viernes, 8 de abril de 2011

EEUU reconoce la fuerza imparable de los cambios sociales en los países árabes

WASHINGTON.- El informe de Estados Unidos sobre los derechos humanos en el mundo, difundido anoche, celebra la fuerza imparable de los cambios sociales que están en marcha en algunos países árabes. 

Según el informe del Departamento de Estado, que ahora será remitido al Congreso, los movimientos sociales que se iniciaron a principios de 2011 en Túnez y Egipto, al calor de un nuevo tipo de activistas de los derechos humanos, jóvenes, están formados y muy conectados a las redes sociales.
"En este momento no podemos predecir cuál será el resultado de estos cambios, ni sabremos los efectos duraderos en los próximos años", reconoce el Departamento de Estado en el informe.
No obstante, valora los cambios en Túnez y Egipto, donde el pueblo demanda "una mayor participación política y oportunidades económicas. Estas demandas son profundas, autóctonas, y están siendo lideradas por nuevos activistas, muchos de ellos jóvenes".
En el informe, EEUU reconoce que los cambios en estos países no vendrán de la noche a la mañana, porque "la transición a la democracia no es automática y requerirá tiempo y mucha atención".
En cualquier caso, observa que hay una tendencia generalizada de mejora en el mundo, que no solo afecta a los países árabes, y que viene marcada por dos factores: la proliferación de internet y las redes sociales, y la eclosión de organizaciones no gubernamentales centradas en la defensa de la democracia y los derechos humanos, y que hasta hace poco se circunscribían a Europa y Norteamérica.
Precisamente el informe denuncia las tentaciones de algunos Gobiernos de limitar el acceso a Internet como medida de opresión de las libertades de comunicación y de expresión.
Según EEUU, son más de 40 países los que están utilizando algún tipo de restricciones reguladoras o de barreras técnicas para controlar el acceso a internet, reprimir la libertad de expresión o para violar la privacidad de los internautas. Es el caso de Arabia Saudí, Sudan, China o Vietnam, por ejemplo.
Otra tendencia negativa es la "continua escalada de violencia, persecución y discriminación social y oficial de algunos grupos vulnerables, de orden racial, religioso o étnico", y que también se extiende en algunos países a mujeres, niños, discapacitados, indígenas y homosexuales.
Los casos más llamativos son la opresión de la libertad religiosa en Pakistán, las políticas discriminatorias en Arabia Saudí, la "demonización" del Dalai Lama y la represión de los tibetanos y uigures en China, así como el movimiento antisemita que recorre algunos países árabes.
EEUU también se muestra preocupado por la explotación de trabajadores en algunos lugares del mundo, como Uzbekistán y Bangladesh.

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