SEVILLA.- El Real Alcázar de Sevilla ha incrementado en 15.000 euros la dotación
de su Plan de Prevención contra Incendios para "garantizar la seguridad
integral" del monumento y aplicar nuevas medidas preventivas. Este
enclave histórico, además, se beneficia de un "microclima" gracias a sus
zonas verdes que ayudan a mitigar las altas temperaturas en verano y
reduce el riesgo de incendios.
La directora-gerente del Real
Alcázar, Ana Jáuregui, ha señalado que, en marzo de 2025, el Ayuntamiento publicó un nuevo pliego
para el servicio de Prevención, Plan de Autoprotección y Plan de
Emergencia, que ha sido adjudicado a la empresa Quirón Prevención.
Asimismo, ha subrayado que "seguimos trabajando de forma continua en
mejoras para este Plan".
Asimismo, Jáuregui ha destacado
algunas de las actuaciones impulsadas desde su llegada para afrontar el
verano y reforzar la seguridad del recinto. Entre ellas, ha señalado la
renovación de la maquinaria utilizada por el personal de mantenimiento y
jardinería, así como la sustitución del utillaje por versiones
eléctricas, una medida que "también contribuye a la sostenibilidad
ambiental".
En relación con esta transformación, ha explicado
que las baterías de estos nuevos equipos se almacenan en una zona
subterránea conocida como "la Barbacana", que mantiene una temperatura
"más baja que la exterior".
"Allí realizamos la carga de las baterías
para evitar que las altas temperaturas pudieran provocar algún conato de
incendio", ha precisado.
En este contexto, la directora ha
puesto en valor la gestión del Real Alcázar, ya que "debemos preservar
su ADN patrimonial, que es único en el mundo".
"Por ello, realizamos
varias actuaciones cada año para garantizar su seguridad".
Dentro del Plan de Autoprotección y Emergencia, este año se ha llevado a
cabo una revisión de la ubicación de los medios contraincendios, de los
distintos recorridos de evacuación y del protocolo de actuación en caso
de emergencia. También se han realizado simulacros y acciones
formativas dirigidas al personal designado para intervenir en
situaciones de riesgo.
En relación con los simulacros,
Jáuregui ha señalado que "es fundamental planificarlos con precisión
para garantizar su correcta ejecución", debido a la elevada afluencia de
visitantes. En este sentido, ha adelantado que está previsto realizar
un simulacro "antes de que finalice el año".
En relación con la seguridad, la directora del museo ha recordado que
esta primavera se produjo un incidente en el vestuario del personal,
concretamente en una sala donde se ubican las calderas.
"Una de ellas
sufrió un cortocircuito y se incendió. Sin embargo, la alarma se activó
de inmediato y el propio personal logró sofocar las llamas en cuestión
de minutos. Cuando llegaron los bomberos, ya no quedaba nada que
apagar", ha explicado.
El Plan de Autoprotección ha sido
revisado este año por la empresa Prosegur, encargada de comprobar
periódicamente los sistemas contraincendios y emitir informes
trimestrales. Este plan cuenta con un centro de control dotado de
sistemas de alarma para una respuesta "rápida" ante conatos de incendio.
Además, el Real Alcázar dispone de puertas abatibles como medida de
protección pasiva, diseñadas para sectorizar espacios y evitar la
propagación del fuego.
En cuanto a las tareas preventivas,
fuentes del Consistorio han especificado a esta agencia que los
almacenes son revisados diariamente para comprobar el estado de los
materiales fungibles, mientras que el Director de Seguridad y el
arquitecto responsable realizan inspecciones continuas por el recinto.
Con respecto a los extintores, ha indicado que son sometidos a
revisiones periódicas, y que este año se ha incrementado su número para
mayor de seguridad. Además, ha señalado que "se llevó a cabo una
revisión específica antes del inicio del verano para garantizar su
correcto funcionamiento ante las altas temperaturas".
El
Ayuntamiento también ha subrayado que se está trabajando activamente en
la reducción de la "carga de fuego" en el recinto, mediante la retirada y
reciclaje del material inservible, como los restos de poda. De esta
forma, el pasto seco se recoge y se traslada diariamente a contenedores
herméticos habilitados para su tratamiento, evitando así el riesgo de
incendio.
Además, el forraje se humedece regularmente como
medida preventiva contra incendios, con el objetivo de "reducir su
temperatura y evitar una propagación". Asimismo, se ha llevado a cabo la
modernización de la maquinaria de trabajo, sustituyendo los equipos de
combustión fósil por herramientas eléctricas.
Dentro del Plan
de Autoprotección, se continúa con la actualización y mejora de las
instalaciones contraincendios, especialmente en aquellas zonas donde los
sistemas se han quedado "obsoletos", como en el Apeadero.
Además, se
refrigeran los servidores del sistema de vigilancia para "evitar
sobrecalentamientos", y el Ayuntamiento mantiene contratado un servicio
de mantenimiento eléctrico diario con la empresa Ágora, encargado de las
revisiones y reparaciones ante algún tipo de fallos.
El Real
Alcázar dispone de una infraestructura de seguridad, que incluye
sistemas de detección y alarma de incendios, abastecimiento de agua,
hidrantes, bocas de incendio, columna seca, rociadores automáticos,
sistemas por agua nebulizada, espuma, polvo, agentes gaseosos, aerosoles
condensados, control de humos y calor, extintores, así como
señalización luminiscente para evacuación.
Por otro lado, la Catedral de Sevilla cuenta con uno de los planes de
seguridad "más completos de España", según ha explicado su director de
seguridad, Manuel Campos. El protocolo, que se aplica las 24 horas del
día, combina sistemas de intrusión, prevención de incendios, formación
del personal y medidas pioneras de protección del patrimonio
histórico-artístico.
El sistema de vigilancia incluye un
centro de control operativo permanentemente, seguridad privada
presencial y un despliegue de cámaras de videovigilancia multicámara.
"La Catedral nunca está desprotegida", ha señalado Campos, quien ha
subrayado que la inspección del recinto es "diaria y no se limita a las
revisiones que marca la ley".
En materia de prevención de
incendios, el templo dispone de extintores, barreras iónicas y
pulsadores sectorizados, adaptados a los 23.000 metros cuadrados que
ocupa el edificio, superando las exigencias legales. Además, cuenta con
acuerdos con el Cuerpo de Bomberos de Sevilla y con la Unidad Militar de
Emergencias (UME). De hecho, en agosto del año pasado se realizó un
simulacro conjunto que incluyó también al Archivo de Indias.
Uno de los aspectos más innovadores es el Plan de Salvaguarda de Bienes
Culturales, desarrollado junto al Ministerio de Cultura. Este documento
establece, sector por sector, qué piezas artísticas deben ser evacuadas
con prioridad en caso de catástrofe, gracias a un estudio realizado por
especialistas. Los equipos de emergencia disponen de fichas detalladas
para actuar con rapidez, algo que, según Campos, "no existe en otras
catedrales españolas".
Campos ha asegurado que "el plan
contraincendios es de piedra", al tiempo que ha explicado que la "clave"
está en la combinación de tecnología, protocolos claros, entrenamiento
constante y una filosofía de vigilancia permanente para proteger un
patrimonio único en el mundo.
Por su parte, el Ministerio de
Cultura ha apuntado que el Archivo de Indias cuenta en la actualidad con
un plan de autoprotección, así como protocolos y procedimientos frente a
los eventos más previsibles, incluidos los incendios.
Además, se trabaja para la redacción e implementación de un plan de salvaguarda adaptado a las especificidades de su edificio y bienes que custodia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario