martes, 14 de febrero de 2012

Rubalcaba decide meter mano en el avispero andaluz

MADRID.- A pocas jornadas de la celebración hace diez días del Congreso de Sevilla, todo el mundo parecía alineado con Carmen Chacón para apoyarla y ayudarla a alcanzar la secretaría general del partido. Una vez derrotada, el capitán Griñán plegó velas y se puso a disposición de Rubalcaba, quien no quiso cortarle la cabeza para no hacer más sangre antes de las elecciones autonómicas. En ese momento, todo parecía en calma. Simulaban estar tranquilos y en su sitio hasta ver qué pasaba en la cita con las urnas. Pero nada más lejos de la realidad.

En cuanto se hizo la foto del Congreso, el PSOE de Sevilla, la agrupación más importante de Andalucía, saltó por los aires con la dimisión de su secretario general, José Antonio Viera, por las presiones sufridas y por estar en desacuerdo en la composición de la lista electoral que encabeza José Antonio Griñán y que apartó a todos los partidarios de Rubalcaba.
La maniobra de Griñán consistía en convocar a la mayoría de la ejecutiva provincial para celebrar una reunión sin Viera, y aprobar así una lista sin apenas representantes del sector de Rubalcaba. Pero Ferraz ha decidido intervenir en el asunto en vista del motín a bordo —cuentan algunos socialistas andaluces que recibieron una carta que decía 'o con Griñan o contra Griñán'- lleno de "injerencias" y "nocturnidades y alevosías" .
Lo que Rubalcaba quería era aparentar una normalidad y cohesión de partido con fuerzas renovadas para impedir la victoria de Javier Arenas. Pero resulta que el PSOE andaluz es un avispero. Así, Madrid ha nombrado una comisión gestora para la provincia, a propuesta de la Ejecutiva regional del PSOE en Andalucía. Una decisión salomónica con la que el partido ha querido cerrar en 24 horas la crisis abierta.
Ahora está por ver si las aguas vuelven a su cauce en el mes y medio que queda antes de las elecciones andaluzas. Aunque ahora mismo parece que todo el mundo está empeñado en conspirar tras la gran derrota que asoma en las urnas. Los partidarios de Manuel Chaves no soportan a los partidarios de Griñán, y viceversa, y en lugar de buscar soluciones están llevando al partido a un proceso de de autodestrucción que no parece tener fin.

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