VALENCIA.- La primavera recién llegada dejaba caer sus primeras gotas de lluvia, justo cuando dentro del féretro francés sellado con lacre, el cuerpo inerte del intelectual europeo José Vidal-Beneyto, era introducido esta tarde de cielo cerrado, poco después de las 18,15 (hora peninsular española), en un nicho de la fila 37 de la ampliación sur del camposanto de Carcagente (Valencia), su pueblo natal.
El duelo lo integraban su mujer, Cécile Rougier; sus hijos, María José Vidal-Ragout y Michel André, Javier Vidal-Ragout y Cristina Abos, Jordi Vidal-Ragout y Mathilde Hugrel, Vera Vidal-Rougier; su nuera, Yolanda Varela; sus nietos, Mara Donato di Paola-Vidal; María, Irene y Javier Vidal-Varela; Gabriela y Darío Vidal-Hugrel, junto a Yannis Gaultier; Margarita Bergareche Abos...
En las primeras filas de ese nutrido grupo de amigos estaban el ex ministro y diplomático, Marcelino Oreja; el catedrático, político y ex embajador en Lisboa y Caracas, Raúl Morodo; el rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa; el conseller portavoz del Grupo Popular en las Cortes Valencianas, Rafael Blasco; el periodista y político alicantino, José María Perea, el periodista y profesor murciano Francisco Poveda o el cantautor Paco Ibañez. (En la misa estuvo el vicepresidente de la Generalitat Valenciana, Juan Cotino).
En otras filas, más atrás, observaban atentamente en silencio, los eurodiputados del PPE, García Margallo e Iñigo Méndez de Vigo, y los del Grupo de los Socialistas Europeos, Enrique Guerrero (vecino del lugar) y Carlos Brú (amigo del alma de Pepín). Y otros amigos de París, Madrid, Valencia, Barcelona, Murcia, Almería y Alicante, circunscripción por la que intentó por primera, y única vez, entrar en política como independiente, desde las listas del PSP de Tierno Galván...
Paco Ibañez, el prohibido del franquismo, cantó primero a la guitarra 'Coplas por la muerte de su padre', de Jorge Manrique; la hija mayor, María José, eurofuncionaria en Bruselas, recitó 'Amigo en el recuerdo'; Jordi, el menor de los varones, nos brindó de Miguel Hernández, 'Elejía a Ramón Sijé", y Vera, la hija menor, estudiante en París, leyó un poema de Pablo Neruda. Jordi quiso tener al final, también un recuerdo para su hermano Miguel, el primogénito, desaparecido hace unos meses repentinamente y causa del hundimiento que hizo enfermar definitivamente a su padre.
La despedida al amigo para siempre se cerró con una canción compuesta por José Agustín Goytisolo e interpretada por un Paco Ibañez, que recordó el carácter librepensador e idealista de Vidal-Beneyto, a quien calificó de inconformista y la expresión genuina de la defensa del lema republicano "Liberté, Egalité, Fraternité", acogida con un fuerte aplauso por el centenar largo de personas que asistieron al funeral civil.
Poco antes, la iglesia parroquial de La Asunción se había llenado de vecinos, amigos y autoridades locales, convocados por el toque a difuntos de sus campanas, para asistir al religioso (el finado era católico, convicto y confeso) con la misa de 'corpore in sepulto' a su hijo más notable.
La ceremonia duró justo treinta minutos y el oficiante aprovechó para dar las gracias, a todos los allí reunidos, en nombre de la familia (situada en los primeros bancos) y leer el Evangelio, según San Juan, referido a la resurrección de Lázaro.
El celebrante calificó en su homilía a Vidal-Beneyto de 'ciudadano del mundo' aunque elogió que mantuviese sus raíces y quisiese descansar en su tierra para siempre. Lo definió como trabajador incansable, líder y gran militante de la Cultura. "Su influencia perdurará entre quienes le admiran, quedará vivo en esa admiración y el aprecio, por su servicio a los demás".
Con los tres ritos (agua bendita, incienso y acompañamiento hasta la puerta de la iglesia) concluyó las ceremonia y fue cuando se pudieron ver mejor las coronas envíadas por familiares, amigos, el PCE, su "familia de Estambul", Rafael Blasco y Consuelo Císcar, Fundación 'Amela' y 'Le Monde Diplomatique" en castellano.
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