
"El
momento de crisis ha terminado", manifestó en Davos, Lloyd Blankfein,
consejero delegado de Goldman Sachs, refiriéndose a la posible ruptura
de la Eurozona que desde hace tiempo se temía por destacados economistas
y reconocidos analistas; lo cual es cierto a tenor de los datos de que
disponemos en este momento. Si bien se han alcanzado buenos resultados
en la aplicación de determinadas medidas y cambios estructurales, quedan
aun otras por acometer, que reclama con urgencia una economía real muy
preocupante. Queda, por tanto, un buen tramo de cambios, ajustes y
generación de riqueza que conduzcan al inaplazable crecimiento, apoyado
esencialmente en la esperanza y la capacidad de reacción.
La
Asociación Española de Asesores Fiscales y gestión económica (ASEFIGET),
resaltaba que catorce millones de habitantes hispanos, integrados por
trabajadores por cuenta propia y ajena del sector privado, sostenían un
total de cuarenta y seis millones de habitantes. No olvidemos que el
Estado ni genera ingresos ni está obligado a ello, solo tiene como
obligación recaudar y administrar responsablemente el presupuesto, al
que durante muchos años se ha desobedecido impunemente. Los casi 450.000
millones de euros del presupuesto de ingresos se obtienen de los
contribuyentes, un tercio del total de habitantes, cuya carga impositiva
es exagerada en función del PIB y comparativamente con la media
europea.
Si bien se han obtenido logros, veamos algunos
indicadores que nos muestran el camino pendiente de recorrer y de
urgente acometida:
a).
La deuda del sector público supera los 850.000 millones de euros, de
los que la Administración Central asume 620.000 millones, las CCAA
superan los 160.000 millones, las Corporaciones locales 57.000, y la SS
26.000. IMPRESCINDIBLE SEGUIR RECORTANDO EL GASTO PÚBLICO, LAS
SUBVENCIONES, LAS DUPLICIDADES Y LOS ENTES DEPENDIENTES DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Administración Central, CCAA y
Ayuntamientos).
b).
Préstamos del BCE al sistema financiero de 400.000 millones de euros
para sanear sus balances, deteriorados por una política de préstamos sin
regulación ni control, sin que dichos fondos hayan ayudado a la
economía real, pues su destino posterior ha sido el Sector Público.
c).
El Estado ha de hacer frente a los más de 45.000 millones de euros por
intereses de la deuda soberana.
A
todo lo expuesto habría que incorporar: la deuda de las familias y la
de las empresas y su coste financiero. UN ENDEUDAMIENTO TAN ALTO,
NECESITA UN CRECIMIENTO DEL PIB SOSTENIDO Y CONTINUO QUE PROPICIE MAS
RECAUDACIÓN, SIN CONTINUAR CON LA SUBIDA DE IMPUESTOS, QUE CON EL
CONSUMO ESTABILIZADO O EN DESCENSO SOLO PUEDE GENERAR MÁS CIERRE DE
EMPRESAS Y DESTRUCCIÓN DE PUESTOS DE TRABAJO.
La
deuda (cuatro veces superior al presupuesto anual de ingresos) ha de
pagarse, y para ello, con independencia de lograr el crecimiento de la
renta, ha de planificarse el cuadro de amortización con los mercados de
manera que haga posible su puntual cumplimiento. Sin ambas cosas no se
recuperará la confianza necesaria en nuestra economía, e impedirá la
expansión exterior y las grandes inversiones empresariales industriales
en el interior.
LA COYUNTURA ECONÓMICA GLOBAL
EEUU
comienza una ligera recuperación basada en un casi saneado sector
inmobiliario y un ligero crecimiento de la productividad industrial.
Continúa el saneamiento del sector financiero, aun incompleto, junto a
unas políticas monetarias más flexibles. El conjunto de medidas
expansivas y el esfuerzo empresarial han conseguido estabilizar el
descenso de la economía. La supervisión y mayor control de los balances
financieros, junto a una más exhaustiva coordinación presupuestaria, han
motivado la confianza y el esfuerzo de los valores. El dólar se
apreciará paralelamente a que las correlaciones risk on risk off se
desvanezcan.
En EUROPA, más problemática, será necesario un
decidido acercamiento de la zona sur a la del norte y adoptar sistemas
políticos de integridad y legitimidad, eliminando los liderazgos
individualizados de política económica arriesgada que solo conducen a
inestabilidad; necesitando también una mayor participación del sector
privado. El euro, aún con ligera debilidad, sólo se irá recuperando
desde una valoración inicial, con una mejora de la rentabilidad, la
calidad y el crecimiento.
Si observamos algunos parámetros sobre
el crecimiento esperado para el 2.013, comprobamos que mientras en la
Eurozona, bajo presión, se estima en el - 0,3 (Alemania el 0,8, en
Italia el -1 y en España el -1,5 entre otros), en EEUU el 1,7, en Japón
el 1,5, en China el 7,8, en Rusia el 3,3, en India el 6, y en Brasil el
4,2. Éstos últimos tirarán de la economía mundial, y hará bien la Unión
Europea en potenciar su comercio exterior hacia los países con
crecimiento positivo y los emergentes, acelerando su actividad económica
y mejorando su competitividad.
ALGUNAS IDEAS IMPRESCINDIBLES PARA UNA RECUPERACIÓN MÁS RÁPIDA
1.-
Reformas fiscales que incluyan medidas de protección temporal para
emprendedores, investigadores y reinversores de beneficios. En modo
alguno supondrán las medidas propuestas una minoración de la
recaudación, compensada con creces con mejores rendimientos y la
disminución del paro.
2.- Olvidar los proyectos faraónicos no rentables o no preferentes, a los que los políticos son tan aficionados.
3.-
Estimular y proteger las fuentes de riqueza regionales, verdadera
actividad real, abandonadas por otras especulativas de ciclo corto y
provocadoras de crisis profundas.
4.- Acortar el ciclo de
superación de la construcción, aún en crisis, promoviendo nuevas medidas
complementarias a las ya aplicadas, y reestructurando el objetivo del
mal llamado "banco malo", que en modo alguno debe menoscabar la libertad
de mercado.
5.- Aligerar la reestructuración del sistema
financiero, que ya ha recorrido un largo camino (reducción del número de
grupos bancarios de 55 a 21, sucursales, saneamiento de fondos propios,
de activos inmobiliarios contingentes y deudores de dudoso cobro), y
6.-Terminar con rapidez la liberalización, unificación y simplificación de los trámites burocráticos para emprendedores.
Todo
ello y otras medidas complementarias harán posible la transición al
consumo normal, sin el cual de nada sirven los recortes y adelgazamiento
de las Administraciones.
La promoción de la riqueza y el
crecimiento de la renta son el principal objetivo a alcanzar, y solo con
crecimiento de PIB superiores al 2% se producirá la reducción
progresiva del altísimo nivel de paro. Sin embargo, la salida definitiva
de la crisis, nuestra y de la Eurozona, solo se conseguirá con el
esfuerzo colectivo globalizado, y con la unidad integral política y
económica de cada uno de los países miembros.
Es preciso
compatibilizar la alta morosidad (fallida o contingente) de la banca, y
la posición financiera también dudosa de muchas empresas, con una nueva
política de financiación, que favorezca la asignación de los recursos
financieros a las empresas nacionales.
(*) Economista y empresario