ALMERÍA.- En la provincia de Almería, el PP mantiene en sus cargos a Fernando Jiménez, vicepresidente de la Diputación, y Rodrigo Sánchez, alcalde de Fines, pese a estar imputados en el llamado “caso mascarillas”, instruido por el Juzgado de Instrucción nº 1 de Almería tras una rotunda y contundente investigación de la UCO.
Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, defendió este jueves la decisión de la diputada Noelia Núñez de dimitir de sus cargos tras admitir que falseó su formación académica.
“Es una decisión que le honra”, señaló el dirigente gallego, que aprovechó la ocasión para arremeter contra el PSOE: “Por conductas más graves, el PSOE le habría dicho que aguantase. Ni Noelia es como ellos ni yo soy como Sánchez”.
Ambos dirigentes populares están siendo investigados, junto a una veintena de personas, por su presunta participación en una presunta trama de corrupción durante la pandemia, que habría supuesto una mordida superior a 200.000 euros en la compra pública de mascarillas por valor de más de 2 millones de euros.
Según información publicada en distintos medios, la causa apunta a posibles delitos de prevaricación, malversación, organización criminal y tráfico de influencias en la gestión de contratos de emergencia en la Diputación Provincial.
El juez del caso ha llegado incluso a reprochar a la Diputación de Almería —gobernada por el PP— su actitud obstruccionista, y ha abierto una pieza separada por supuesta mala fe procesal. A pesar de estas acusaciones de gravedad, ni la dirección regional ni la nacional del PP han exigido la dimisión de los implicados.
Este contraste entre lo exigido a Noelia Núñez y la permisividad con los cargos almerienses ha sido interpretado por sectores políticos y mediáticos como un ejemplo de doble moral. Si bien el líder del PP presume de actuar con ejemplaridad frente a los errores propios, evita aplicar la misma vara de medir cuando se trata de figuras de su partido implicadas en tramas judiciales complejas.
“Las lecciones de ejemplaridad del PSOE no me conciernen porque no puede darlas”, escribió Feijóo este martes en redes sociales. Pero la hemeroteca y la situación en su propio partido en Almería lo desmienten.
El caso pone de relieve una tensión creciente en el discurso político español, donde los llamamientos a la ética se enfrentan a realidades contradictorias dentro de los propios partidos.
Mientras el PP intenta proyectar una imagen de regeneración, episodios como el del caso mascarillas en Almería debilitan esa narrativa y alimentan el escepticismo ciudadano ante la clase política.
Queda por ver si la dirección nacional del PP adoptará medidas en coherencia con las palabras de su presidente, o si mantendrá la política de perfil bajo respecto a los dirigentes implicados en escándalos como el de Almería.
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