jueves, 24 de febrero de 2011

Los rebeldes logran controlar las principales terminales petrolíferas al este de Trípoli


BENGAZHI.- Las principales terminales petrolíferas situadas al este de Trípoli están en manos de rebeldes, según han informado este jueves residentes en la ciudad de Benghazi que están en contacto con personas que habitan en esas zonas.

   Los residentes han explicado que las terminales petrolíferas de Ras Lanuf y Marsa El Brega están siendo protegidas. Soliman Karim, un residente que ayuda en la administración de la ciudad de Benghazi, ha indicado que las exportaciones, una fuente vital de beneficios para este país miembro de la OPEP, están continuando.
   Otro residente ha sugerido que la circulación de petróleo podría haber quedado afectada, extremo que no ha podido ser confirmado por las empresas que operan las terminales.
   El control que mantiene el dirigente libio Muamar Gadafi sobre su país parece ir en retroceso, después de que este jueves se haya sabido que la zona que está fuera de su control se ha ampliado desde el este e incluye algunas localidades próximas a la capital.
   Así las cosas, hay cuatro lugares estratégicos que probablemente tendrán la clave para determinar si el régimen de Gadafi sobrevive o cae: la capital, Trípoli; su localidad natal en el desierto, Sirte, en el este; y las terminales petroleras en el golfo de Sirte de Ras Lanuf y Marsa el Brega.
   El alzamiento contra Gadafi en la región Cirenaica en torno a Benghazi, la segunda ciudad del país, la semana pasada ha arrebatado el poder al régimen en esta parte del país y podría llevar a una guerra civil a menos que el dirigente sea derrocado.
   "Sabemos que Benghazi (...) básicamente ha declarado su independencia de Trípoli", señala Peter Zeihan, analista del 'think-tank' estadounidense Stratfor.
   "Si Benghazi puede ampliar (su control) hasta el golfo de Sirte (...) tienen muy buenas opciones para la independencia como mínimo o incluso derrocar (a Gadafi) como máximo, pero si no pueden lograrlo, Gadafi con el tiempo será capaz de presionarles", advierte.
   Testigos en Trípoli señalan que no hay signos de que las fuerzas de Gadafi hayan perdido el control de la capital: policías uniformados están dirigiendo el tráfico como siempre, la televisión estatal sigue emitiendo y partidarios del dirigente han celebrado una concentración en la ciudad.
   Sin embargo, hay relatos de policías y soldados que desaparecen y de milicias armadas antigubernamentales patrullando las calles en localidades a una hora de coche de la capital. Trabajadores egipcios que estaban en la localidad de Zuara, 120 kilómetros al oeste de Tripoli, han relatado que milicias antigubernamentales tienen el control.
   "Las comisarías de Policía han sido quemadas y no vimos a ningún agente o soldados en los últimos días", relata Ahmed Osman tras abandonar la localidad y cruzar la frontera con Túnez.
   En Misrata, 200 kilómetros al este de Trípoli, un residente explicó que la localidad está bajo control opositor pero una unidad de una fuerza paramilitar controlada por uno de los hijos de Gadafi ha atacado a los manifestantes antigubernamentales cerca del aeropuerto de la ciudad.
   "Tras la revolución que ha tenido lugar en toda Libia, los residentes tomaron el control de la ciudad", ha explicado el portal de Internet Misurata.com.ly. Las fotografías difundidas por este medio muestran los edificios oficiales con la bandera de la era anterior a Gadafi. Los combates en esta localidad han comenzado este jueves entre partidarios y detractores de Gadafi cerca del aeropuerto de Misrata. El puerto de esta ciudad, según fuentes de navegación, ha detenido todas sus operaciones.
   En la región Cirenaica, reporteros ingleses que han llegado desde Egipto han asegurado que no hay signos de control del régimen desde la frontera con ese país hasta la ciudad de Benghazi, situada a unos 60 kilómetros de distancia. Las milicias locales están patrullando en las calles y los informes sugieren que el área que controlan los rebeldes se extiende hasta el oeste hasta alcanzar la ciudad de Ajbadiya, a unos 160 kilómetros de la costa mediterránea.
   El periódico 'Quryna', con sede en Benghazi, ha informado esta semana, basándose en el testimonio de testigos, de que "civiles armados" están controlando las carreteras de entrada y de salida de Ajdabiya.
   Los yacimientos petrolíferos de Libia se encuentran separados a miles de kilómetros de distancia del desierto pero la mayor parte de la producción de 1,6 millones de barriles de crudo se concentra en los puertos de Ras Lanuf y Marsa el Brega.
   En Marsa el Brega, que acoge una terminal y una refinería, no hay información fiable sobre la situación de seguridad pero la empresa productora de fertilizantes noruega Yara ha decidido cerrar su planta petroquímica por precaución. El pasado lunes, el diario 'Quryna' informó de que los manifestantes irrumpieron en Ras Lanuf, que alberga una terminal petrolífera y una planta petroquímica, y los trabajadores de estas empresas intentaron proteger sus instalaciones.
   Sirte, que tiene una especial importancia psicológica por ser la localidad natal de Gadafi, continúa bajo control de las autoridades, según los últimos informes, que aseguran que la Policía y los militares mantienen puestos de control para garantizar la seguridad.
   El líder libio transformó esta ciudad en un centro de cumbres internacionales y levantó el gigantesco centro de convenciones Ouagadougou para celebrar los cónclaves, además de construir un puerto deportivo para alojar impresionantes y potentes yates. Esta localidad acoge a varias empresas de construcción turcas que están levantando hoteles de lujos junto al puerto deportivo.
   En la ciudad costera de Sabratha, según el periódico 'Quryna', el Ejército mantiene desplegado desde el martes un "gran número" de soldados para acallar las protestas pero, desde ese día, no se ha informado sobre la situación de seguridad.  
   Esta antigua ciudad romana cuenta con ruinas como un anfiteatro y un teatro reconstruido en el que el dictador Benito Mussolini veía representaciones durante la época colonial en la que Libia dependía de Italia.
   Zawiya, que está situada al este de Sabratha y que acoge una refinería de petróleo, está registrando este jueves una fuerte presencia militar en el centro de la ciudad, según ha relatado un ingeniero eléctrico tunecino a Reuters.
   En el sur del país, en el que la mayor parte del territorio es desértico y en el que residen tribus tradicionales que tendrán un papel crucial en la resolución de la crisis, ha habido informaciones vía Facebook sobre en Garyan, a unos 100 kilómetros al sur de Trípoli, pero aún no han sido verificadas.
   Por el momento, no ha habido información sobre la situación actual de la ciudad de Ghadames, próxima a la frontera con Argelia y sede de uno de los mayores yacimientos petrolíferos. La localidad de Sabha, más en el sur, se mantendría leal a Gadafi por el momento. Esta ciudad es la cuna de la tribu del mandatario libio, los Gadhdhfa, el segundo mayor grupo tribal de Libia.

Mercenarios
La Embajada de Chad en Trípoli ha reclutado a más de un millar de mercenarios para ayudar al líder libio, Muamar Gadafi, a reprimir las manifestaciones antigubernamentales, según ha indicado el portal informativo chadiano Tchadactuel.
   "Según informaciones fiables, la Embajada de Chad en Trípoli ha reclutado a más de un millar de ciudadanos chadianos", principalmente de las etnias zaghawa, árabes y gorane, para enfrentarse a los manifestantes, indicó el portal, que citó fuentes "bien informadas".
   Los mercenarios, a bordo de automóviles Toyota nuevos y armados con fusiles de asalto Kalashnikov, "dispararon sin previo aviso con fuego real contra los manifestantes", añadió Tchadactuel, un portal habitualmente bien informado gracias a sus fuentes próximas al palacio presidencial en Yamena.
   El mismo portal precisó que el propio presidente de Chad, Idriss Deby, habría ordenado el despliegue. Los habitantes de Benghazi (este de Libia), citados tanto por las cuentas de Twitter de la oposición como por los medios de comunicación internacionales, habían denunciado estos últimos días la presencia de mercenarios chadianos.
   Por otra parte, según la misma fuente, Libia había pedido también ayuda al Gobierno de Sudán, pero Jartum se negó a suministrársela. No obstante, el Gobierno de Chad ha facilitado el paso por su territorio tanto de combatientes sudaneses como de milicianos del principal grupo armado de Darfur (oeste de Sudán), el Movimiento para la Justicia y la Igualdad (JEM), que se habían ofrecido para ayudar a Gadafi.
   Según el diario francés 'Le Figaro', el régimen libio ya había utilizado en el pasado a pilotos procedentes del este de Europa en sus fuerzas aéreas, pero ésta es la primera vez que acude de forma masiva a mercenarios extranjeros para sus tropas de tierra.
   El rotativo francés considera que el uso de mercenarios responde no solo a la necesidad de reprimir las actuales movilizaciones populares, sino también al creciente clima de desconfianza que, desde hace años, reina entre el Ejército y Gadafi.
   Desde que se hizo con el poder por la fuerza en 1969, Gadafi ha sufrido, de media, un intento de golpe de Estado cada año, según algunos expertos, lo que se ha traducido en detenciones y ejecuciones públicas de militares. En estas circunstancias, el líder libio ha acelerado en los últimos años las depuraciones en el seno de las fuerzas armadas regulares.
   En la actualidad, según el análisis de 'Le Figaro', el Ejército libio está formado principalmente por reclutas, está mal equipado y entrenado y vive bajo la estrecha vigilancia de los comités revolucionarios, una especie de cuerpo de comisarios políticos encargado de acabar con toda forma de disidencia.
   Los equipos modernos están reservados a las fuerzas especiales dirigidas por la familia y los amigos de Gadafi y toda la represión recae casi exclusivamente en estas unidades, en las milicias de los comités revolucionarios y, en estos momentos, en los mercenarios extranjeros.

Armas químicas
El recién dimitido ministro de Justicia libio, Mustafá Abdul Jalil, advirtió este jueves de que el líder de su país, Muamar Gadafi, dispone de armas químicas y biológicas y no dudará en utilizarlas en caso de necesidad.
   En declaraciones a Al Yazira, el ex ministro instó a la comunidad internacional y, más concretamente, a la ONU a "impedir que Gadafi siga adelante con sus planes en Trípoli".
   "En caso de sentirse realmente presionado, es capaz de todo", declaró Abdul Jalil, quien hizo estas declaraciones durante un encuentro con dirigentes tribales y representantes de la ciudad de Baida, en el este. "Me temo que Gadafi lo quemará todo detrás de él", agregó.
   Abdul Jalil dimitió el pasado lunes del cargo de "secretario de Justicia del Comité General del Pueblo" (ministro de Justicia) en protesta por "el uso excesivo de la violencia contra ciudadanos desarmados por parte de las fuerzas de seguridad", según anunció él mismo al diario local 'Quryna'.

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