lunes, 1 de abril de 2013

La banca española es insolvente y resulta irracional mantener el dinero en ella, según un columnista de 'FT'

LONDRES.- A pesar de las recientes recapitalizaciones efectuadas entre los bancos españoles, el sistema bancario español, con la excepción de BBVA y Santander, se encuentra quebrado, por lo que, una vez visto lo ocurrido en Chipre, no resulta racional que los españoles mantengan sus ahorros en los bancos del país, según sostiene Wolfgang Munchau, uno de los columnistas de referencia de 'Financial Times'. 

   "Menos sus dos mayores bancos, BBVA y Santander, el sistema bancario español es insolvente, incluso después de las pequeñas recapitalizaciones recientemente acordadas", afirma Munchau, quien señala que la 'burbuja inmobiliaria' ya no supone el mayor de los problemas, sino la "depresión" económica, que, a su juicio, durará la mayor parte de la década, dadas las políticas actuales.
   Ante este escenario potencial, el autor sostiene que "la consecuencia lógica" de lo dicho por Dijsselbloem, sumado a las políticas de austeridad y la deficiente unión bancaria en la eurozona, "es un futurio autorrescate ('bail in') de los bonistas y depositantes de los bancos españoles".
   "El problema es que incluso los depósitos garantizados entonces no estarán protegidos. Miren lo que ocurre en Chipre, donde los controles de capital afectan indistintamente a los depósitos grandes y pequeños", apunta Munchau.
   "Yo esperaría que también ocurra en España. Teniendo en cuenta la política establecida, resulta lógicamente irracional para cualquier ahorrador español mantener incluso pequeñas cantidades en el sistema bancario español", añade el autor, para quien "no hay manera de que el Estado español pueda garantizar el sistema sin incurrir él mismo en impago".
   De este modo, el columnista considera que, como consecuencia de estas circunstancias, para España llegará un momento en el que resulte "economicamente racional" abandonar la zona euro y especula con que el mejor momento para tal decisión sería cuando el país alcance un equilibrio fiscal antes del pago de intereses de la deuda.
   "Si, como es mi caso, usted cree a Dijsselbloem, entonces resulta racional para todo europeo del Sur llevarse su dinero fuera del país y depositarlo fuera de la zona euro", defiende el autor.
    Así, Munchau considera que, en un entorno en el que los países acreedores rechazan una genuina unión bancaria, los argumentos en contra de abandonar la eurozona son "sorprendentemente bajos" y advierte de que, si bien a corto plazo la política puede imponerse a la economía, a la larga no se puede sostener una unión monetaria en contra de la lógica económica.

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