miércoles, 25 de septiembre de 2013

Susana y 'el consejero de Almería' / Pepe Fernández

Fue algo así como una nueva decepción olímpica, pero en pequeñito. Cuando a las seis de la tarde del lunes la presidenta Susana Díaz hizo público su primer y nuevo gobierno de la Junta, en la lista, no apareció ningún almeriense.
 
El asunto ha levantado una gran polvareda política y también mediática en la capital andaluza más oriental. Hasta los del PP parecen estar molestos, léase la estrella fugaz doña Rosario Soto. A ras de calle, la inmensa mayoría de la gente asume el hecho como la vuelta a la marginación y al eterno olvido de la insular Almería. Todo ello tras haber exportado en el último lustro a Sevilla a tantos políticos como pepinos a Berlín. Entre los políticos a una presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves y a dos consejeros, Martín Soler (Agricultura y Pesca, Innovación) y Manolo Recio (Empleo), este último recién pre imputado por Alaya esta misma semana junto a cuatro ex consejeros, además de Chaves y Griñán.
 
La gran decepción, no obstante, se ha percibido especialmente entre la clase política y algunos líderes sociales y de opinión. Una sensación a la que han ayudado, sin duda, las expectativas (falsas) levantadas durante días entorno a la segura presencia de un almeriense concreto en el Consejo de Gobierno. Es más, las quinielas se llegaron a poner tan machaconas con un nombre, el del SG José Luis Sánchez Teruel, que daban ganas de felicitarle por anticipado. Todos creían que iba a ser el próximo “consejero de Almería” en el nuevo gobierno. Un titulo, el de “consejero de Almería”, más bien sociológico en la tierra, conviene apuntarlo, que encierra en sí mismo algo más que un estatus de líder indiscutible del PSOE almeriense, respaldado “por Sevilla”. 
 
El ser “consejero de Almería” también goza de una especial consideración y respeto de los cargos del PP, partido hegemónico en la provincia, al considerar el cargo de consejero por encima de las rencillas políticas domésticas del día a día. Una tarea, también conviene apuntarlo, a la que no es ajeno un selecto club de poderosos empresarios locales y provinciales que manejan en las sombras los verdaderos hilos la política almeriense. No se olvidan fácilmente en Almería las excelentes relaciones políticas y personales durante más de una década entre el ex SG del PSOE y ex consejero Martín Soler, con Gabriel Amat como presidente del PP. Una especie de pacto no escrito cuyo lema bien podría resumirse en esta idea: vamos a llevarnos bien, que con las cosas de comer no se juega.


DE AQUELLOS POLVOS.

Para entender algo mejor lo que está pasado hay que remontarse brevemente a la reciente historia de la organización socialista almeriense, controlada desde Sevilla durante años directamente por Luis Pizarro a través de Martín Soler. Uno de los hitos de esta etapa fue el pacto con la extrema derecha de El Ejido en Diputación, vergonzosamente oculto en la primera legislatura, no así en la segunda, con Juan Enciso escindido del PP y acabando en la cárcel; a la postre, aquella coalición con la extrema derecha del Poniente, fue el rejón de muerte electoral para el PSOE, a la vista de los reiteradamente negativos resultados electorales obtenidos después.
 
En Almería, en la agrupación socialista, no se movía un papel sin que Soler y su dos ayudantes de campo, Diego Asensio y Juan Antonio Segura Vizcaíno, lo supiesen. Políticamente salpicados en el sumario de la Operación Poniente -sospechosamente paralizada desde hace tres años en el Juzgado nº 2 de Almería- los socialistas almerienses del martinismo entraron en barrena tras la ida de Manolo Chaves a Madrid y la llegada de Griñán. Comenzaron los cambios de bando y traiciones en Almería. El instinto de supervivencia de muchos corría embozado por la Avda. de Pablo Iglesias. No obstante, la pieza a batir por los griñaninis, apoyados por los antiguos guerristas almerienses, era de caza mayor. Martín era mucho Martín.
 
Soler había llegado a ser uno de los tres firmes candidatos para suceder a Chaves, respaldado por Pizarro desde el aparato de San Vicente, frente a Mar Moreno propuesta por Zarrías que sabía que era la favorita de ZP. Chaves impuso finalmente a Griñán que, sin duda, nunca tuvo química con el líder almeriense, no le gustaba el personaje. Tan poca sintonía hubo que Soler ha sido el único que ha salido del despacho del ex presidente rechazando ser consejero, dando un portazo, contándolo y poniendo a caldo al presidente. Griñán, desde entonces, simplemente le desprecia y le ignora. Martín ya es historia, suele decir.
 
De ese contexto de tensión interna, lucha de titanes y herederos de tronos, nace la puesta en marcha de un golpe de mano para quitarle a Martin el poder orgánico en Almería, personificado en Diego Asensio. Fuensanta Coves propone a Griñán el nombre de un antiguo colaborador suyo llamado José Luis Sánchez Teruel, ex alcalde de Chirivel y al que parece que adornan cualidades para liderar el cambio posible en aquel momento en la agrupación de Almería. Uno a uno, desde la propia Junta, los cargos fueron cambiando de disciplina logrando la caída de Asensio por dimisión de gran parte de la ejecutiva provincial. Susana Díaz, como Secretaria de Organización, se empleó a fondo en la operación Almería junto al entonces vicesecretario general Rafael Velasco. JLST se dejó conducir disciplinadamente a la victoria.


TERUEL SUEÑA

Sánchez Teruel llega a la secretaria general despacio, sin ruido, sin romper ningún jarrón, intentado buen rollito con todos. Recuperando a viejos adictos martinistas, de tal forma que con el paso de los meses se ha ido comprobando como todo el mundo se recolocaba en una lampedusiana maniobra que no ha pasado desapercibida para los que observan el atrezo diario en el teatro de nuestros políticos. Un mundo nuevo se le aparece ante sí que le permite soñar por las noches.
 
Teruel, de trato afable, serio, algo retraído y desconfiado, ambicioso y tímido, llegó al cargo gracias al apoyo del sector que lidera el jubilado Nono Amate, que en tiempos se denominó sector guerrista. El senador Juan Carlos Pérez Navas, uno de los socialistas almerienses con fama de ser un tipo honesto y capaz, ocupó la Secretaría de Organización como cuota, pero Teruel puso a su lado como secante a una militante de la vieja guardia, de los tiempos de Amate, Adela Segura, la que dicen que en realidad administra como Secretaria de Política Institucional el día a día del partido, entrando también en el resto de Secretarías. Un dato quizás relevante o no: Adela Segura presume en Almería de ser amiga personal de la nueva presidenta Susana Díaz.
 
El arranque de la nueva etapa que se dibujó en el PSOE-A en junio pasado, provocó que el SG de Almería, apoyado por la inseparable Adela Segura, se planteara poner a la Agrupación de Almería incondicionalmente a los pies de la nueva lideresa, la que iba a ganar las primarias, la candidata oficial, la futura presidenta Susana Díaz Pacheco. Y así sucedió. El candidato Planas, a la sazón consejero de Agricultura, ni cortó orejas ni dio vuelta al ruedo en la muy agrícola Almería. De almohadillas se hartó.
 
Muchísimas fotos, videos, referencias, artículos y comentarios en el muro de Facebook de Sánchez Teruel, dan buena cuenta de la entrega, ilusión y pasión desplegada durante estos meses  a favor de la causa susanista del actual líder del socialismo almeriense.
 
Algunas fuentes socialistas aseguran que ya en esa fase, Teruel, dada la cercanía y la simpatía que le otorgaba Susana en sus encuentros, albergaba en lo más intimo la posibilidad de sentarse como consejero junto a la heredera de Griñán en San Telmo. En las agrupaciones más notables de la provincia, mientras tanto, se ha echado de menos en todo este proceso que el SG les mantuviese informados de las cosas que hacía en Sevilla, de las conversaciones mantenidas con Díaz, de las implicaciones que la partida de ajedrez librada en Sevilla pudiese tener para los intereses de la agrupación almeriense. “El solo, solito se lo ha comido y se lo ha bebido todo, no nos ha contado nada a nadie, ni al presidente del partido Antonio Bonilla” ha contado molesto un concejal de la capital.
 
Eso sí, durante este tiempo, Teruel tuvo capacidad y voluntad política para resolver estratégicamente pagos atrasados de la Junta, especialmente a empresas mediáticas almerienses. Quizás las mismas que en la recta final pretendieron, sin lograrlo,  presionar editorialmente a Susana Díaz para que nombrase a un consejero de Almería, o sea, a José Luis Sánchez Teruel al que ya se le atribuía la cartera de Agricultura en tanto, se recordaba, Almería representa el 25% de este sector en Andalucía.  Además, de decía, Teruel ya conoce la consejería, fue nombrado director general por Martin Soler.
 
La campaña desatada en Almería, antes, durante y después de la formación del gobierno, dicen que no ha gustado a la presidenta Díaz y según fuentes cercanas, ha querido demostrar que tiene las manos libres, sin ataduras, para formar el ejecutivo que ella considerase necesario en estos momentos. Sin compromisos ni ataduras de ningún tipo, solo las imprescindibles. 
 
Además, continúan, hay que ser torpe y poco conocedor de por donde va el aire para creerse que Susana iba a nombrar consejero a algún secretario general, cosa que no ha sucedido. También destacan que ha sido muy comentado el protagonismo cercano y fotográfico junto a Susana en estos meses del SG de Almería, nada parecido al de otros secretarios provinciales de Andalucía. “Se le notaba mucho a José Luis que estaba muy a gusto junto al liderazgo de Susana y que quería agradarle y darse a conocer” comentan con corrección.


YA PASÓ OTRA VEZ

Esta circunstancia recuerda otra lejana en el tiempo muy similar, cuando Martín Soler, la primera vez que Chaves quiso nombrar un consejero de Almería, se auto propuso como SG, “o yo o nadie” y fue nadie en aquella ocasión. El veterano militante que me recuerda este hecho, concluye lacónicamente: “Sí, es la misma escuela, la misma, esto no ha cambiado”.
 
La presidenta Díaz ya ha anunciado que, tranquila Almería, que el gobierno va a estar plagado de almerienses en otros niveles inferiores del equipo. Una forma de calmar el sonoro malestar especialmente extendido en la élite más sobresaliente de la sociedad almeriense. En cualquier caso no es lo mismo sentarse en el salón de los consejos de gobierno, que en un despacho de Torre Triana y con muchos papeles encima de la mesa.
 
Sánchez Teruel, ahora, pasados los “fastos protocolarios” que dijo Antonio Maíllo, ya no tiene excusas para arremangarse y ponerse a trabajar en la provincia a jornada completa, como SG y como diputado autonómico. Porque no se entienden muchas cosas que están pasando en Almería y de las que el PSOE mantiene una incomprensible distancia, eso en el mejor de los casos. Casos de corrupción sometidos a investigación por la Fiscalía del TSJA y que afectan, directa o indirectamente al presidente del PP en la provincia. Sabiendo como saben lo que puede haber detrás de esas denuncias, que son públicas porque están colgadas en Internet. Y callados, como en la misa de la Patrona. Asuntos, sobre todo, que afectan al bien general y a los intereses de los ciudadanos. 
 
El PSOE de Almería  debe ser, a día de hoy, el partido más respetuoso de España con las actuaciones de la Justicia. Por eso no habla ni actúa en estos temas. Ese es al menos el argumento fundamental que ofrece el propio Sánchez Teruel, obsesionado por que nadie le marque los tiempos en la política almeriense. Personalmente creo que la razón es otra, el temor a que denunciando al de enfrente, salga rodeado de compañeros del partido. Es evidente hasta ahora la ausencia de valor político para sanear la casa socialista por dentro.
 
Con la que está cayendo en Almería, cuando hay denunciantes a los que les cuesta encontrar procurador o procuradora, donde se investigan graves delitos en el transcurso de  varias y complejas investigaciones judiciales, resulta cuanto menos extraño tanto silencio socialista en relación con sumarios o investigaciones sobre corrupción, todas de gran interés general. Todo ello sin olvidar que el Sr Sánchez Teruel tiene sobre la mesa una cuestión que le hierve, su primera prueba del algodón en esta nueva etapa de transparencia. Tiene Sánchez Teruel una extensa denuncia en su carpeta sobre los manejos de fondos públicos en la ADR Alpujarras de Almería, donde muchos de sus actuales apoyos políticos en la provincia, alcaldes etc, que antes lo fueron del martinismo, tendrían que salir a dar explicaciones urgentes y convincentes sobre esos manejos dinerarios. 
 
De momento se habla de 90.000 euros que habrían desaparecido. Pero parece que hay mucho más y cosas más graves en el manejo de fondos europeos en las Alpujarras almerienses, siempre en las mismas manos, casi siempre y mayoritariamente en la orbita socialista. Tiempo tiene, ahora, el SG del PSOE de Almería para indagar sobre la veracidad de las acusaciones que sabe perfectamente de donde provienen y que, de confirmar su certeza, debería irse a Fiscalía y dar rueda de prensa posterior demostrando que también asume de Susana Díaz la política de ejemplaridad y de ventanas abiertas prometida por la presidenta. Y si no se pone las pilas poniendo orden y dando ejemplo de limpieza en su renovada casa, quizás llegue tarde y se cruce en la puerta con los fiscales. 
 
A lo mejor esa sea la clave de todo esto, el miedo a la limpieza de verdad y optar por habituarse a vivir rodeados de mierda.

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