EL CAIRO.- "Las mezquitas y las iglesias, la media luna y la cruz, te dicen: vete presidente", grita Ihab Jarratt por la megafonía, al concluir este domingo una ceremonia en la que los cristianos hicieron oír su voz por primera vez en la plaza Tahrir, el fortín de los manifestantes egipcios.
"Este es un mensaje para el mundo: estamos todos juntos contra X (Mubarak)", se congratula Ramy Laká, un empresario copto del partido opositor y liberal El Wafd y que en 2000 se convirtió en el primer cristiano elegido en el parlamento egipcio antes de tener que exiliarse un año después hasta su regreso en 2010.
A su lado, Isam el Neizami, un médico musulmán, también se felicita de la ceremonia conjunta que lograron organizar los manifestantes en la céntrica plaza de El Cairo que ocupan desde el 25 de enero, cuando se iniciaron las protestas para pedir la renuncia del mandatario. "No nos conocíamos, pero la revolución nos hizo amigos", explica, abrazado a Laká. "Esta es una rebelión sin partidos, sin religiones. Aquí están representadas todas las categorías sociales del país. Estamos todos bajo la bandera de Egipto", añade el médico
A unos metros, el copto Abdel Masía posa precisamente para los fotógrafos con una cruz de madera junto a un musulmán que exhibe un pequeño ejemplar del corán, por delante de una bandera egipcia.
La cruz de Abdel Masía es prácticamente el único símbolo cristiano visible en la plaza, a la que no acudieron oficialmente sacerdotes coptos para intervenir en la ceremonia de este domingo. Su patriarca, Shenuda III, pidió a sus feligreses que no participan en las protestas.
Los que sí son visibles en Tahrir son los evangelistas, que interpretan dos canciones cristianas, unos momentos después de la oración diaria del mediodía de los musulmanes, ampliamente mayoritarios en la plaza, donde había numerosas mujeres con velo.
"Estamos aquí como miembros de la iglesia cristiana y no específicamente como evangelistas", afirma Nada. "Es habitual que las dos comunidades vivamos juntas en Egipto, pero es la primera vez en mi vida que se cantan textos cristianos en Tahrir", añade su amigo Amgad.
El guitarista del grupo, Peter Magdy, quiere transmitir ese mensaje de unidad a los presentes. "Que Dios proteja a nuestro país. Estamos unidos con el pueblo egipcio y queremos que la paz se difunda", afirma.
Cuando el grupo empieza a cantar, la gente agita numerosas banderas egipcias, hace la V de la victoria y se agarra de las manos para moverse al ritmo de la música, recordando el ambiente de un concierto hippy.
Luego, Ihab Jarratt, hijo del escritor egipcio Edward Jarratt, toma el micrófono para leer unos salmos, que concluyen con un "amén" que repite la gente. "No tengan miedo. Queremos vivir, queremos libertad, queremos justicia social", dice Jarratt, que acude a las manifestaciones del 25 de enero. Uno de sus hijos resultó herido por una piedra en los enfrentamiento del miércoles contra los partidarios de Mubarak y otro fue detenido durante varias horas.
Según una evaluación de la ONU, más de 300 personas han muerto desde el inicio de las protestas.
Ante el temor de que los Hermanos Musulmanes, cuya presencia en Tahrir es notable, se aprovechen de la rebelión para hacerse con el poder, Jarratt responde con un mensaje de tolerancia. "Estoy en contra de los Hermanos Musulmanes, pero pido por ellos el derecho a la palabra", declara.
Cuando Jarratt devuelve el micrófono, el ambiente recupera su ambiente tradicional. Los manifestantes cantan el himno egipcio y luego vuelven a corear su lema preferido, "Vete ya".
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