miércoles, 15 de febrero de 2012

La CE defiende el acuerdo agrícola con Marruecos y promete un control "muy estricto" de la entrada de tomate

BRUSELAS.- El comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, ha pedido a la Eurocámara que ratifique el nuevo acuerdo agrícola con Rabat porque, ha dicho, Marruecos "no es un socio cualquiera" y se trata de un pacto "equilibrado". También ha defendido que las importaciones marroquíes cumplen las normas europeas y se ha comprometido a un "seguimiento muy estricto" de los alimentos "más sensibles", entre los que está el tomate.

   Ciolos ha debatido este martes con los eurodiputados sobre el nuevo acuerdo negociado por Bruselas con Rabat, que ha sido aprobado por los Veintisiete, incluido España, pero que necesita aún luz verde del pleno del Parlamento Europeo para su entrada en vigor. Los eurodiputados --que pueden aprobar o rechazar el pacto, pero no modificarlo-- votan el jueves un régimen comercial que apoyan la mayoría del Partido Popular Europeo y liberales en la Eurocámara.
   El ponente del informe que se votará, el francés de Los Verdes, José Bové, ha pedido al Hemiciclo que tumbe el nuevo acuerdo porque "es malo" y sólo beneficiará a grandes terratenientes en Marruecos, al tiempo que ha recordado que un voto negativo no invalidaría el acuerdo en vigor.
   Los eurodiputados españoles del Partido Popular y del PSOE han anunciado su intención de votar en contra del acuerdo y este martes también se han pronunciado en contra el representante de IU en la Eurocámara, Willy Meyer; el de ICV, Raül Romeva; el de UPyD, Francisco Sosa Wagner; y la gallega del BNG, Ana Miranda.
   Además del daño a los intereses agrícolas españoles que esgrimen 'populares' y socialistas, los eurodiputados Meyer, Romeva, Sosa Wagner y Miranda han reclamado que se revise el acuerdo para que no incluya los recursos del Sáhara occidental en línea con lo que exige el Derecho internacional.
   El sector agrícola en España, en especial los productores de tomate en Andalucía, Canarias y Murcia, ha criticado el nuevo acuerdo porque lo consideran desequilibrado y se quejan de que la parte marroquí incumple los volúmenes y precios pactados en el convenio actual.
   Sin embargo, el comisario Ciolos ha advertido de que Marruecos "no es un socio como los demás" para la Unión Europea, sino que es un país estratégico con el que los 27 se han comprometido a apoyar en sus reformas para una mayor democracia.
   Ciolos también ha asegurado que se trata de un acuerdo "equilibrado" que "en su conjunto, abre perspectivas comerciales" para los agricultores europeos, si bien ha concedido que entiende la "preocupación" del sector europeo.
   El acuerdo prevé la liberalización progresiva de casi todos los productos agroalimentarios, aunque también incluye un régimen arancelario por contingentes para alimentos "sensibles" como el tomate, el pepino, la fresa, la mandarina, el ajo, el calabacín y el azúcar.
   Bruselas ha tenido especial cuidado con el sector hortofrutícola y ha tomado "las disposiciones necesarias" para "garantizar un futuro en Europa tanto para el tomate, como para el pepino, el calabacín y el ajo", ha dicho el comisario.
   Asimismo, el Ejecutivo comunitario llevará a cabo "un seguimiento muy estricto de los volúmenes importados" y "calidad sanitaria" de los productos considerados 'sensibles', y abrirá negociaciones en materia de Indicaciones Geográficas. Ciolos ha matizado más tarde que también reforzará el seguimiento del modo en que los Estados miembros realizan sus controles en frontera, porque es competencia de la autoridades nacionales supervisar las importaciones.
   Ciolos se ha hecho eco de las "preocupaciones recurrentes" sobre los precios de entrada al mercado comunitario del tomate marroquí y ha advertido de que en la reforma de la Política Agraria Común (PAC) se prevén modificaciones en el reglamento de precios, para lo que trabajará para que "avance lo más rápidamente posible".
   Con todo, el comisario ha minimizado el impacto en la competencia del aumento de los contingentes y ha asegurado que el nuevo acuerdo permitirá la entrada de 52.000 toneladas más de tomate marroquí, lo que supondrá un 0,8 por ciento de la producción europea en un año.

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