Góngora consideró un "auténtico palo" al sector agrario de la provincia tanto las condiciones estipuladas en el convenio alcanzado el pasado día 25 en Rabat (Marruecos) como "el secretismo bárbaro y la negación" que ha presidido la actuación del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), al que "hemos pedido por activa y por pasiva, información".
Según el representante de COAG, el "nuevo acuerdo casi da igual, ya que Marruecos ha metido en la UE 350.000 toneladas a un precio de entrada de entre 30 y 35 céntimos de euros, muy por debajo de los 46 céntimo fijados de mínimo".
En este sentido, Góngora señaló que desde COAG "nos vamos a agarrar como a un clavo ardiendo" a las declaraciones de la consejera de Agricultura de la Junta, Clara Aguilera, quien informó la pasada semana de la paralización de la firma de convenio "alegando que Marruecos había estado incumplimiento el acuerdo actual", lo que significa, tal y como resaltó, "que es la primera vez que desde el Gobierno se reconoce que entra más tomate del permitido y a un coste inferior al establecido".
Más allá "de los pataleos que desde las organizaciones agrarias hemos hecho ante Bruselas", Góngora reclamó al Ejecutivo central y, en concreto, a la ministra Elena Espinosa que reclame a la UE la puesta en marcha de los certificados de exportación y aseguró que el "nudo gordiano del problema es que el Gobierno tenga las cosas claras en defensa del sector".
En esta línea, tras avanzar que se preparan nuevas movilizaciones de los productores hortofrutícolas, calificó de "clave" el "arrancar este compromiso" al MARM, para lo que aseguró existe margen de tiempo aunque no tenga lugar durante la presidencia española durante el primer semestre de 2010 ya que el nuevo Acuerdo de Asociación UE-Marruecos "según los plazos de aprobación del firmado con Egipto hace un año, no entraría en vigor ni en esta ni en la próxima campaña agrícola".
El secretario provincial de COAG se mostró más crítico con la actitud mostrada por el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, para quien deseo una posición "más contundente y en sintonía" con Aguilera. "El acuerdo no sirve para desarrollar el tejido social y económico de Marruecos o proteger su medio ambiente --ahondó-- ya que sólo beneficia a los agroexportadores europeos".
"Una prueba es que no ha conseguido frenar que la gente se juegue la vida en la inmigración clandestina", concluyó.
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