jueves, 23 de abril de 2020

El miedo a la crisis económica ya impacta en la compra de alimentos

BARCELONA.- Una vez que los hogares están llenos de papel higiénico, legumbres, todo tipo de pasta y las familias han conseguido calmar la ansiedad que produjo la declaración del estado de alarma, los consumidores han puesto las luces largas y ya miran al futuro. Y el panorama no es nada alentador, según La Vanguardia.

El 78% de los consumidores ya percibe un impacto negativo en su estatus económico y el 41,6% cree que ese empeoramiento será duradero, según los datos recogidos el primer barómetro Consumo y compra dentro y fuera del hogar , publicado ayer por Aecoc Shopperview.
Esta negativa sensación ha empezado a impactar en el modo en que se hace la compra. Si hace tres semanas el objetivo al ir al súper era acaparar la mayor cantidad de productos posible, ahora el factor precio vuelve a ser un elemento clave en las decisiones de compra. “El acopio de alimentos ha pasado a segundo plano y ahora el consumidor ya teme el impacto de la crisis y vuelve a fijarse en precios y ofertas”, asegura Rosario Pedrosa, gerente de estrategia comercial y marketing de Aecoc.
Ese factor precio cobrará mayor importancia en las decisiones de compra una vez pasado el confinamiento para el 61,3% de los consumidores, superando al criterio de proximidad, que será básico para el 58,9%.
Pero la contención y el ajuste del cinturón en el gasto en consumo no esperarán al final del confinamiento. En la actualidad, el 44,7% de los encuestados ya ha rebajado la frecuencia con la que compra y también el modo en el que acomete esas compras. El 78,5% de los consumidores elabora listas para planificar sus compras, una vez que se ha constatado un incremento en el desperdicio de alimentos en el hogar, según asegura el 7,8%.
Otra de las tendencias que ha producido ese ajuste del cinturón en el consumo actual es el incremento de hasta un 23,3% de las marcas blancas. “Esta tendencia ya se vio en la crisis del 2008. Ahora el crecimiento no será tan alto como entonces porque en los últimos años la penetración de las marcas blancas en la cesta de la compra ya había llegado a superar el 40%, mientras que antes del 2008 era muy inferior”, explica Rosario Pedrosa.
El 63,8% de los consumidores también asegura que controlará más sus gastos cuando acabe el confinamiento y el 43,7% afirma que ya ha retrasado o paralizado alguna inversión a causa de la crisis. Sólo un 26% piensa en recuperar esas inversiones paralizadas y poco más de un 32% tiene en mente invertir en vacaciones este próximo verano. “También como en el 2008, se repiten tendencias. El 30% asegura que gastará menos fuera del hogar, el 32% asegura que retomará la práctica de llevarse el tupper al trabajo en lugar de salir a comer a restaurantes y un 44% gastará menos en comida a domicilio”, explica Rosario Pedrosa. Una tendencia que ya ha acusado un fuerte descenso durante el confinamiento, ya que el 65,5% de los consumidores ha reducido sus pedidos a través de plataformas de comida a domicilio. Y el 44% asegura que reducirá su inversión en estas entregas también después del confinamiento.
Otro de los cambios sustanciales que han impactado en el gran consumo durante esta crisis es el incremento de la compra online , que según los datos recabados por Aecoc ha subido un 20%. “Ha servido para que mucha gente descubra este canal y seguirá siendo usado después. Pero hay que puntualizar que el peso de la distribución online en el total todavía es muy pequeño”, explica Pedrosa. En concreto, según los datos publicados por la consultora Kantar, ha pasado del 2% antes de la crisis al 3% actual.

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