domingo, 29 de agosto de 2010

La 'gota fría' podría llegar a partir de la segunda quincena de septiembre a las regiones mediterráneas

MURCIA.- El fenómeno conocido como 'gota fría' podría llegar a partir del 15 de septiembre y hasta final de octubre a las regiones mediterráneas, puesto que es en la época de otoño cuando se da la combinación de los tres ingredientes fundamentales para que se produzca este hecho.

Así lo ha afirmado el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Murcia, Fernando Belda, quien recomienda precaución en esa fecha.

En concreto, Belda ha explicado que la 'gota fría' se produce cuando al mismo tiempo se producen tres fenómenos básicos, "en una amplia área". Se trata de aire frío en niveles altos, alrededor de los cinco kilómetros de altura; y en superficie, tener aire cálido y húmedo.

Circunstancias éstas que, según Belda, se dan con cierta "frecuencia" hacia el otoño en Murcia, Comunidad Valenciana, la parte oriental de Andalucía, e incluso Cataluña y Baleares.

Por tanto, cuando estos ingredientes se dan en una amplia zona se producen las famosas lluvias torrenciales y/o persistentes, donde se pueden llegar a acumular cantidades de agua que pueden alcanzar los 200 litros por metro cuadrado.

No obstante, Belda ha precisado que todo ello depende de un factor que considera de importancia, y que es la orografía que, en el caso del sureste y especialmente este peninsular, "es compleja y favorece que ciertas zonas se vean favorecidas por este tipo de acumulación de grandes cantidades de precipitación".

Sin embargo, Belda ha subrayado que el aire frío en altura se da a partir del 15 de agosto, "aunque faltarían los otros dos ingredientes, de forma que la época del año donde es más fácil que se acoplen es en otoño".

Asimismo, ha apuntado que el Mediterráneo, hacia septiembre y octubre está "relativamente cálido". Por lo tanto, cualquier situación que haya de "vientos de levante en niveles bajos de superficie trae humedad y aire cálido que, junto con el aire frío en altura, es la combinación".

El fenómeno de la gota fría será más o menos persistente en función de la temperatura en niveles bajos o de la que exista en niveles altos. Y es que, según Belda, "a mayor diferencia si el aire de arriba está más frío y el de abajo más calido, los movimientos verticales de masas que se generarán serán mucho más violentos".

España comienza a perforar su gran almacén submarino de gas

TARRAGONA.- España ha puesto en marcha la construcción de su gran reserva estratégica de gas para evitar apagones en caso de que haya problema en el gasoducto de Argelia o en los buques que traen el combustible. La empresa ACS lidera el consorcio que la semana que viene empezará a perforar el lecho marino a 21 kilómetros del delta del Ebro con una inversión de 1.300 millones de euros, según 'El País'.

Las perforaciones submarinas convertirán el yacimiento petrolífero de Amposta, abandonado a mediados de los ochenta, en el flamante depósito de gas Castor. Los trabajos aprovecharán la formación geológica que contuvo el crudo para reconvertir esa cavidad en un tanque de gas natural con capacidad para 1.300 millones de metros cúbicos -lo que España tarda cerca de 12 días en consumir-, ubicado unos 1.750 metros bajo el lecho marino.

El acondicionamiento bajo el mar convierte esta infraestructura en la más cara de los depósitos construidos hasta el momento -unos 1.300 millones de euros- y tan compleja que el promotor del proyecto, Escal UGS -participada por el grupo español ACS (66%) y la sociedad canadiense CPL (33%)-, ha contratado la segunda grúa flotante más grande del mundo para ensamblar la plataforma de perforación. Un gigante de casi cien metros de altura que a las seis de la mañana de ayer quedó acoplado al suelo marino, a 92 metros de profundidad, y dispuesto sobre el antiguo yacimiento. Todo listo para horadar.

La localización del depósito viene condicionada por la formación geológica del antiguo yacimiento, del que ya se extrajeron unos 56 millones de barriles de crudo y que supone un recinto ideal y seguro -pese a los recelos de los ecologistas- para acumular gas, según los expertos. "Como hubo petróleo allí se conoce muy bien la geología del terreno y no debe haber fugas", señala José Luis Larrea, vicepresidente del Colegio de Geólogos.

El presidente de Escal UGS, Recaredo del Potro, insiste en que no hay peligro en el almacén: "Hemos cumplido todos los trámites ambientales que ha reclamado la Administración". "El otro depósito submarino de España [frente a las costas de Vizcaya] se encuentra en una zona designada reserva de la biosfera. Y no ha habido problemas", pone como ejemplo.

La plataforma empleará 18 meses para perforar ocho pozos que ejercerán de nudo umbilical con que el depósito recibirá y bombeará gas. También abrirá otros cuatro pozos destinados a tareas de control. Estos quedarán unidos a tierra a través de un gasoducto de 30 kilómetros de longitud, ocho de ellos subterráneos hasta alcanzar el almacén ubicado en Vinarós (Castellón). Desde allí se inyectará o captará suministro procedente de cualquiera de los gasoductos del país. La previsión es que entre en funcionamiento en primavera de 2012.

Los depósitos de gas son una prioridad en toda Europa. El Castor fue declarado de urgencia por el Consejo de Ministros en 2006. España importa prácticamente el 100% del gas que consume y con ese gas se genera un tercio de la electricidad. Aunque España tiene diversificado su abastecimiento -el 21% viene por el gasoducto de Argelia y el resto en barcos desde Noruega, Nigeria o Libia- toda Europa intenta aumentar su seguridad de suministro para evitar apagones.

En diciembre de 2004, una avería en el gasoducto desde Argelia, unida a un temporal que impedía llegar a los buques metaneros, puso a España al borde del apagón y Enagas tuvo que cortar el suministro a las grandes empresas para que no se cayera la red. La ley obliga a contar con reservas para 35 días, pero Industria quiere elevar ese umbral.

Además del yacimiento Castor y la ampliación de La Gaviota, está en proyecto un almacén en Yela (Guadalajara). En este caso el gas se almacenará en un acuífero, lo que requiere más complejidad. La ventaja es que está cerca de Madrid.

El gas ha sido, junto con las renovables, la gran apuesta eléctrica de España. Desde 2002 se han instalado 22.370 megavatios de centrales de gas, la potencia de 22 reactores nucleares. Pero con la caída de la demanda eléctrica, las centrales funcionan mucho menos de lo calculado (3.500 horas en 2009 frente a una previsión de 5.000. Y el tiempo va en descenso por el auge de las renovables).

Por eso el diputado de ICV, Joan Herrera, critica. "Es un error. Habría que reconsiderar este tipo de instalaciones porque la previsión de consumo de gas está por encima de la realidad. No considera factores como el descenso de consumo por la crisis", razona. "Instalarla tan cerca del delta, una zona protegida, tampoco parece razonable. Los estudios ambientales se han hecho demasiado deprisa", añade Herrera.

Bajo el casco de Berlín

El almacén de gas Castor ha generado protestas en los municipios vecinos. Josep Manel Martí, concejal de Urbanismo de Alcanar (Tarragona, 11.000 habitantes) critica: "El almacén queda a tiro de piedra de la escuela del pueblo y Vinarós estará a más de ocho kilómetros de donde se emitirán gases". Sin embargo, la técnica de los almacenes de gas es muy conocida. Según Enagas, "existen 6.267 almacenamientos subterráneos en el mundo; 81 de los cuales son en acuíferos salados profundos, incluido uno bajo el casco urbano de Berlín".

El vicepresidente del Colegio de Geólogos, José Luis Larrea, destaca que "no se conoce ningún incidente en los cientos de almacenes que existen". Se suelen usar yacimientos vacíos de hidrocarburos por un lógico razonamiento: si la formación geológica atrapó allí el gas o el petróleo durante milenios, lo seguirá haciendo.

El gasoducto con Argelia podrá operar a final de 2010

ALMERÍA.- El consorcio Medgaz, impulsor del gasoducto submarino construido entre Argelia y España, ha anunciado que está previsto que la infraestructura esté "técnicamente preparada" para comenzar a operar a "plena capacidad" en el último trimestre del presente ejercicio tras dar inicio a las pruebas de gas en la estación compresora de Beni Saf (Argelia).

Así lo aseguran fuentes de la empresa que precisaron que, en la actualidad, Medgaz está ejecutando las citadas pruebas "sólo" en la parte argelina del tendido aunque no se está bombeando gas aún a la tubería a la espera de que se realicen maniobras similares en la estación receptora construida en la playa de El Perdigal, en la capital almeriense.

Desde el consorcio se comunicó en abril que existía "cierto retraso técnico" con respecto al calendario inicial programado en la secuencia de pruebas técnicas tanto en las estaciones terrestres de Argelia como de España, en concreto tres meses según el cálculo de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) si bien "se espera" que, finalmente, el gasoducto pueda empezar a operar a plena capacidad en el último semestre de 2010.

Medgaz transportará hasta de 8.000 millones de metros cúbicos de gas al año de tal manera que, de la capacidad del gasoducto, a la entidad Sonatrach le corresponderán 2.880 millones de metros cúbicos por su 36 por ciento, mientras que Cepsa e Iberdrola recibirán 1.600 millones de metros cúbicos por su 20 por ciento, frente a los 960 millones de metros cúbicos de GDF Suez y Endesa por su 12 por ciento.

El consorcio inició en marzo de 2008 la primera parte de la construcción del gasoducto, de 210 kilómetros de longitud, con el arranque de los trabajos por parte del 'Castoro Sei', buque encargado de soldar y construir la parte menos profunda de la tubería, hasta 550 metros bajo el mar. En agosto, comenzaba a ejecutar la instalación de los tubos a mayor profundidad, hasta 2.000 metros sumergidos sobre el fondo marino, lo que lo convierte en un hito en el Mar Mediterráneo.

El consorcio Medgaz completó en diciembre de 2008 construcción del gasoducto dentro de los plazos previstos y en el primer trimestre de 2009 programó las pruebas hidráulicas con el fin de comprobar el buen funcionamiento del gasoducto antes de su puesta en marcha.

La izquierda en ebullición / José Francisco Mendi *

Los últimos datos del CIS se imponen a la realidad política del país. Demuestran que, a pesar de la deriva del Gobierno hacia la derecha económica, la izquierda política no consigue rentabilizar en las instituciones la frustración, el enfado y las ganas de cambio de los votantes más progresistas. Una situación “ideal”, en términos puramente electorales para el crecimiento de la izquierda, y con una huelga general convocada por los sindicatos más representativos, se convierte en un retrato desolador del presente de la propia izquierda.

¿A quién deberían votar ahora los que gritaban en la sede del PSOE “no nos falles”? La lógica diría que a Izquierda Unida. La realidad dice otra cosa muy distinta. Ni los nuevos votantes de izquierda, ni los decepcionados por el giro conservador de Zapatero, ni quienes se habían abstenido en otras ocasiones o votaban opciones marginales “anticapitalistas” se muestran interesados por la opción que representa IU. Y no es un problema de liderazgo.

La excelente valoración cosechada por su portavoz en el Congreso, Gaspar Llamazares, en el último debate sobre el estado de la nación sólo añade más incertidumbre al umbral del cinco por ciento al que parece estar condenada IU (punto arriba, punto abajo) en sus resultados electorales pasados o futuros. Por una razón, los futuros votantes de izquierda todavía no saben que Llamazares, la mayor y mejor representación de la izquierda en las instituciones, no será el candidato de IU a las próximas elecciones generales. Y aunque lo fuera, eso no solucionaría por sí mismo el problema de IU y mucho menos el de la izquierda.

Cualquier propuesta política requiere cuatro elementos básicos para garantizar el éxito. Proyecto, liderazgo, organización y condiciones sociales. Llamazares tuvo las dos primeras, media organización en su contra y las peores condiciones sociales. En cambio a Zapatero le bastaron para ganar las elecciones del año 2000 las condiciones que le proporcionaron la nefasta gestión del gobierno de Aznar tras los atentados del 11-m.

Hoy, para la izquierda, hay condiciones y organización social y, en cambio, falta por articular un nuevo proyecto político con un nuevo liderazgo. La izquierda a la izquierda del PSOE está por hacerse y no sólo rehacerse. No es un problema de refundaciones ensimismadas, ni de sumas de siglas artificiales, ni de exclusiones preventivas. Es un problema estructural de la propia izquierda que está por abordar.

La distancia que hay entre la izquierda social e ideológica y la institucional es abismal, al margen de una legislación electoral injusta.La desnudez de la izquierda que constatamos nos obliga a impulsar un nuevo proyecto en el que se puedan ver representados muchos y variados colectivos progresistas en torno a un proyecto común y un liderazgo de fuerte respaldo y prestigio social.

Ese proyecto debe ser atractivo, simpático y amable con los votantes de izquierda del PSOE. Tendrá que superar y subsumir la actual IU sin excluirla y sumar a las izquierdas nacionalistas que quieran contribuir a un proyecto común de estado por muy plural que sea. Tendrá que retomar, y no engullir, el espacio verde progresista de fuerte implantación europea que ahora parece moverse de forma más unitaria de la mano de ICV y López Uralde.

Y, por supuesto, deberá sintonizar con las nuevas formas de organización y movilización social que permiten las nuevas tecnologías.Afortunadamente se están dando los primeros pasos en esa dirección. Estamos en un momento de “ebullición silenciosa” donde muchos preparan algo y lo importante es que todos o casi todos confluyan en el resultado. Las próximas elecciones generales son el objetivo y la suma de ideas, encuentros y propuestas está en plena efervescencia.

El próximo curso político será el que defina el proyecto, le dé forma y también el que tendrá que alumbrar el nuevo liderazgo. Éste requiere un amplio y plural reconocimiento, fuerte proyección social, honestidad, novedad, transparencia, identidad progresista y, por supuesto, un gran consenso en su respaldo.

En definitiva, tenemos las condiciones idóneas, mucha gente dispuesta a impulsar esta nueva propuesta, la tecnología precisa para hacerlo con pocos recursos y una gran red social de apoyo.

Si las personas que pueden y deben liderar este proyecto dan ese paso, costoso pero decisivo, estaremos en las mejores condiciones para que la izquierda social y la institucional sean más fuertes en la calle y en el parlamento.

(*) José Francisco Mendi, miembro del Consejo Político Federal de IU y autor del libro Rojos en la Red.