domingo, 20 de junio de 2010

¡Vivan nuestros políticos! Viva la política / Arturo Pérez-Reverte


Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada.

Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida.

Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su **** madre.

Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto.

Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído,

el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo

y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable.

Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante,

de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.

Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento.

Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire.

Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes.

Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.

De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.

Un 90% de los participantes hoy en la consulta soberanista se pronuncia a favor de la independencia catalana

SAN FELIÚ DE LLOBREGAT.- Un 90,12% de los participantes en las consultas soberanistas que se organizaron este domingo en una cincuentena de municipios de Cataluña se expresaron a favor de la independencia respecto de España. Esta ola de consultas cosechó el máximo número de votos a favor del 'no', un 7,67% de los 68.068 votos emitidos.

Los responsables de la Coordinadora de las Consultas dieron a conocer estos datos con el 88% de los votos escrutados. Entre los resultados cosechados -que no difieren excesivamente del resto de consultas- destaca el caso de Cornellà de Llobregat.

En este municipio, del que fue alcalde el presidente de la Generalitat, José Montilla, hubo un 19,58% de votos en contra de la independencia después de que las asociaciones de vecinos de la ciudad pidieran la participación de la ciudadanía a favor del 'no'.

Otros municipios con un alto porcentaje de 'noes' fueron L'Albigés (12,9%), Esplugues de Llobregat (11,17%) o La Canonja (10,58%).

En cuanto a la participación, las consultas consiguieron la adhesión del 14% del los casi medio millón de ciudadanos llamados a las urnas. En las anteriores oleadas de consultas, la participación fue superior a la de este domingo, aunque entonces votaban poblaciones de pequeño y mediano tamaño, mientras que este domingo votaban grandes ciudades de la conurbación de Barcelona, como Sant Boi de Llobregat, Cornellà o Sant Feliu, donde CiU y ERC cosechan sus peores resultados y que son el granero de votos de PSC, ICV-EUiA y el PP catalán.

La excepción que confirma esta regla es Mataró (Barcelona), ciudad de más de 100.000 habitantes con alcalde socialista y donde la participación rozó casi el 24%, y que hubo una intensa campaña durante las últimas semanas.

Desde la Coordinadora de las Consultas, el diputado de ERC Uriel Bertran manifestó que, tras la consulta, empezarán a preparar la recogida de firmas para llevar al Parlamento catalán una iniciativa legislativa popular para la convocatoria de un referéndum independentista.

"Vamos a intentar conseguir un gran número de firmas para hacer la recogida de firmas más importante de la historia de Catalunya", aseguró Bertran.

El recorte del gasto en el Ministerio de Fomento tiene nueva víctima: el tren a Almería

MADRID.- La crisis económica que Zapatero se empeñaba en negar obliga a reducir los servicios públicos y a incumplir una y otra vez las promesas electorales del PSOE. Ahora le toca el turno al transporte ferroviario, a pesar de que es un elemento fundamental para vertebrar el territorio español en el plano social y económico.

Este domingo informa ABC -"Peligro para 30 líneas de tren"- sobre los planes de recorte que estudia el Ministerio de Fomento y que podrían afectar a más de la mitad de España, incluidas 24 capitales de provincia.

En concreto, se revisa el mantenimiento de los servicios de media distancia convencional de Zaragoza-Monzón-Lleida; Ronda-Algeciras; Huelza-Zafra; Granada-Linares Baeza; Córdoba-Bobadilla; Burgos-Vitoria; Valladolid-Burgos; Valladolid-Palencia; Ávila-Medina-Valladolid; León-Gijón; Ávila-Salamanca; León-Ponferrada; Madrid-Ávila; Madrid-Segovia; Madrid-Sigüenza-Arcos-Ariza; Zaragoza-Calatayud-Ariza-Arcos; Cuenca-Valencia; Zaragoza-Huesca-Jaca: Plasencia-Cáceres-Mérida-Badajoz; Valencia-Teruel; Puertollano-Mérida-Zafra; Orense-Puebla de Sanabria.

En el caso de la media distancia de alta velocidad los de Zaragoza-Huesca y Calatayud-Zaragoza; en larga distancia el Madrid-Burgos; y en cercanías el de Zaragoza.

En total, las líneas en revisión transportaron a 1,7 millones de viajeros en 2009, ofreciendo un resultado negativo cercano a los 40 millones de euros.

Además, no se descarta la revisión de los larga distancia Bilbao-Irún-Salmanca; Bilbao-Málaga y Barcelona-Málaga-Granada.

El «tijeretazo» que planea ADIF parte de un análisis realizado con criterios estrictos de rentabilidad económica y aprovechamiento de infraestructuras al margen de las «alegrías» políticas.

El departamento que dirige José Blanco estudia también la viabilidad de las nuevas líneas de AVE, creando incluso problemas a los intereses del PSOE en algunas comunidades autónomas.

Así lo manifiesta de forma rotunda el regionalista Miguel Ángel Revilla sobre el gobierno de coalición en Cantabria.

Lo peor de todo es que los ciudadanos (en Asturias, Cantabria, Murcia, Alicante y Almería) pueden ver defraudadas sus legítimas expectativas porque el aplazamiento «sine die» de las grandes obras públicas equivale en la práctica a una paralización del proyecto.

En la realidad del día a día, nada menos que 1,7 millones de viajeros podrían verse afectados por los planes de suprimir líneas actualmente en funcionamiento.

Es lógico que se pretenda racionalizar la prestación de servicios y, tal como están las cosas, es evidente que las subvenciones públicas no pueden suplir todas las carencias.

Sin embargo, el Gobierno tiene el deber de tratar de forma igualitaria a todos los ciudadanos, sea cual sea su lugar de residencia, y de impulsar el desarrollo socioeconómico de determinadas zonas para las cuales el tren supone un elemento dinamizador de máxima relevancia.

Habrá que analizar con detalle la continuidad de servicios que no alcanzan un umbral mínimo de aprovechamiento, pero es imprescindible también impedir que siempre pierdan los mismos y que algunas zonas rurales se vean relegadas una vez más en favor de regiones más poderosas y con mayores réditos electorales para el PSOE.

Así las cosas, Zapatero se enfrenta otra vez a la indignación de muchos ciudadanos que sufrirán en su vida cotidiana las consecuencias de una política errática y sin sentido a cargo de un Ejecutivo superado por las circunstancias y dispuesto a meter la tijera donde sea.