MELILLA.- El presidente de Melilla, Juan José Imbroda (PP), ha reclamado este
martes que la Ciudad Autónoma gestione la Sanidad en la ciudad después
de que su único hospital se haya quedado con un solo oncólogo para más
de 85.000 habitantes. Además, tras el repentino fallecimiento este
domingo de un otorrino del mismo centro sanitario, el hospital también
se queda con un solo especialista de nariz, oído y garganta.
Imbroda ha destacado que si el Gobierno de la Nación hubiera otorgado la
encomienda de gestión de Ingesa a la Ciudad Autónoma, "la situación
podría haber sido diferente".
El popular ha argumentado que "si no hay
especialistas, todos miran a la Delegación; la Delegación da dos
capotazos y miran para Madrid. Y Madrid e Ingesa están muy lejos, están a
700 kilómetros", lo que "genera una desconexión con las necesidades
locales", algo que en su opinión "no se produciría si la Ciudad Autónoma
tuviera su cogestión".
A pregunta de los periodistas, Imbroda
ha lamentado que Melilla se haya quedado desde el pasado 3 de marzo con
un solo oncólogo, cuando se jubiló uno de los dos especialistas que
desarrollaban su labor en este centro, el doctor Rubens Riotorto, tras
la decisión de Ingesa de rechazar su ofrecimiento de continuidad tras
cumplir los 70 años.
Al respecto, el presidente ha cuestionado
las recientes manifestaciones de la delegada del Gobierno, Sabrina Moh,
quien había señalado la llegada de 16 médicos.
"Nos han dicho que han
metido 16, que han entrado 16, eso decían, pero ¿dónde están esos
médicos?", ha espetado Imbroda, quien, además, ha expresado su duda
sobre cuántos de esos médicos son especialistas y cuántos han llegado
realmente a la ciudad.
Por último, la máxima autoridad en la
Ciudad Autónoma ha querido dar el pésame a la mujer y a la familia del
doctor Carlos Pantoja, tanto en su nombre como en el de su Gobierno,
tras su repentino fallecimiento el pasado domingo a los 48 años de edad
mientras practicaba deporte en un gimnasio de la ciudad.
Imbroda ha
calificado al doctor natural de México, que ejercía en Melilla desde
hace 15 años, de "magnífico otorrino y grandísima persona", resaltando
que se trataba de "un gran médico, un grandísimo profesional, un hombre
con una enorme humanidad".
Este martes ha sido su funeral y a
mediodía se ha desarrollado un minuto de silencio en las puertas del
Hospital Comarcal y de los cuatro centros de salud melillenses.
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