MELILLA.- El presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, a
raíz de los múltiples cortes de agua que se está registrando este año en
la ciudad por los fallos en la planta desaladora, ha admitido que la
actual situación es de "emergencia" y anuncia que se construirá una
nueva planta desaladora, solicita a la Confederación Hidrográfica del
Guadalquivir (CHG) la cesión del Pantano de las Adelfas y estudiar
soluciones alternativas como la planta de Ataque Seco o una nueva línea
eléctrica.
Tras visitar la planta Instalación Desaladora de
Agua de Mar (IDAM), a raíz de la resolución con éxito la grave avería
eléctrica que afectaba a esta planta desde el lunes, Juan José Imbroda
ha manifestado que su Gobierno "está abordando este asunto como una
emergencia", anunciando nuevos pasos para buscar soluciones eficaces que
refuercen el suministro hídrico.
Entre las principales
actuaciones, ha destacado el avance en la propuesta de construir una
nueva planta desaladora y la cesión del Pantano de las Adelfas por parte
de CHG, un proceso que, según ha señalado, "parece que comienza a
desbloquearse", aunque todavía no se ha formalizado.
Además,
ha dicho que se está a la espera de los resultados de una auditoría
técnica encargada a una empresa especializada con el fin de diagnosticar
los fallos estructurales de la planta actual y definir actuaciones
correctivas.
Como novedad, el presidente de
Melilla ha anunciado que se evaluará la viabilidad de reactivar la
planta de Ataque Seco, conocida como "la bola del mundo", con el
objetivo de reforzar la red de abastecimiento. "
Otra medida
en estudio es la creación de una nueva línea eléctrica propia que
garantice una tensión estable y minimice los fallos. Imbroda ha
criticado que la línea que debía ejecutar la CHG "lleva años de retraso"
y aún no tiene fecha de inicio, por lo que la Consejería de Medio
Ambiente ha tomado la iniciativa de buscar alternativas autónomas para
evitar sobresaltos.
Imbroda ha sido tajante al calificar como
"fiasco" la entrega de la planta desaladora por parte de la CHG,
especialmente por la inactividad del cuarto módulo, que sigue sin
funcionar.
"Se lo dijimos en su momento y no nos hicieron caso. Ahora
estamos actuando nosotros y asumiremos las obras necesarias, pero luego
exigiremos al Estado que asuma los costes", ha subrayado.
El presidente ha querido respaldar la labor de los técnicos y del
personal de la planta, agradeciendo su trabajo y confiando en que, en un
futuro próximo, los problemas de agua "sean solo un mal sueño".
Asimismo, ha defendido las decisiones adoptadas por su Ejecutivo como
las "correctas", por estar fundamentadas en criterios técnicos, y ha
rechazado las críticas basadas en "demagogia y populismo barato que no
conducen a nada".
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