sábado, 14 de diciembre de 2019

Así es la cámara acorazada que se construyó en el Palacio de San Telmo

SEVILLA.- La administración pública tiene la obligación de custodiar los documentos oficiales originales a pesar de que estamos en la era digital. Los funcionarios públicos son los responsables de su custodia porque legalmente tienen potestades para ello y, dependiendo de su rango, se les encomiendan unas tareas u otras. Entra dentro de la lógica que todas las administraciones, como sucede con muchas empresas, tengan archivos de seguridad, cajas fuertes o incluso cámaras acorazadas, elementos que protegen a la documentación de manos ajenas pero también del agua y del fuego. 

Lo que no parece tan claro es que cuando se produce un cambio de Gobierno no se entreguen las llaves o, en su caso, los códigos de seguridad a quien hace el relevo. El traspaso de poderes del PSOE al Gobierno del PP y Ciudadanos en la Junta no ha sido, desde luego, ejemplar.
El nuevo consejero de la Presidencia recibió un pen drive con información sobre el personal y las cuentas de la Junta pero poco más. Desde luego, niegan que se les haya trasladado ninguna información sobre los archivos de seguridad y mucho menos sus claves. 
Es más. La mayoría de los viceconsejeros están buscando si hay cajas fuertes en sus departamentos o empresas públicas. El de Hacienda, Juan Bravo, sabe que hay una caja fuerte (lo informaron el miércoles) pero todavía no ha encontrado las llaves.
Igual ha sucedido con la revelación de Abc de que existe una cámara acorazada en el Palacio de San Telmo. En el Gobierno andaluz trataban de ser cautelosos y preferían no comentar el asunto. «No me consta», le dijo en voz baja el consejo de la Presidencia Elías Bendodo a dos periodistas de radio que se acercaron a preguntarle micrófono en mano. 
El PSOE también lo negaba hasta que la web de Abc publicó las fotografías de la citada cámara acorazada, unas fotografías no facilitadas por el conducto oficial del Gobierno andaluz.
El exvicepresidente de la Junta, el socialista Manuel Jiménez Barrios, desmentía «tajantemente» su existencia. Aunque, en realidad, sus palabras decían lo contrario: «Hay una habitación de seguridad donde se guardan las actas originales de los Consejos de Gobierno, custodiados por la misma jefatura de servicio que antes». 
«No es más que la habitación de seguridad donde se guardan las actas originales de los Consejos de Gobierno de toda la autonomía andaluza, como hacen en todos los gobiernos, para proteger dicha documentación de gran valor histórico de posibles daños», insistía.
La número dos del PP andaluz, Loles López, echaba más leña al fuego asegurando que veía al PSOE andaluz «desnortado» ante el caso de los ERE y las «cajas fuertes», y le aconsejó una «regeneración» que empiece por la secretaria general y expresidenta, Susana Díaz.
No quedó ahí la cosa porque el PSOE siguió adelante y envió a los medios una nota de prensa firmada por su número dos, Juan Cornejo, en la que rechazaba «lecciones» de la secretaria general de los populares andaluces, Loles López, a la que recomendó que «comience por regenerar la corrupción en su propio partido y en su propia casa, ya que el PP carece de credibilidad para dar consejos éticos a nadie al haber sido condenado por financiación ilegal».

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