ALMERÍA.- La Consejería de Medio Ambiente ha finalizado el censo de los peces presentes en el arrecife artificial instalado entre 1993 y 1994 en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, de forma que durante 2010 se ha detectado la presencia de diez especies más respecto al anterior de 2005, lo que supone un incremento de un 18 por ciento.
Con éstas, son 66 las especies de ictiofauna observadas desde el primer seguimiento exhaustivo, que data de 1995. Además de estos censos, todos los años se realiza el seguimiento de las estructuras colocadas para conocer el estado de las instalaciones, detectar redes enganchadas y obtener datos actualizados de la presencia de especies colonizadoras de los módulos, según indica la Junta en una nota.
El arrecife artificial cuenta con elementos antiarrastre y cuatro núcleos de concentración, que forma un conjunto que proporciona, por una parte, una vigilancia pasiva de la zona protegida que evita la pesca ilegal en esos fondos, y por otra, una protección adicional a numerosas especies marinas que encuentran cobijo en estas estructuras, que constituyen un roquedo naturalizado sobre un fondo blando original.
Durante 2010 se han llevado a cabo dos campañas para el censo, una en primavera-verano y otra en otoño-invierno. Se ha observado que los bloques que conforman los cuatro núcleos de concentración del arrecife se mantienen en el mismo lugar que en 2005, con lo que no se ha apreciado un desplazamiento de los mismos por artes de pesca, como sí se detectó en el censo anterior. Tampoco se han enterrado en el fondo sedimentario de la zona, lo que indica que siguen actuando a pleno rendimiento.
Las diez especies observadas por primera vez en el censo de 2010 son: el burro listado, el espetón, la babosa, la sama de pluma, la urta, el águila marina, la corvina, el pez de tres colas, el pez obispo y el listado. La ictiofauna encuentra en estos núcleos del arrecife un punto de sustrato rocoso para asentarse, alimentarse o buscar refugio. Desde el inicio del seguimiento en 1994, se ha detectado una sustitución progresiva de especies propias de fondos blandos como el pez araña por otras típicas de sustratos duros como la doncella. Los núcleos además sirven de elemento de referencia en los fondos blandos de la zona para distintas especies formadoras de cardúmenes, como la boga y la salpa.
Respecto a los grandes bancos de peces que se sitúan sobre los núcleos, hay que señalar que han sido objeto de un significativo cambio. En 1994-1995 la especie dominante, con bancos de miles de individuos era el besugo, pero en 2005 su presencia fue testimonial y no se ha observado en 2010. Por el contrario, la mojarra ha estado presente en todos los censos realizados, de manera que ha aumentado su presencia progresivamente hasta un máximo en 2010. Otra especie habitual en el arrecife, en este caso presente en todos los censos, es el serrano.
La explicación de muchos de estos cambios se encuentra en el asentamiento en la zona de grandes depredadores más o menos sedentarios, en concreto el falso abadejo y el mero, cuyo número ha ido incrementando en los últimos años. Estas especies no entraron al arrecife en 1994-1995, o se detectaron sólo individuos aislados y pequeños, pero a partir de 2005 se han instalado de forma continua y estable en los núcleos de concentración y actualmente alcanzan un gran tamaño. En este sentido, el arrecife facilita el reclutamiento y ofrece un nuevo espacio disponible para especies de fondos rocosos como los grandes meros y otros serránidos.
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