En concreto, al igual que denuncia el sector vacuno, los ganaderos de caprino recriminan que el precio percibido por cada litro de leche no es suficiente como para cubrir los costes de producción, que se sitúan en torno a los 54 céntimos de euro, un hecho que ha provocado el cierre de cerca de 7.000 explotaciones desde diciembre de 2009, una reducción del 9% sobre el censo total.
Asimismo, solamente la mitad de las explotaciones lácteas han logrado en este tiempo mantener su censo, mientras que el resto ha tenido que reducir drásticamente la cabaña para lograr mantener una mínima rentabilidad en la explotación.
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