jueves, 4 de septiembre de 2025

Experto subraya que "el marketing oleícola no es venta", sino "comprender para poder vender el aceite de oliva"

 BAEZA.- El catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Jaén, Manuel Parras, ha destacado que "el marketing oleícola no es venta, es comprender para poder vender el aceite de oliva".

"El aceite de oliva no se vende solo: hay que aprender a contarlo", ha afirmado en referencia a la necesidad de situar el marketing en el centro de la estrategia del sector oleícola.

Así lo ha indicado en Baeza, donde ha participado como ponente en el encuentro 'AOVE. Salud, marketing y maridaje', enmarcado en los Cursos de Verano de la Sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA).

Parras ha analizado la evolución de la demanda mundial en los últimos años, el papel de los productores en los mercados nacionales e internacionales y las claves para incrementar la presencia de las marcas de aceite de oliva envasado, según ha informado este jueves la UNIA.

"El marketing no es venta; es comprender para poder vender", ha subrayado el experto, quien ha reivindicado la inversión en intangibles como el conocimiento del cliente y la planificación estratégica, frente a la excesiva dependencia de la inversión en infraestructuras físicas.

A su juicio, el gran reto del sector es conocer mejor al consumidor, ya que "no todo lo que se produce se vende; sólo debe producirse aquello que realmente tiene un mercado". 

Para lograrlo, ha insistido en la importancia de garantizar la máxima calidad y de apostar por atributos diferenciales del aceite de oliva virgen extra, desde el "virgen extra ético" hasta la sostenibilidad ambiental --huella de carbono e hídrica-- y los elementos extrínsecos como la marca, el precio o las certificaciones.

El profesor ha alertado, además, de una paradoja preocupante: España es el primer productor mundial de aceite de oliva, pero está perdiendo consumo interno, especialmente, entre los jóvenes.

"Los 'millennials' no consumen aceite de oliva como generaciones anteriores y tampoco los restaurantes lo utilizan con la frecuencia que deberían, pese a que cada vez comemos más fuera de casa", ha comentado sobre una de las posibles causas que motivan tal disminución.

En este sentido, ha reclamado un papel más activo de las administraciones públicas para fomentar el uso del virgen extra en espacios como hospitales, colegios o comedores colectivos. 

"No tiene sentido que en servicios públicos esenciales, siendo el aceite de oliva el producto más saludable, se cocine con otras grasas de peor calidad", ha recalcado.

Parras también ha aludido a la industria alimentaria --conservas, fritos, platos preparados-- como un nicho de mercado con gran potencial para diferenciarse si apuesta por el aceite de oliva en sus procesos productivos.

Por otra parte, se ha detenido en la educación del consumidor, punto en el que ha precisado que "muchos españoles no saben distinguir entre los diferentes tipos de aceites de oliva". 

Por ello, hay que diseñar mensajes claros y accesibles que permitan reconocer la calidad de manera sencilla, así como intensificar la promoción en colegios y en colectivos con capacidad de influencia.

Su sesión de en la UNIA ha puesto de relieve cómo el marketing, lejos de ser una herramienta secundaria, puede convertirse en el motor que impulse la demanda mundial de aceite de oliva. 

"Formar, comunicar y diferenciar son las tres palancas esenciales para que el virgen extra siga siendo referente de salud, sostenibilidad y cultura", ha concluido el catedrático de la UJA.

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