domingo, 3 de julio de 2011

Los seis poderes de Mohamed VI / Luis de Vega

Un paseo esta semana por los quioscos de Marruecos bastaba para comprobar, sin ni siquiera saber idiomas, en torno a quién gira todo en este país. A las portadas de las publicaciones se asomaba casi sin excepción siempre el mismo personaje. En traje o en chilaba; a veces distante y serio, otras con gesto amable y cercano; solo o en familia... Es Mohamed VI, de 47 años, heredero del trono alauí y protagonista de la transición a la democracia desde que en 1999 falleció su padre, Hasán II.

Marruecos aprobó el viernes en referéndum su nueva Constitución con más del 98 por ciento del «sí» de los votantes al texto, encargado por el monarca. «Más rey que nunca», tituló el semanario de Casablanca «Tel Quel» en cuanto se conoció el contenido de la nueva ley fundamental de los marroquíes, que da nuevas competencias al Ejecutivo y al Parlamento sin que eso afecte a la decisión última del jefe del Estado en los asuntos esenciales.

El soberano alauí encarna sin embargo un modelo que, aunque mejorable en muchos aspectos según diplomáticos instalados en Rabat, es considerado un símbolo de estabilidad, modernidad y aperturismo si se compara con otras monarquías y regímenes árabes o musulmanes.

La nueva Constitución ha pasado de 108 a 180 artículos. Se habla de la separación de poderes y de que el Rey ya no es una figura «sagrada», pero la realidad es que Mohamed VI mantiene firme su control sobre el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Es, además, la primera autoridad religiosa del país, el jefe del Ejército y la primera fortuna.

Ejecutivo

1El Rey deberá nombrar al jefe del Ejecutivo, que desde ahora no se llama primer ministro, sino jefe del Gobierno, entre los miembros del partido más votado en las elecciones legislativas. Mantiene, sin embargo, bajo su control las decisiones sobre la formación del Gobierno así como la nominación y cese de los miembros del mismo. Hasta ahora podía nombrar para la jefatura, como así lo ha hecho, incluso a personas sin adscripción política y que no se hubieran presentado a los comicios. Ese jefe del Gobierno, también como novedad, podrá presidir bajo delegación real y con una agenda concreta, el Consejo de Ministros. 

También propone a los ministros, que finalmente nombra Mohamed VI, y nombra ciertos puestos secundarios de la Administración. En cualquier caso, Mohamed VI mantiene la presidencia del Consejo de Ministros, donde se deliberan las líneas básicas de la política estatal, la revisión de la constitución, las leyes orgánicas, la ley de finanzas o las amnistías. Es allí donde se nombran bajo supervisión del Rey a los embajadores, el gobernador del banco nacional, los presidentes de las empresas públicas y los responsables de la seguridad.

Legislativo

2El Rey promulga las leyes y puede disolver las dos cámaras del Parlamento. Más allá de estas prerrogativas, los diputados y senadores tendrán más acceso a la proposición de leyes como también la tendrán los ciudadanos. La nueva Constitución pena, además, el transfugismo después de que un amigo del Rey arrastrara a su partido, el PAM, a parlamentarios de todos los colores.

Judicial

3Mohamed VI, que figura como garante de la independencia de este poder, tiene derecho a nombrar a diez de los veinte integrantes del recién creado Consejo Superior del Poder Judicial, que él mismo preside, según la recién aprobada Constitución. El Monarca aprueba, además, por «dahir» (decreto irrecurrible) la nominación de magistrados por parte de este consejo. También ejerce el derecho de gracia.

Religioso

4Al igual que en la Carta Magna anterior, el Rey es la máxima autoridad religiosa. Mantiene el cargo de Amir Al Mouminine (Comendador de los Creyentes), es decir, una especie de divinidad en la tierra que cuida del respeto al islam. Además, preside y controla el Consejo Superior de Ulemas, única instancia que puede nombrar «fatuas» (edictos) oficiales. El soberano aparece también como garante del libre culto. Aunque Marruecos sigue siendo un estado confesional musulmán es cierto que judíos y cristianos pueden vivir tranquilamente su religion mientras no atraviesen la línea del islam más que en la dirección de ida. Es decir pueden abrazar el Corán pero no llamar a la conversión de los musulmanes. «Al igual que la sacralidad, el absolutismo ha salido por la puerta y ha regresado por la ventana. Los poderes políticos religiosos del rey siguen siendo ilimitados», considera en un artículo publicado esta semana en «Le Monde» Ahmed Benchemsi, fundador y ex director del semanario «Tel Quel» que ha optado por salir de Marruecos una temporada e instalarse en Estados Unidos.

Militar

5En la Constitución aparece un Consejo Superior de Seguridad de nueva creación que reúne a las principales autoridades del sector y que preside el Rey. Su misión es la de dictar las líneas esenciales de la seguridad interior y exterior del reino. La lucha contra el terrorismo y el Sahara Occidental, donde se encuentra desplegado el grueso del Ejército, serán dos de sus tareas fundamentales. Mohamed VI es, además, Jefe Supremo de las Fuerzas Aramadas. «¿Se imagina usted al Rey Don Juan Carlos, que también figura como jefe del Ejército, ordenando la retirada de sus tropas de Irak sin contar con el Gobierno?», se pregunta un opositor.

Económico

6Mohamed VI es el primer empresario y la primera fortuna de Marruecos. Dispone, sin contar sus palacios y bienes inmuebles dentro y fuera del país, de 2.500 millones de dólares, según datos de 2011 de la revista estadounidense «Forbes», que la sitúa la octava de las diez monarquías más ricas del mundo. Es, además, el primer terrateniente del reino gracias a las decenas de miles de hectáreas que también heredó de su padre.

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