viernes, 19 de septiembre de 2014

Las primarias del PSOE en la capital / Gabriel O. Sánchez

Anteayer, alguien con el que hablé brevemente por teléfono me comentó algo  que me hizo pensar.
Poco antes escuché una declaración en la radio del secretario general socialista, José Luis Sánchez Teruel, hablando sobre los dos previsibles candidatos a las primarias almerienses; uno, y esto lo digo yo, de la nueva guardia (Joaquín Jiménez Segura) y el otro, de la vieja guardia (Juan Carlos Pérez Navas).
Sánchez Teruel, como siempre, estuvo en su papel conciliador, ese que hace pensar que "to er mundo es gueno", que los dos son unos candidatos ideales. Vaya, que de mojarse por uno o por otro, "na de na". Nada que reprocharle, es entendible.
Sin embargo lo que bajo las alfombras socialistas subyace no es lo mismo que se aprecia sobre las mismas. Lo diga o no Sánchez Teruel, la mierda hace tiempo que se viene acumulando debajo. La razón está en la escasa limpieza que se hizo cuando Diego Asensio saliese por la puerta de atrás de la sede socialista y llegando los suplentes les faltara coraje para hacer una limpieza a fondo. Lejos de sanear pensaron que era mejor la concesión de algún puestecito, al hijo de éste o al familiar de aquel, esperando así un acercamiento y no una confrontación.
Poco después el habilidoso Fernando Martínez consiguó con su designación como secretario general de Almería la cuota de poder perdida por los guerristas. Este fue un plan perfectamente diseñado.  Pero, conseguida la primera parte del plan, se ha puesto en marcha la segunda; esta no es otra que colocar a su candidato, es decir a Pérez Navas, en la carrera por la alcaldía, una vez que consiga hacerse con las primarias.
Aparentemente Pérez Navas lo tiene fácil; con apoyos como los del infumable Amate, el habilidoso Bonilla o el estratega Martínez la cosa parece clara. Lo peor para el candidato primario, rehén político de estos tres, es el batacazo que le espera, pues difícilmente le quitará la cartera a Luis Rogelio Rodríguez Comendador quien, tras colocarle en el Ayuntamiento a su mujer, lo tiene fácil para pararle los pies.
 Luis Rogelio debe estar frotándose las manos. No me extraña. El resultado más que predecible no será otro que la quema política de Pérez Navas y, en cuanto al PSOE, cuatro años más en la oposición. Yo en el lugar de Pérez Navas, daba la espantá y me seguía quedando de cabeza de ratón.
 Si Fernando Martínez viese alguna posibilidad de conseguir la alcaldía, no le hubiera cedido el testigo a Pérez Navas; denlo por hecho.
 Sin embargo hay que reconocer que  Fernando Martínez tiene  mucho  más tirón del que tiene el lánguido Pérez Navas. Un tirón que  Martínez sabe insuficiente para que, con las rémoras que acarrea de su época en la alcaldía y las intrigas que gestiona en su propio partido, traducido en una merma de votos, pueda quitarle la alcaldía al PP. De ahí que haya colocado a Pérez Navas de cabeza de turco, por si la casualidad,  el agotamiento del PP o incluso la entrada de Podemos, hace sonar la flauta.  
Demasiadas hipotéticas casualidades, que dándose, gobernando Pérez Navas, gobernaría él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario