BRUSELAS.- La Comisión Europea ha reconocido hoy que la contaminación de pepinos orgánicos españoles pudo producirse fuera de España. "Pudo registrarse en el transporte o en la distribución a tiendas en la propia Alemania", ha señalado hoy en una rueda de prensa el portavoz de Sanidad y Consumo del Ejecutivo comunitario, Fréderic Vincent.
La psicosis alemana contra los pepinos está afectando a todas las frutas y hortalizas españolas. Empresas exportadoras de Málaga y Almería han confirmado que Alemania está cancelando todos sus pedidos pese a que aún no se ha determinado en qué momento de la cadena agroalimentaria se produjo la infección.
"Tanto da que la contaminación se diera en origen o en destino, pero lo importante es que se ha producido un brote y hay que averiguar la causa", ha dicho el portavoz de la UE, que ha justificado de esta forma que la Comisión se reafirme en pedir "a las autoridades españolas que lo verifiquen".
La empresa malagueña de productos ecológicos Frunet Bio, señalada como la causante de este brote letal de E.coli, defiende que sus pepinos no están contaminados por la bacteria, y que así lo acreditan tres análisis microbiológicos de su mercancía, uno de ellos suscrito por la delegación de Salud de la Junta de Andalucía.
"No hay ningún organismo público, ni alemán ni español, que nos haya comunicado oficialmente que nuestros productos están contaminados", asegura Javier López, miembro del departamento comercial. A pesar de ello, en los dos últimos días les han cancelado todos los pedidos de Alemania, y también han recibido anulaciones de Suecia y Dinamarca.
Una partida de 900 kilos de pepinos de la que sospecha Alemania salió de los almacenes de Frunet Bio el pasado 12 de mayo. Según la empresa, cuatro días después, el comprador les avisó de que los pepinos ecológicos se le habían caído al suelo en el mercado de Hamburgo y que intentarían salvar lo que pudieran "bajo su responsabilidad".
"Lo tenemos todo acreditado por escrito. Cuando esto ocurre no se puede garantizar la buena custodia del producto alimentario", explica el portavoz de Frunet Bio.
Según la empresa, el mismo comprador, con el que llevan trabajando varios años, les avisó el día 25 de mayo de que se había pasado un inspector de Salud por el mercado y que había tomado muestras de sus productos. "Nos dio los datos del inspector y le escribimos para preguntarle por los resultados y nos dijo que todo estaba bien", detalla el representante de la empresa. "Esos resultados han cambiado en apenas 24 horas sin que nos hayan dado ningún tipo de explicación", incide.
La empresa, creada en 1996, está especializada en la exportación de tomates, pepinos y calabacines de cultivo ecológico y tiene entre sus principales países compradores a Alemania, Reino Unido, Francia y Escandinavia. Tiene una facturación media de 15 millones y da trabajo a 120 personas, según su página web.
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