miércoles, 18 de marzo de 2020

Hay médicos disidentes / Guillermo Herrera *

A pesar de la paliza informativa que nos dan todos los días en la tele, hay médicos que no sólo se quejan de la falta de medios y de personal, sino que además no están del todo de acuerdo con la versión oficial de los hechos sobre esta crisis sanitaria, por lo que se arriesgan a ser sancionados o despedidos de su trabajo.

Comprendo la necesidad de las medidas precautorias, pero más de uno nos hemos sentido ofendidos cuando nos miran con sospecha como si tuviéramos la lepra o la peste bubónica, a pesar de estar perfectamente sanos. Estamos prisioneros en nuestro propio hogar sin haber cometido ningún delito, y nos tratan como apestados sospechosos. Han conseguido provocar la desconfianza entre nosotros mismos, y esta escaramuza la han ganado las fuerzas de la oscuridad, aunque no la batalla final.

Cada uno puede superar su propio miedo mediante medidas de higiene personal y mental, pero no la histeria colectiva de los demás que no han superado nada. De verdad que apetece estar solo, a ser mirado como sospechoso por todas partes. Yo mismo, que soy alérgico de toda la vida, tengo que evitar el estornudo en público para que no me miren con terror.

Yo hubiera sido médico si no me hubiera convertido en periodista, porque era mi segunda vocación juvenil. Me encanta la medicina, sobre todo la alternativa. De hecho soy técnico en dietética y nutrición, además de periodista.

INQUISICIÓN MÉDICA

Las facultades de Medicina no suelen formar a los médicos en remedios naturales, plantas medicinales, ni medicinas alternativas, por lo que hay muchos médicos que se educan por su cuenta en estas materias, al no estar satisfechos del todo con la formación recibida en la Universidad, mientras que otros médicos de mente más estrecha se convierten en ‘talibanes’ defensores de la ciencia oficial ortodoxa y materialista, e incluso en crueles ‘inquisidores’ de sus compañeros de mente más abierta a quienes a veces expulsan del Colegio de Médicos.

La medicina oficial está al servicio del gran negocio de las corporaciones farmacéuticas, cuyo objetivo no es sanar a la gente sino mantener enfermos crónicos que consuman muchos fármacos. Tanto es así que cuando se descubre una hierba con propiedades curativas, lo primero que hacen es prohibirla para evitar el acceso a un remedio barato, y lo segundo es investigar su principio activo para luego venderlo en farmacias a precio de oro.

El cuerpo humano no es sólo un organismo mecanicista compuesto de engranajes, igual que un reloj de acero, como muestra la anatomía clásica, ni un mero resultado de reacciones químicas aleatorias, sino más bien una inteligencia cuántica, una manifestación de la conciencia divina, un templo del Espíritu Santo.

SANACIÓN ESPIRITUAL

Esta naturaleza espiritual del ser humano puede explicar muchas curaciones milagrosas, cuya causa no se ha podido averiguar nunca por la ciencia oficial, que se han producido en la historia de la humanidad, al igual que muchas muertes inexplicables.

Mary Baker Eddy, que recurrió al éxtasis de la fe, ya habló de la la curación por el Espíritu cuando fundó la famosa Christian Science o Ciencia Cristiana. En 1866 afirmó descubrir el mismo principio divino que utilizó Jesucristo, y haberse curado a sí misma de daños críticos en la columna vertebral, tras sufrir una caída en el hielo el 1 de febrero de ese año en Lynn, Massachusetts.

En 1875 publicó la primera edición del libro “Ciencia y salud con clave de las Escrituras”, el pilar de la religión que fundó. En esta obra manifestó que "el Principio divino de la curación se comprueba en la experiencia personal de cualquier investigador sincero de la Verdad" y que tal fue su caso. En 1879 fundó la Iglesia de Cristo Científico.

Pero también hablaron del mismo tema muchos otros autores como Stefan Zweig que publicó su libro “La curación por el espíritu” en 1931, o Mesmer, que lo hizo por la vía de la sugestión y el refuerzo de la voluntad de sanar, aunque la curación espiritual sea tan antigua como la humanidad.

La curación espiritual es algo más serio que las pulseras magnéticas, el agua imantada o la santería, es la sanación a través de la Fuente Original de la Creación Universal, lo cual no es incompatible con tomar precauciones sanitarias. A Dios rogando y con el mazo dando.

Los primeros cristianos sanaban a la gente mediante la imposición de manos, pero no los curas actuales que no tienen ni idea de cómo hacerlo, y además persiguen a los que se atreven a practicar esta antigua habilidad mística, como le ocurrió al arzobispo Milingo. A pesar de que la palabra ‘cura’ viene de curar, cuando se enferma hasta el supuesto representante de Cristo en la Tierra, es que algo está fallando en esta religión.

HASTA LA CORONILLA

Juan Manuel Jiménez Muñoz es un médico y escritor, de Málaga que está harto de tanta histeria, y está cansado del pánico que ha generado la llegada del microbio monarca, y ha decidido hacer públicas sus muchas críticas:

Estoy hasta la coronilla del coronado. Hemos liado entre todos la mundial: una epidemia de pánico, más que una epidemia médica; una epidemia económica, más que una epidemia vírica; una epidemia de bulos, más que una epidemia de certezas.”

¿Vamos a morir todos? Sí. Pero cuando nos vaya tocando. Cada uno en un año diferente, y sobre todo de vejez. Normalmente será por fumar, por beber alcohol, por conducir como locos, por tomar drogas o por no ponerse el cinturón de seguridad en los vehículos. Del bichito monarca, pocos en comparación con lo anterior.”

NO PASA NADA

Pau Mateo, un médico barcelonés, que actualmente ejerce en el hospital de Piacenza en el norte de Italia, critica el pánico generado en la población ante la situación de emergencia sanitaria que vive actualmente la zona por la aparición de más de 230 casos. Mediante un vídeo divulgado en su canal de Youtube “Diario de un MIR”, Mateo hace un llamamiento a la calma y desmiente informaciones falsas que circulan por los medios y las redes sociales.

Sobre todo tranquilidad, no pasa nada. Es un catarro más”, ha insistido el doctor. Aunque los protocolos de actuación cambian cada día, la regla médica actual, según ha explicado, es considerar paciente a cualquier persona que presente síntomas comunes de resfriado, hasta que se demuestre lo contrario.

Además, Mateo ha criticado el daño que están haciendo las noticias falsas sobre el bichito monarca, y el estado de alarma al que se está sometiendo a la población. Los pacientes que están muriendo “son personas con morbilidades” como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

CHINA

Por su parte el cirujano Pedro Cavadas cuestionó en un programa de televisión la veracidad de las cifras de fallecidos y afectados que está haciendo llegar China. "No hace falta ser muy listo como para pensar que son diez o cien veces más" llegó a decir el médico.

Sin embargo, estas afirmaciones han desatado el debate entre los facultativos, que han criticado que el cirujano ponga en duda los datos de la Comisión de Salud del país asiático. Guillaume Zagury, médico especialista en salud pública, alaba las medidas de China, pero reconoce que son difícilmente exportables a las sociedades democráticas.

Por su parte Jesús Candel es médico en el Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada. Intervino en ‘Sálvame’ para contar que estaba muy enfadado al ver a personas saliendo a la calle: Estoy indignado, cabreado. Llegar esta mañana al hospital, y ver cómo la gente iba a trabajar a los polígonos, cómo salían... No sé qué leches le está pasando a la gente que no se entera de que se tienen que encerrar en su casa.”

Por su parte el sindicato CSIF Sanidad Málaga ha advertido de la situación "de desprotección" en la que están prestando servicio los profesionales del servicio de medicina interna del Hospital Comarcal de Antequera (Málaga) "por falta de equipos de protección individual necesarios”.

Como ven, hay opiniones para todos los gustos, y cada uno se puede quedar con la que más le resuene, pero hay una verdad universal que es la prudencia, el sentido común, y evitar que cunda el pánico.





(*) Periodista

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