domingo, 20 de febrero de 2011

Miles de personas piden en Marruecos la limitación de los poderes reales


RABAT.- Miles de personas han marchado este domingo por las calles de Rabat y de otras ciudades marroquíes, atendiendo a una convocatoria promovida por Intenet y respaldada por varios partidos minoritarios y organizaciones, para reclamar que el rey Mohamed VI renuncie a algunos de sus poderes y combata la corrupción en el Gobierno. La agencia oficial MAP ha hablado de "débil participación".

La jornada de protesta popular convocada para este domingo en Marruecos comenzó con manifestaciones pacíficas en varias ciudades marroquíes, pero ha derivado en disturbios violentos. Grupos de alborotadores e incontrolados han saqueado entidades bancarias, atacado comisarías y comercios con piedras e incendiado vehículos en Larache (noreste del país), Alhucemas y Tánger (norte) y Marraquech (sur).


Según un organizador de la protesta más de 5.000 personas participaron en la marcha en Rabat, mientras que un oficial de Policía indicó a Reuters que había unas 3.000 personas. La propia MAP reconoce que en la capital hubo unas 2.000 personas.
Los policías uniformados han guardado sus distancias de la protesta, que comenzó en la plaza central de Bab El Ahad, pero agentes de paisano con cuadernos de notas se mezclaron con la multitud, que coreaba "el pueblo rechaza una Constitución hecha para esclavos" y "abajo la autocracia".
Algunos de los presentes pidieron que el primer ministro, Abbas el Fassi, dimita, si bien en las pancartas no había ningún ataque directo contra el rey. Asimismo, en la marcha se han podido ver algunas banderas de Túnez y Egipto, países en los que levantamientos populares han provocado la caída de sus presidentes en las últimas semanas.
"Esta es una protesta pacífica para impulsar reformas constitucionales, restaurar la dignidad y poner fin a la corrupción y el saqueo de los fondos públicos", explica Mustapha Muchtati, del grupo Baraka (Basta), que ayudó a organizar la protesta.
Las marchas habían sido convocadas por un grupo que se hace llamar Movimiento 20 de Febrero por el Cambio, que ha reunido a 19.000 seguidores en Facebook. Sin embargo, algunos convocantes habían anunciado el sábado que se desmarcaban de la protesta, motivo al que atribuye la agencia oficial MAP la escasa presencia por el momento.
El Movimiento 20 de Febrero había justificado su decisión por "las tentativas de grupos religiosos y de la izquierda radical de explotar los acontecimientos internacionales para orientar esta manifestación hacia las luchas confesionales e ideológicas en lugar de unirse en torno a las necesidades de la sociedad marroquí en la reforma serena en el marco de la estabilidad y la cohabitación".
La protesta contaba con el apoyo de las juventudes del grupo ilegal islamista Justicia y Caridad, de miembros de partidos de la oposición y de militantes bereberes. El principal sindicato de prensa y grupos de defensa de los Derechos Humanos también la habían respaldado.
Las autoridades de Rabat habían suspendido el servicio de autobuses, lo que impidió que algunas personas consiguieran llegar hasta el recorrido de la marcha. "Queríamos evitar potenciales daños a los autobuses", señaló un responsable gubernamental.
Según la MAP, unas mil personas han participado en la marcha en Casablanca, mientras que alrededor de 900 lo han hecho en Marrakech. En Oujda ha habido unas 1.300 personas, mientras que en Tánger eran 450; en Tetuán unas 500; en Agadir, 400; en El Aaiún (capital del Sáhara Occidental) sólo hubo unas 40 personas; el Alhucemas fueron alrededor de un millar y en Béni Bouayach unas 2.000.
La primera chispa prendió en Marraquech a primera hora de la tarde. Poco después, la manifestación pacífica que recorría las calles de Tánger -con unas 10.000 personas según los organizadores y unas 900 a juicio de la policía-, derivó en incidentes cuando un grupo reducido de personas empezó a lanzar piedras contra locales y la policía en la céntrica plaza de las Naciones, según 'El País'.
 La policía, que se mantuvo en un extremo de la plaza (lo más cercano a la comisaría central), disolvió al grupo de personas, que bajó por las calles adyacentes hasta la playa, procediendo al lanzamiento de piedras contra varios locales nocturnos del paseo marítimo y destrozos en el mobiliario urbano, así como al menos una sede de Amendis (compañía concesionaria de la luz y el agua, uno de los focos de la protesta) y varios vehículos, según han relatado a este periódico testigos presenciales de los incidentes.
Ya durante la noche, las fuerzas antidisturbios y el grupo de descontrolados (una cincuentena) continúan jugando al ratón y al gato, si bien la policía no está empleando excesiva contundencia para disolverles, según cuentan a 'El País' vecinos de la plaza de las Naciones. La artería principal de la ciudad, el Boulevard Mohamed V, se cerró al tráfico y solo transitan vehículos de la policía, que ha reforzado notablemente su presencia en la ciudad.
Durante la mañana, en cambio, las protestas fueron pacíficas y la policía se limitó a observarlas desde lejos. El Gobierno ha reconocido que hubo concentraciones en demanda de democracia y en contra de los consejeros del rey Mohamed VI en al menos 12 ciudades del país. En Rabat, unas 15.000 personas tomaron el centro de la ciudad, según los organizadores (2.000, según la agencia de prensa oficial marroquí) para exigir reformas y una Constitución democrática, y no para formular reivindicaciones sociales.
Estimaciones de la prensa independiente marroquí calculan que el número de manifestantes se situó en la capital en torno a los 8.000. El ambiente en Rabat fue relajado y en la concentración, en la que no se vieron símbolos islamistas, se mezclaban las clases sociales, aunque sobre todo había personas de clase media, familias con niños y gente joven.
El centro de las demás ciudades del país también ha sido recorrido por cortejos de protesta integrados por miles de manifestantes, como en Casablanca, Oujda, Alhucemas o Marraquech o por centenares, como en Tánger y Kenitra. En Casablanca, los manifestantes gritaban "Libertad, dignidad y justicia" además de "menos poder para la monarquía", "El rey debe reinar y no gobernar" y "el pueblo quiere una nueva Constitución", informa la agencia AFP. La policía, desplegada desde anoche, se mantiene de momento relativamente discreta y en primera línea.
La protesta había sido convocada por jóvenes en Facebook, pero contaba con la adhesión de varias ONG de derechos humanos, de pequeños partidos de izquierda, de las bases de algunos sindicatos y de las juventudes del movimiento islamista Justicia y Espiritualidad que es ilegal, pero goza de cierta tolerancia.
Los vientos de cambio que soplan sobre el mundo árabe desde hace dos meses y que han llegado a Marruecos no pueden ser medidos tanto por el número de participantes, escaso en algunas ciudades, como por el atrevimiento de las pancartas y de los eslóganes coreados por la muchedumbre. "Majidi dégage!" (¡Majidi lárgate!) gritaba, por ejemplo, la multitud en francés adaptando a la realidad marroquí el eslogan coreado por los tunecinos contra Ben Ali justo antes de que huyese de su país. Mounir Majidi es el secretario particular del rey Mohamed VI y entre sus tareas figura el administrar la fortuna de la familia real.
"¡Dictadura lárgate!", "¡No a las instituciones ilegítimas!" y también "SNI ONA out", rezaban en inglés varias pancartas exhibidas por los manifestantes refiriéndose a los dos consorcios empresariales de la monarquía. No hubo, sin embargo, ningún ataque directo contra el monarca, pero cuando un transeúnte ha querido incorporarse a la manifestación con su retrato fue expulsado manu militari.
Las protestas, convocadas a través de la red social Facebook, son las primeras en las que los ciudadanos piden democracia, el fin de la corrupción y la dimisión del Gobierno.
Las comunicaciones a través de Internet son muy limitadas y tampoco ha sido posible hacer un seguimiento de las manifestaciones a través del canal de televisión Al Yazira, ya que su emisión ha sido suspendida. La policía impide el acceso a Rabat también por carretera y mantiene un control en el puente que une la capital y Salé, feudo de Justicia y Caridad, partido islámico.
En las horas previas al domingo los jóvenes convocantes en Facebook recabaron nuevas adhesiones a la convocatoria de protestas, sobre todo de las secciones sindicales en muchas de las provincias, que se añaden a las de las juventudes del principal movimiento islamista, de pequeños partidos de izquierdas y a las ONG. ç
También se detectaba entre sus seguidores cierta preocupación por el riesgo de que los actos vandálicos registrados en Tánger pudieran empañar el conjunto de las protestas. Varios cientos de jóvenes se anticiparon a la convocatoria y salieron a la calle en esta ciudad del norte de Marruecos el viernes por la noche, instigados por la rama marroquí del movimiento antiglobalización ATTAC, que reclama la imposición de tasas a las transacciones financieras internacionales. Su protesta empezó con una sentada en la plaza de las Naciones, pero después intentaron desfilar por el centro de la ciudad y se toparon con una barrera policial.
Los jóvenes rompieron las lunas de decenas de vehículos y apedrearon una comisaría, pero su principal objetivo fueron los símbolos de las empresas extranjeras que firmaron grandes contratos con el Ayuntamiento de Tánger, empezando por la francesa Amendis, filial de Veolia, que proporciona luz y potabiliza el agua de la ciudad. Un autobús de Autasa (del madrileño Grupo Ruiz) y camiones de TecMed (filial de Urbaser), que recoge las basuras, fueron también atacados.
A 40 kilómetros al sur de Tánger, en Arcila, Mohamed Benaissa, el exministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, se llevó un susto de muerte cuando decenas de jóvenes apedrearon su domicilio cuya primera puerta forzaron. Gritaron: "¡Que caiga Benaissa!", parafraseando un eslogan coreado en Egipto contra Hosni Mubarak. La policía disolvió la concentración.
La prensa afín al régimen recoge, en cambio, con grandes titulares el rechazo a manifestarse por parte de las direcciones nacionales de los sindicatos, de los partidos de la coalición gubernamental y también de los islamistas más moderados así como de numerosas asociaciones. La agencia de prensa oficial MAP anunciaba incluso en portada que tres de los jóvenes inspiradores de la protesta en Facebook la desconvocaban para evitar que sea aprovechada con "fines espurios".

Guerra de cifras

Hasta 14.000 personas han secundado la concentración convocada en Rabat y otras 10.000 personas se han concentrado en Marrakech, según han comunicado los propios organizadores. La agencia de noticias oficial, MAP, ha informado en cambio de una "débil participación".
   En la guerra de cifras ya abierta, un portavoz policial ha informado de que eran unas 3.000 las personas concentradas en Rabat, mientras que el noticiario de mediodía de la televisión estatal 2M informaba de "cientos" de manifestantes. La propia MAP reconoce que en la capital hubo unas 2.000 personas.
   Los propios organizadores han anunciado la posibilidad de repetir estas concentraciones para exigir reformas dentro de una semana, el 26 o el 27 de febrero, aunque uno de los impulsores del Movimiento, Mohamed al Auni ha reconocido en declaraciones a Reuters que aún no se ha consensuado la vía de acción para las próximos días y ha indicado que también se está barajando la posibilidad de convocar concentraciones y sentadas diarias.
   El propio Auni ha denunciado que la manifestación pacífica convocada en Marrakech, donde unas 10.000 personas habría secundado la protesta, ha sido "dispersada violentamente por la policía, que ha utilizado porras largas".
"Los manifestantes se han retirado para evitar una escalada", ha explicado.
   La protesta cuenta además con el apoyo de las juventudes del grupo ilegal islamista Justicia y Caridad, de miembros de partidos de la oposición y de activistas bereberes. El principal sindicato de prensa y grupos de defensa de los Derechos Humanos también la habían respaldado.
El ministro de Comunicación y portavoz del Gobierno marroquí, Jalid Naciri, ha afirmado que las protestas de este domingo en las principales ciudades del país "son normales y forman parte de la práctica democrática".
   Naciri, entrevistado por el canal de televisión ruso Russia Today, ha considerado que las reivindicaciones de los convocantes tienen un carácter "ordinario y natural" al tiempo que destacó que los manifestantes han cumplido la ley y se ha preservado el orden público.
   Las protestas se han desarrollado "en un clima de estabilidad, algo que debe suponer motivo de orgullo para los marroquíes", ha afirmado en la entrevista, recogida por la agencia de noticias oficial marroquí, MAP.
   "A diferencia de la mayoría de los países árabes, Marruecos está habituado a que se organicen marchas y manifestaciones", ha explicado Naciri, lo que significa que el que el proceso democrático iniciado a fines del siglo pasado, especialmente después de la subida al trono de Mohamed VI, ha permitido a Marruecos entrar en una nueva etapa en la gestión de los asuntos políticos a través de la apertura de vastos campos para la práctica democrática, y la consagración de las libertades expresión, reunión y manifestación, explica la MAP citando al portavoz.
   El ministro ha asegurado que "el gobierno de Marruecos considera que las reivindicaciones de los manifestantes en toda su profundidad son comprensibles y legítimas en los ámbito social, económico, político y cultural".
Y recordó que estas demandas están "incluidas en el programa de mayor parte de las fuerzas políticas tanto del gobierno como de la oposición".
   "Todos los agentes políticos son unánimes en subrayar la necesidad de fortalecer el proceso de reforma, en perfecta armonía con su majestad el rey" dijo. 

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