ALMERÍA.- Una operación conjunta de Polícia Nacional y Europol ha permitido
desarticular una organización criminal especializada en el tráfico
ilícito de migrantes sirios y argelinos acusada de haber facilitado la
entrada clandestina en España por la costa de Almería de alrededor de
1.000 migrantes a través de embarcaciones rápidas fletadas desde
Argelia.
Según informa la Policía Nacional en un comunicado,
la red facilitaba la permanencia de los migrantes en España y el
tránsito a otros países europeos a cambio de cantidades que podían
alcanzar los 20.000 euros, lo que les habría reportado unos beneficios
superiores a 1.500.000 de euros.
La operación se ha saldado
con 21 detenidos en diferentes provincias españolas, 13 en Madrid, cinco
en Almería y uno en Guipúzcoa, Málaga y Murcia, entre los que se
encuentran seis cabecillas que han ingresado en prisión provisional.
La investigación policial tuvo su origen en otra operación
desarrollada en 2023 que logró desmantelar la logística en España de una
organización dedicada al tráfico de migrantes y que permitió delimitar
la existencia de esta importante red criminal de ámbito internacional
dedicada al tráfico de migrantes sirios y, en menor medida, argelinos,
compuesta por dos organizaciones principales, una asentada en Argelia y
otra en España.
Según la Policía,
la rama española estaba formada por dos grupos diferentes que contaban
con una gran cohesión y una clara delimitación de tareas. El grupo
principal, asentado en la provincia de Madrid, era responsable de la
organización de todas las actividades de la red en coordinación con la
célula matriz afincada en Orán (Argelia).
El otro grupo, que estaba
ubicado en Almería, se encargaba de la recepción de los migrantes
llegados en patera a las costas españolas y su traslado a Madrid.
La matriz argelina era la encargada de organizar y lanzar
embarcaciones rápidas de fibra con migrantes sirios y argelinos, desde
las costas de Oran y Mostaganem (Argelia), con destino a España.
Según
la investigación, las travesías marítimas se realizaban "con grave
riesgo para la vida de los migrantes", en unas embarcaciones
sobreocupadas carentes de cualquier elemento de seguridad, sin chalecos
salvavidas o arnés de seguridad, cargadas de bidones de combustible y en
las que no había agua ni comida.
El grupo afincado en
Almería, en perfecta coordinación con la matriz, se encargaba de la
recogida de los migrantes poco después de su desembarco en las costas de
Almería y Murcia, que normalmente se producía de noche y en zonas de
difícil acceso alejadas de núcleos urbanos.
De manera
inmediata, y gracias a la flota de vehículos que poseían, trasladaban a
los migrantes hasta la provincia de Madrid, donde contaban con una
amplia red de pisos de seguridad en los que eran alojados en condiciones
de insalubridad y hacinamiento.
Cuando consideraban que en esos
inmuebles ya no se podían instalar más migrantes, los traficantes hacían
uso de establecimientos hoteleros que controlaban y que permitían
ocultar hasta 30 personas al mismo tiempo.
A los migrantes que decidían abandonar España, el entramado les
ofrecía la posibilidad de hacerlo vía aérea, facilitándoles la obtención
de los pasaportes y billetes necesarios, o bien vía terrestre, a bordo
de vehículos de su propiedad o de alquiler que arrendaban a nombre de
testaferros.
La Policía Nacional destaca la "especialización y
profesionalización" de la red en el movimiento secundario terrestre de
los migrantes sirios desde España a otros países europeos, para lo que
habían ideado una ruta especial que marcaba un itinerario concreto y un
horario especifico para cruzar las fronteras interiores sin ser
detectados por las autoridades policiales.
Además, en
ocasiones, y para aumentar los beneficios del entramado, esa información
era vendida a otras organizaciones criminales que se dedicaban a
actividades delictivas similares.
La
ruta migratoria empleada por los traficantes con los ciudadanos de
origen sirio discurría por Asia, África y Europa. El punto de partida
era el aeropuerto de Beirut (Líbano), donde llegaban tras ser
introducidos cruzando la frontera terrestre siria, y desde aquí eran
traficados vía aérea hasta Egipto.
A continuación la organización
facilitaba el cruce de fronteras terrestres de Libia y Túnez hasta
llegar a Argelia, donde eran alojadas hasta su salida hacia España.
Los migrantes debían ir pagando en cada etapa a través del conocido
método "hawala", sistema financiero que actúa fuera de los cauces
legales, y se calcula que cada migrante podría haber pagado hasta 20.000
euros. Durante la investigación los agentes detectaron cómo el
entramado criminal hacía uso de material tecnológico como cámaras espía y
micrófonos ocultos para garantizar los cobros de dinero.
La
investigación ha finalizado con un operativo policial que ha contado con
la participación de 90 agentes y en el que se han realizado cinco
registros domiciliarios y cuatro inspecciones a establecimientos
hoteleros en las provincias de Madrid, Almería, Guadalajara, Murcia,
Málaga y Guipúzcoa, en los que se han incautado 8.950 euros, 1.381
dólares, 36.000 dinares argelinos, tres vehículos y diverso material
tecnológico.
Además, se ha decretado el bloqueo cautelar y embargo
preventivo de 25 cuentas bancarias.