ASUNCIÓN.- ¿Cómo evitar que las aves
dañen un avión durante el aterrizaje o el despegue? Responsables
técnicos de aeropuertos de América Latina redoblan la imaginación para
afrontar el problema y se dieron cita en Asunción para intercambiar
experiencias y soluciones.
Las oportunidades de viajar y las
frecuencias de los vuelos se multiplican y en la misma proporción, los
incidentes por el impacto de pájaros contra aviones también aumentan y
los especialistas para espantarlos son cada vez más requeridos.
Según estadísticas compiladas por la Organización de
Aviación Civil Internacional (OACI), el 54% de los incidentes con
aviones militares y el 90% en la aviación civil se registran en
aeropuertos.
"El peligro aviario es muy fuerte. Representa una
problemática grave y genera tantas restricciones que hasta puede
conducir al cierre de terminales aéreas", advirtió la bióloga
colombiana Ana Cogollos.
Encargada de fauna silvestre y seguridad
del aeropuerto de Barranquilla, Cogollos fue instructora en Asunción de
un curso sobre peligro aviario y fauna en aeropuertos, dirigido a unos
30 profesionales latinoamericanos.
Los pasajeros no perciben a simple vista los métodos
para espantar a las aves. Se utilizan ruidos, pirotecnia, camiones de
gas, aparatos que reproducen sonidos de aves rapaces, que es como un
mensaje que les dice: 'peligro' y evitan acercarse.
"Se recurre a
dispersores visuales y ya existe la cetrería robótica, que es un dron
en forma de ave rapaz", explica Lina Anicchiaricco, encargada del
aeropuerto de Medellín (Colombia).
La cetrería tradicional, la biológica -águilas y halcones-
sigue vigente. "España tiene una trayectoria de más de 50 años. Los
halcones y las águilas son muy efectivos. Es como si usted tuviera un
león en una habitación. Es el mismo sentimiento biológico", apunta la
especialista.
"De hecho hay hasta espantapájaros robóticos que se
mueven. Si se los deja en un sitio, después de un tiempo puede encontrar
a las aves posándose encima", explica. Por eso es necesario ser
imaginativos a la hora de desarrollar nuevas técnicas.
Pero los aviones también tienen su forma de defenderse.
"Los motores resisten choques de hasta cuatro kilos de peso. Los
pilotos encienden en el aterrizaje potentes luces led como una señal de
alerta para las aves".
Una aerolínea también puede decidir un
ascenso más vertical porque así dura menos tiempo en ese espacio donde
aumenta la probabilidad de choque.
"Son distintas técnicas para mitigar los riesgos", precisa
el experto paraguayo Carlos Achucarro. La dirección aeronáutica local
acaba de llamar a licitación para mejorar el servicio.
"La gente no toma con seriedad el riesgo", sostiene Achucarro, que también gerencia el aeropuerto de la capital paraguaya.
El
17 de abril, un vuelo de Aerolíneas Argentinas decoló y retornó a la
terminal aérea de Asunción cuando se encontraba a 300 pies de altura
luego de chocar contra un ave en horas de la noche.
Cinco días más tarde ocurrió un incidente similar. El ave impactó en el faro de la aeronave.
El
caso más conocido, incluso llevado al cine, es el de "Sully", el piloto
norteamericano que con gran pericia aterrizó su avión con 154 ocupantes
a bordo en el río Hudson, en 2009 en Nueva York.
Dos gansos salvajes de cuatro kilos cada uno habían inutilizado las turbinas del aparato.
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