lunes, 5 de agosto de 2013

El pederasta indultado en Marruecos, detenido en el hotel 'Legazpi', de Murcia, sin ofrecer resistencia

MURCIA.- El pederasta Daniel Galván Viña ha sido detenido y esposado esta tarde en el Hotel Legazpi, de la capital regional de Murcia, y sin ofrecer resistencia, según se ha podido conocer, en virtud de una orden internacional de detención cursada  a la Interpol tras ser revocado el indulto que le concedió el rey de Marruecos, Mohamed VI.

   La detención, que ha tenido lugar sobre las 17.25 horas de hoy en este modesto hotel, situado en el nº 6 de la Avenida Miguel de Cervantes, tras ser seguido y vigilado de cerca por efectivos de la Policía Nacional, se ha producido después de que el monarca marroquí revocara ayer domingo el indulto que le había concedido la semana pasada, junto a otros 47 presos españoles. Galván estaba condenado a 30 años de prisión por abusar de 11 menores de edad.
   Según han confirmado fuentes policiales, el pederasta se encuentra ahora detenido en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Murcia, donde esta noche mostró su oposición a ser extraditado a Marruecos y se negó a declarar.
   Está previsto que mañana pase a disposición del juez de guardia de la Audiencia Nacional, que esta semana es el titular del Juzgado Central de Instrucción nº 4, Fernando Andreu, han informado fuentes jurídicas. Lo asistirá el bufete del prestigioso abogado murciano Manuel Maza.
Este iraquí nacionalizado español llegó a Murcia en autobús procedente de Tánger el sábado por la tarde, siendo desde entonces controlado por la Policía Nacional, que lo mantuvo bajo vigilancia durante toda su estancia en nuestra ciudad mediante tres patrullas camufladas.
La orden de detención emitida por Marruecos dio hoy finalmente luz verde a los agentes para proceder a su arresto. Más de una decena de policías de paisano se adentraron en el hotel Legazpi poco antes de las 17.30 horas, momento en que se produjo la detención en la habitación 101 sin ningún tipo de resistencia por parte de Galván.
La intención de Galván era abandonar el hotel hoy mismo, y así lo hizo saber en recepción, pero luego confirmó que se quedaría una noche más tras pagar por adelantado el importe de 30 euros por su prolongación de estancia. Galván se registró en el hotel presentando su documentación legal en regla y sin tratar de ocultar quien era. No había hecho una reserva previa y viajaba ligero de equipaje.

Dice ser esquizofrénico

Galván Viña se jactó, durante el juicio en el que se le condenó a 30 años de cárcel por abusar sexualmente de once menores, de que en Marruecos «todo se consigue con dinero».
«¿Por qué viniste aquí a abusar de niños marroquíes?», le preguntó el juez. «Porque no cuestan caro y todo se consigue con dinero», respondió el pederasta, que carecía de permiso de residencia en el país, provocando la indignación de la sala.
Durante una audiencia preliminar ante el procurador (fiscal), Galván, de 64 años, declaró que merecía «ser ejecutado» por todos los delitos que había cometido durante los casi nueve años que vivió en Marruecos, según asegura Hamid Krairi, abogado de tres familias (con seis víctimas) que estuvo presente en ese interrogatorio.
Por contra, el abogado defensor, Mohamed Benyedu, asegura que Galván, a quien considera un hombre aparentemente simpático, presenta una doble personalidad.
Durante el proceso, sus abogados alegaron que su cliente era esquizofrénico, tesis en la que se refugió el acusado, que en el juicio siempre habló en árabe y se identificó como un kurdo-iraquí de familia cristiana. En su día pidió un peritaje médico para ser trasladado a España.
 Un día después de que el monarca alauita le concediese el indulto la pasada semana, Galván visitó al procurador (fiscal) para anular la multa de 50.000 dirhams (unos 4.400 euros) que debía pagar a cada una de las víctimas. No tuvo éxito porque el indulto no anula la indemnización económica. Uno de sus apartamentos fue requisado para recompensar a las familias.
Galván habría desembarcado en su día en la localidad marroquí de Kenitra presentándose como un profesor jubilado que daba clases en Murcia. Y se compró dos casas en la ciudad. Una tercera la mandó construir en el terreno de una mujer que conoció en el campo, en Sidi Yahia el-Garb, a las afueras de la población.
Tras servir en Irak, Galván se trasladó a España en 1976, pero su rastro se pierde durante unos años, hasta que en 1996, y hasta 2002, aparece como contratado en la Universidad de Murcia.

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