miércoles, 3 de febrero de 2010

Plan B, segundo acto: la venganza / Pepe Fernández *


La irrupción de José Añéz como principal personaje político timoneando la nave del PAL hace presagiar turbulencias venideras que vaticinan tormentas con fuerte aparato eléctrico a corto y medio plazo.La estrategia que Añéz ha diseñado está basada únicamente en la defensa política del alcalde, importándole un rábano desde esa perspectiva lo que digan los papeles en poder de la jueza. El plan, por tanto, es fácilmente adivinable.

El rico refranero aporta infinidad de titulares, siendo, “de perdidos al río” el que más gráficamente define la estrategia de tan ilustre cabeza pensante del PAL y la de su mentor el alcalde en prisión. O sea, la vieja estrategia del “¿Puta yo?, pues tú más”.La autodefensa política que Enciso ha meditado y diseñado durante tres meses, entre rejas y muchas noches de insomnio, la va a ejecutar Pepe Añéz, del que se fía porque siempre le gustó más el poder y la política que el dinero.Si se permite el símil, Añez es el "Avatar" de Enciso desplegado como héroe en Pandora, que se acabará quedando en el reino y con la Naví más mona. Ay, pero esos son cuentos en 3D.Han decidido abrir la caja de los dossieres amenazantes, eternamente guardados bajo siete llaves, papeles disuasorios durante años de guerra fría y duras contiendas de clanes en los arrabales de la política almeriense, papeles que demostrarían que los otros, los del PP, habrían robado tanto o más que Enciso.

Y por lo que parece tienen mierda guardada, algo reseca por los años y que quizás no sirva ni de abono, pero parece que basura al fin y al cabo para armar “la defensa” política de la credibilidad que Enciso y el PAL pierden a diario ante la opinión pública ejidense y almeriense, conforme se airean detalles sumariales. (Tremendo lo que publicó La Voz, manipular el resultado de unas oposiciones descolgando a uno para colocar a un amigo, feo asunto que figura en el sumario).Es fácil concluir, por tanto, que se avecinan tiempos de múltiples pestilencias esparcidas con ventiladores contra la fuerza amenazante contra la indecencia que proyecta la Operación Poniente.

El problema está en el volumen de aire que sea capaz de desplegar el ventilador de Añez.Veamos el teatro de operaciones mediáticas que tiene este "coronel" al frente de una División en retirada, dado que el general está prisionero desde hace tres meses por la “politizada” Justicia.Cuenta con la radio municipal, disciplinada y cumplidora con los mandatos del palacio municipal, un periódico gratuito de un amigo del PAL y una tele local que, por cierto, espera la TDT muy impaciente y bastante nerviosa, tanto que su propietario – hermano del diputado tránsfuga Angel Díaz- llegó recientemente a amenazar e insultar, en el seno del órgano rector del múltiplex digital comarcal, al representante del Grupo La Voz, el periodista Diego Mesegosa, director de la SER en Almería. Tele Ejido está considerada como el órgano de comunicación principal de la cuerda del PAL y la adjudicación de licencia por parte de la Junta de Andalucía se debió a que formaba parte del los pactos – no escritos- entre el PSOE y el PAL en las dos últimas legislaturas para repartirse Diputación.

El ventilador de Añez necesita más potencia. Más madera, es la guerra, hay que morir matando, proclamar hasta que se enteren en Villaricos que Enciso es inocente, un político como los demás, con sus virtudes y sus pecadillos, en fín, como todos. Añez necesita salir de El Ejido, de Almería, incluso poder enviar sus mensajes al resto de Andalucía. Ojo, mensajes contra el PP de Arenas, el que sube en las encuestas y en una provincia donde el PSOE las pasa canutas, elección tras elección, una música que a priori suena muy bien a los oídos de algunos socialistas habituados a la mano dura y la patada en la espinilla contra los del PP.

La cúpula del PP de Almería quieren situarla en el ojo del huracán, con Javier Arenas como artista invitado.No se sabe si al exquisito oído de Griñán, habituado al bel canto, le satisfará la música de banda, de fanfarria barriobajera, que suena calle abajo, entrando por Pescaderías y por El caserío. El verá, si tiene tiempo en pensar en otras cosas que no sean el congreso de los idus de marzo, donde piensa elevar el nivel y el glamour de la ejecutiva y una remodelación posterior del gobierno en abril. (Por cierto, la rumorología sevillana, politico y periodística, da por hecha la salida de Luis Pizarro del partido y también, entre otros, la de Martín Soler del gobierno, pero son solo especulaciones alimentadas por la ola de intoxicaciones que lanzan los clanes en litigio y de forma soterrada una vez convocado el congreso para dentro de algo mas de un mes).

Un guiño al Grupo Joly

Sea como fuere, Añez tiene que buscar altavoces externos y en ello debe de estar meditando o trabajando. De momento ha hecho un guiño al Grupo Joly al que el domingo concedió una extensa entrevista, una llamativa exclusiva a doble página y en portada, tras convertirse Añez oficialmente en “El Elegido” de Enciso para administrar su estrategia en el Ayuntamiento y el PAL. El diario de la familia Joly en Almería ha mantenido informativamente hablando una linea discreta y correcta entorno la la O. Poniente, como si el acontecimiento les quedase lejos, en contraste al trato informativo de periodismo de investigación dado por cabeceras locales como La Voz de Almería e Ideal; o El Mundo, El País y La Razón en sus ediciones andaluzas.Las trompetas amenazadoras contra la cúpula del PP de Almería ya han sonado por Internet a través de un portal al que se sitúa más cercano a los intereses de la cúpula socialista almeriense que a la del PP. Para que se hagan una idea, se habla de cocinas y coches regalados, pisitos con dinero negro, recalificaciones urbanísticas, vacaciones de gañote en yates de empresarios que abren sin licencia, etc etc, así suenan esos apocalípticos metales.Como leen auténticas piezas del museo de los horrores políticos porque, de tener valor penal, seguramente quienes las conocen, antes de mandarla a la prensa, las habrían entregado hace tiempo a un juez o un fiscal para que examinara si hay delitos en vez de guardarla en el maletín de las cabezas nucleares del encisismo.Y es que Enciso sigue convencido de que tras su desgracia está el PP de Gabriel Amat y de Luis Rogelio Rodríguez Comendador, alcaldes de Roquetas y Almería respectivamente y, ambos, presidentes del partido en esta década del desencuentro.

Gerardo Palmero o la irresponsabilidad de los que abandonan.Nada nuevo en la entrevista que concede Añez al Diario de Almería a lo que ya ha dicho en estos meses en favor de quien se proclama amigo de la infancia, olvidando que fue el Padre Navarro quien le presentó a Juan Enciso allá por la década de los noventa, según recuerdan testigos por El Ejido en estos días. Amigos sí, pero desde la segunda o tercera infancia por lo menos, comentan. El nuevo hombre fuerte de la situación pretende ofrecer una imagen de serenidad, entereza y, sobre todo, responsabilidad hacia el pueblo. Y a la certera pregunta del periodista de ¿qué hará si Enciso resulta culpable?, responde:-”Si se demuestra que se han cometido una serie de delitos y que una vez juzgados se comprueba que han existido yo seré el primero en reconocer y decir que me he equivocado en un amigo”.

Pero cuando da la talla como estadista del encisismo es cuando le preguntan por el tercer hombre, por Gerardo Palmero, el último de tres concejales en abandonar el barco del PAL a consecuencia de la Operación Poniente.-Se trata de arrimar el hombro, de ser responsables con el compromiso que adquirimos con el pueblo. Lo cómodo es estar cuando todo va bien. Lo difícil es mantenerse cuando las cosas se complican.

Enciso no gestionó Elsur pero lo manejó.

Será desde esa personalidad que pretende ofrecer de hombre responsable desde la que aborde el otro desajuste de cuentas vaticinado en el mensaje carcelario de Enciso: Elsur y sus gestores. En efecto, fue el alcalde el que apuntó con el dedo acusador a los administradores de Agua y Gestión, “a Sevilla”, de no haber sido tocados por la acción de la Justicia, de no haber sido preguntados, investigados o detenidos por la jueza. Añez, seguramente, intervendrá Elsur aunque sea el alcalde virtual Ignacio Berenguel quien dé la cara y firme el acuerdo y entre los objetivos de esa intervención estará demostrar que los administradores de la empresa mixta engañaron la buena fe del alcalde, al que desde hace tiempo definen como "un presidente no ejecutivo" y, por tanto, para nada responsable de los tejes y manejes habidos con los dineros en Elsur.No obstante, el problema más angustioso de todos sigue siendo la situación de los trabajadores y sus familias, los mismos que hoy martes día 2 de febrero se manifestarán por el centro de la capital almeriense.

Los socialistas de El Ejido, con el diputado Manuel García Quero al frente, tienen muy claro a estas alturas la envergadura y posibles consecuencias políticas de lo que empezó a estallar el 20 de octubre pasado en el Poniente almeriense. La postura de la agrupación ejidense es rotunda: tolerancia cero ante la corrupción del PAL o del PP en El Ejido. Nunca pactarán con ellos. Y es que, a priori, no parece que existan demasiados daños colaterales en las filas socialistas locales.

Sería sorprendente (y algo más) que quienes denunciaban a principio de la década los abusivos precios cobrados por Elsur por una bombilla,- gestionada bajo las siglas del PP- acabasen pillados en el mercadeo comisionista de la trama de Elsur.En medio de esta maraña de tensión política, esta semana, Javier Arenas y la dirección del PP-A se plantarán en El Ejido. Lo que a priori podría considerase todo un gesto de valentía política, aprovechando el prolongadísimo silencio de los socialistas que merodean este escenario, -¿quién dijo miedo?-, puede acabar convertido en un acto de precipitación política al anunciarse la proclamación este jueves del candidato popular en 2011 para arrebatar la alcaldía al PAL.

Paco Góngora parece que será el elegido frente a Juan Cantón.Teniendo en cuenta el ritmo que empieza a tomar la Operación Poniente con previsibles nuevas comparecencias, imputaciones con o sin autos de prisión, nuevas piezas separadas, etc, es cuanto menos prematuro poner en el complicado ruedo político ejidense al candidato Góngora, un tipo válido y respetado, que llegó a ser delegado de Juan Enciso en el Urbanismo ejidense y al que vienen maldiciendo día sí, día también, desde que separó su vida política de la de Enciso. De hecho no se entienden las prisas de Arenas, máxime cuando el único candidato “proclamado” oficialmente en El Ejido se llama Juan Enciso y está en la cárcel. El PSOE aún no lo ha hecho y duda entre Guadalupe Fernández y el periodista de Canal Sur Ángel Acien, este ultimo apoyado por el consejero de Innovación y Diego Asensio.

La Misa que acabó como el Rosario.Bajo el enigmático titulo “Abortado nuevo comunicado regio desde la Hospedería AC” en el concurrido blog denominado "La Operación Topolino", creado hace un año y donde se han venido vaticinando en forma de cuento historias que podrían recordar a los personajes de la Operación Poniente, pero todo ello con el mérito de haberse escrito meses antes de que todo empezase a saltar por los aires en El Ejido. Bajo ese caricaturesco titulo se cuenta una extraña historia que habría tenido lugar en lo que ellos denominan la “Hospedería AC”, o lo que es lo mismo: la cárcel del ACebuche. Historia que llamó mi atención y que intenté descifrar a través de algunas fuentes internas en el AC.

Según la versión obtenida, los internos en el Módulo de Respeto de El Acebuche, tras el episodio del manifiesto carcelario sin permiso de nadie, y que a punto estuvo de enviar a Enciso por razones disciplinarias a la prisión de alta seguridad de Albolote en Granada, pidieron al sacerdote del centro que les celebrase la Santa Misa en la más estricta intimidad del grupo del Poniente, todos ellos católicos y practicantes. La misa multitudinaria con el resto de internos no les apetecía en exceso, querían algo que les permitiera un mayor recogimiento cristiano, sobre todo tras haber superado la tensión causada por su incumplimiento del régimen penitenciario al lanzar ilegalmente el mensaje por televisión.

El cura, que conocía lógicamente a Juan Enciso, aceptó las suplicas del alcalde. Como también aceptó la petición de Enciso para que se permitiese la entrada, que “colase” como ayudante o monaguillo para la misa, a un chaval con el que Enciso le manifestó que tenía mucho interés en charlar, un favor que pidió con insistencia al Páter de la cárcel. El cura ni de lejos llegó a pensar que iba a ser víctima de una movida interna de tres pares de narices porque le iban a colocar en un delicado compromiso.

Y así fue en aquella misa dominical tras franquear el acceso el monaguillo. Con el Sagrado Oficio iniciado, pasó por allí el Subdirector de la Prisión, de guardia ese fin de semana. Tras sorprenderse de la celebración de una misa intima y con todos sus avíos en pleno modulo carcelario, el funcionario pidió explicaciones descubriendo, además, que el monaguillo era algo más que un ayudante del oficiante, según parece era también periodista de un medio de la órbita del PAL en El Ejido. Y lo que empezó como una misa, acabó como el Rosario de la Aurora, con el sacerdote indignado, dolido y cuestionado ante la dirección del Centro, por el engaño del que se sentía objeto y con el intrépido reportero de patitas en la puerta principal de la cárcel. Tal como lo cuentan, lo cuento.

(*) Periodista y director de Onda Cero en Andalucía

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Es peligroso asomarse al exterior / José María Carrascal

Ni los mayores críticos de Zapatero podían imaginar tal caída a plomo. Que Obama no venga a Madrid, tras haberse anunciado como «conjunción planetaria» su visita, es algo peor que un plantón. Es hacer el ridículo. Y nada hay más letal para un gobernante que hacer el ridículo.

Pero Zapatero no ha hecho otra cosa desde que empezó a salir al extranjero. La fatua, pomposa, inflada celebración de su acceso a la presidencia rotativa europea, su malaconsejado pulso con el presidente efectivo, su comparecencia en Davos, tratando de dar lecciones a gentes que conocen la situación real de la economía española mejor que él, han sido demoledoras para su prestigio.

Por si todo ello fuera poco, Zapatero pierde mucho en la traducción. Esas frases rimbombantes que prodiga, esos adverbios terminados en «mente» que desgrana, esas hipérbolas que le chiflan, se quedan en nada tras pasar por la criba de los intérpretes, gentes que van al grano, dejando en evidencia la vacuidad de un discurso en el que sólo hay paja. Con un hombre que sigue diciendo que somos la octava potencia económica del mundo, con un 19 por ciento de paro y un 11,4 de déficit, ni siquiera vale la pena discutir. Se pasa de él, y a otra cosa.

Que es lo que ha hecho Obama. Ante el imperativo de recortar su agenda internacional dada la urgencia de apuntalar la doméstica, ha prescindido de lo superfluo, y la visita a Madrid ha sido lo primero que ha caído. Si Zapatero quiere hablar con él, puede hacerlo entre oración y oración en el desayuno de mañana. Al que, por cierto, acude rodeado de lo más granado de las fuerzas vivas españolas. ¿Teme que le secuestre el archiconservadurismo norteamericano o busca que recen con él para que no se lo reprochen? Porque este hombre puede no tener idea de economía y de política, pero de ligarse a los incautos sabe un rato.

La presidencia europea, que Zapatero pensaba iba a permitirle puentear el jorobado primer semestre de 2010, hasta que la recuperación de las grandes economías tirase de la nuestra, se ha convertido en su vía crucis, con escenario de Calvario al fondo. Por lo menos el primer mes no ha podido resultarle peor. Si los indicadores económicos han sido desastrosos, los resultados políticos no le han ido a la zaga. No se ha apuntado un solo tanto en ninguno de los dos terrenos, sus propuestas se desinflan como un suflé a las pocas horas de lanzarlas -ahí tienen la última, retrasar la jubilación- y, para colmo, le falla Obama, su ídolo, su maestro, su otro yo. ¿Tendrá también la culpa el PP?

Aunque, bien mirado, era previsible. No es que esté gafado. Sencillamente, tantos errores, mentiras, faroles, llevaban, irremisiblemente, a estrellarse. Triste que hayan tenido que ser los extranjeros quienes nos lo advirtieran. Más triste, que la factura la paguemos nosotros.
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La condena social de los políticos / Josep M. Vallés

Son mediocres, incompetentes, cínicos, mentirosos, aprovechados, manipuladores, corruptos. Cuando no son sus causantes, los políticos se muestran incapaces de resolver la crisis económica, la inseguridad ciudadana, la decadencia crónica de la agricultura, la extensión del paro, las listas de espera de la sanidad, la baja calidad de la educación, la degradación medioambiental.

Basta un muestreo de artículos de prensa, tertulias, cartas al director o mensajes en los medios digitales para constatar un veredicto mayoritario y condenatorio sobre toda una "clase" o "casta" política. Aparece como una rémora perjudicial para el bienestar de sus conciudadanos. En algunos países, el "que se vayan todos" ha sido el grito resumido de este estado de ánimo.

Esta condena a los políticos arrastra fácilmente a una condena general de la política. Si la política es "lo que hacen los políticos", es inevitable concebirla como el reino del engaño, la corrupción y la pugna egoísta por las ganancias particulares de quienes están en ella. Muy lejos, por tanto, de concebirla como el espacio donde se trabaja por el bien común. Hay que preguntarse por las razones de una opinión tan extendida. ¿Es una reacción fundada? ¿Cuáles son sus motivos? Con ayuda de bibliografía antigua y reciente, resumo algunas explicaciones.

La profesionalización de los políticos. La ciudadanía se aleja cada vez más de una dinámica institucional muy profesionalizada que monopolizan -cada uno a su modo- políticos de dedicación exclusiva y periodistas que les siguen como su sombra. Constituyen un círculo cuasi autónomo, en el que comparten reglas no escritas, escenarios públicos, latiguillos retóricos y otras complicidades. "Los políticos nos ganamos la vida gracias a los periodistas. Y los periodistas políticos os la ganáis gracias a nosotros": es la frase contundente oída hace años a un profesional de la política.

Convertir la política en un modus vivendi vitalicio entreabre una puerta al corporativismo, la rutina o la corrupción de mayor o menor cuantía. Pero cuesta atribuir el desencanto masivo sobre la política a una reacción irritada cuando se dan prácticas condenables. Unos centenares de corruptos o aprovechados no bastan para explicar la tacha que se lanza sin matices y sin datos sobre 150.000 cargos electos y 2.500.000 de empleados públicos.

La dimisión de los ciudadanos. Los ciudadanos de los países más desarrollados tienden a dimitir de sus responsabilidades colectivas. Están sometidos a la presión publicitaria que promueve un estilo de vida donde el bienestar personal pasa por delante de cualquier otro objetivo. La disposición a la cooperación para fines comunes disminuye. Si apenas se admiten los sacrificios y privaciones que exige la búsqueda de la prosperidad

individual, mucho menos aceptables aparecen las renuncias y las privaciones que reclama la entrega desinteresada al bien público. Ocuparse de los asuntos comunes o comprometerse en su gestión representa una merma del tiempo y de la energía que requieren las obligaciones familiares, las tareas profesionales o las aficiones recreativas.

Hay quien lo formula en tono más filosófico: una pérdida creciente de la virtud cívica -y no sólo o no tanto la corrupción de sus profesionales- provoca esta indiferencia o desafección por la política.

El desprestigio de lo público. Si el valor de la cosa pública cotiza a la baja, se debe a décadas de hegemonía ideológica de cierta visión sobre las relaciones sociales. Se sintetizó en modelos económicos que concebían al individuo como egoísta ilustrado, como maximizador racional de su beneficio en un mercado perfecto. Los modelos se trasladaron al análisis de la política. En versión vulgar, se cifró en frases rotundas: "la sociedad no existe", "la política no es la solución: es el problema".

La doctrina tuvo éxito. Hasta la crisis de 2008, al menos. Durante más de 30 años orientó a entusiastas políticos de derecha y a adaptables políticos de izquierda.

La política y lo público se convirtieron en sinónimos de ineficiencia, despilfarro o corrupción. El mercado y lo privado aparecieron como la receta salvadora: privatización de sectores estratégicos, externalización de servicios públicos, aparición de agencias ejecutivas "despolitizadas", desregulación de actividades de impacto social. De este modo, los propios políticos alimentaron la desconfianza hacia su misma tarea. Dieron a entender que su papel y el papel de los empleados públicos eran cada vez más prescindibles, cuando no perjudiciales. Persuadieron a buena parte de la ciudadanía de que la política que ellos encarnaban era superflua o nociva para el progreso social. Y la ciudadanía les correspondió lógicamente con un desprestigio sin matices de la política y de lo político.

La globalización. Una determinada idea de la globalización se convierte en la coartada resignada para reducir el espacio político hasta hacerlo insignificante. En este contexto, las opciones políticas mayoritarias ofrecen poco margen para la oferta de alternativas distintas. Porque los límites del juego vienen marcados "desde fuera". La disputa política no se plantea, pues, sobre programas sustantivos que apenas se distinguen entre sí. Si no hay diferencias y "todos son iguales" -no sólo los políticos, sino también sus programas-, ¿cómo podrá estimularse algún interés por lo político? El único estímulo será el fabricado por el marketing, encargado de suministrar envoltorios diferentes para disimular propuestas similares.

El énfasis sobre la calidad del "liderazgo" enmascara la irrelevancia del rumbo que un presunto líder debería fijar. Porque -bajo la apariencia de liderazgo político- sólo hay un "piloto automático" teledirigido por la globalización.

Este fatalismo resignado es una negación de la política como capacidad para decidir entre alternativas de futuro colectivo. Con todo, los datos no siempre abonan la irrelevancia de la política para afrontar grandes problemas. Con decisiones no siempre coincidentes y por tanto discutibles, la política ha tenido que remediar los efectos más catastróficos del pretendido "piloto automático" que llevaba al mundo occidental al borde del abismo económico y social.

En conclusión: es preocupante que los políticos aparezcan entre los grandes problemas percibidos por la opinión. Pero no basta descargar cómodamente sobre ellos -ni siquiera sobre sus malas prácticas- la culpa de una devaluación persistente de lo público y de lo político. Sin suscribir del todo las explicaciones disponibles (Sennett, Hay, Rosanvallon), conviene tenerlas en cuenta si se quiere reivindicar la importancia social de la política y empeñarse -entre todos- en devolverle la necesaria credibilidad.

Porque el rechazo total a la política y a los políticos somete la sociedad a la ruda ley del más fuerte.

Josep M. Vallès es catedrático de Ciencia Política en la UAB./ www.elpais.com