer trimestre, pero reconoció que nunca lo fue con tanta intensidad.
"Estos 145.000 empleos perdidos son uno de los peores resultados", dijo, aunque señaló que los dos factores esenciales que explican la destrucción de empleo son el comportamiento del sector de la construcción y los recortes de empleo relacionados con la administración pública.
En el tercer trimestre, la construcción perdió 26.000 empleos, para quedar con 455.500 parados, un 9,1 por ciento del total, mientras que en la administración pública -tanto estatal como de Comunidades Autónomas- se perdieron unos 40.000 puestos de trabajo, dijo el ministro.

La deuda soberana y el refuerzo del sector financiero / Ángel Tomás Martín *

En un artículo publicado recientemente, exponía lo que podría ser una buena solución para liberar al sistema bancario de sus activos inmobiliarios no deseados y actualmente sensiblemente depreciados, sustituyéndolos por tesorería con destino obligado a la creación y expansión de empresas como única solución para la regeneración de la crisis. 
 
Alemania sigue buscando la solución para inyectar al sistema financiero el capital necesario para evitar la espiral creciente de deterioro generalizado de sus balances, que de no materializarse en un plazo relativamente corto, llevaría al mayor desajuste económico jamás conocido. 
 
Carecer de la liquidez necesaria crea desconfianza y paralización económica, dejando a España prisionera del endeudamiento público, (incluyendo a las Comunidades Autónomas y a las Corporaciones Locales) y del endeudamiento privado (personal, empresarial y del sistema bancario).

Inyectar tesorería a la banca a través de cualquiera de los sistemas posibles, crearía los cimientos necesarios para iniciar el crecimiento de la economía comunitaria; pero el monumental nivel de la deuda soberana, ya con difícil colocación, forzaría de nuevo su suscripción utilizando los nuevos fondos de recapitalización, y por tanto, seguiríamos con estancamiento y posiblemente recesión.

Ayudar y agilizar las entidades de crédito saneando sus balances, sin acometer antes o en paralelo la solución del endeudamiento de todos los Estados asociados, nos llevará a un círculo vicioso de resultado letal.

La situación de endeudamiento público se ha intentado paliar de forma desordenada y con parches, sin aplicar todos los recortes necesarios ni la austeridad a que obliga una práctica presupuestaria proporcional a las posibilidades de recaudación reales. Los administradores públicos han derrochado sin tasa y han prescindido de todos los sistemas administrativos de control e intervención legalmente establecidos, relajando y desoyendo a los Órganos Supervisores Oficiales del sistema financiero.

Ciertos gobiernos europeos, sin el nivel de conocimientos de economía suficientes, se olvidaron de estudiar “la desviación de la continuidad”, y de revisar la recurrencia de la etapa de auge, y así le ha ido a Europa, sin que se salve tampoco EEUU. Nuestra prepotencia y presunción no ha ido acorde con la dimensión de los desequilibrios larvados.

La eurozona se construyó por medio de adhesiones desordenadas y con ausencia de intereses privados; estamos pues, en el “coste de oportunidad de la utilización de los recursos financieros”. Algunos estadistas deberían imitar a tantos buenos y ejemplares empresarios, verdaderos emprendedores y creadores de puestos de trabajo, que cimentan su gestión siendo eficaces, previsores y éticos, operando sobre expectativas y observando los cambios de tendencias.

Los esfuerzos separatistas y nacionalistas contribuyen a la desunión de la política y la economía en Europa. Sirva de ejemplo la llamada muerte lenta de Bélgica y de algún otro país
de la Unión, que invitan a reflexionar sobre la importancia de unificar las políticas económicas, financieras y fiscales. La gestión indisciplinada siempre conduce al mismo recorrido: gastar desordenadamente y contraer un endeudamiento creciente con dificilísima posibilidad de amortización, eso sí, recurriendo al préstamo exterior y a la subida de impuestos que acabarán soportando las familias y las empresas. No reconocer los errores, ni dar paso a otros con más preparación y valía es la gran pesadilla que se ha de soportar.

La incompatibilidad de financiar la banca sin resolver el endeudamiento soberano, es la duda y paralización en que se encuentra la Comisión Europea ante el temor de ver frustrado el intento posiblemente absorbido por las inevitables nuevas emisiones carentes de la suficiente garantía estatal. La amenaza de quitas a determinados países periféricos, no solo desprestigiaría por muy largo tiempo, sino que dañaría de nuevo la tesorería de los bancos que fueron inducidos a suscribir en anteriores emisiones.

En la nueva etapa que hemos de emprender, no debemos repetir errores básicos anteriores.
Citemos algunos sin pretender ser exhaustivos:

– Aprobar presupuestos irreales o falsos.

– Falta de análisis y fijación de techo a los presupuestos de las distintas Administraciones

– Ausencia de auditorías profundas y fiables de las contabilidades Públicas.

– Suprimir Intervenciones Generales del Estado, ejemplares y necesarias siempre.

– Falta de adopción de todas las medidas exigidas por Bruselas a fin de alcanzar el 3 por ciento del PIB para el 2013, sin cuya consecución no recibiremos el apoyo necesario.

– Atrasar la publicación de “las previsiones reales de la economía” (pospuesta recientemente para después del 20Ncon grave perjuicio para las comunidades autónomas).

– Prescindir de las “aportaciones participativas en empresas patrimoniales”.

Hemos perdido mucho tiempo y la estabilidad del euro necesita con urgencia un gran liderazgo capaz de aunar voluntades y esfuerzos, de promover regulaciones obligatorias y de establecer los controles y sanciones concretas aplicables a los Miembros de tendencias personalistas e insolidarias.

(*) Economista y empresario