MELILLA.- El Gobierno de Melilla ha pedido este viernes a la ciudadanía "un uso
racional y responsable del agua" para evitar un mayor impacto en la
disponibilidad del recurso porque considera que el problema del
suministro de la ciudad está previsto que dure todo el fin de semana
"después la imposibilidad de reactivar la planta desaladora", cuya
actividad quedó paralizada el pasado martes 11 de junio tras un disparo
del sistema eléctrico general.
La Ciudad Autónoma, desde que
está ocurriendo este contratiempo, está suministrando agua cada día
desde las 06.00 horas a las 16.00 horas mientras las restantes catorce
horas se producirá un corte, que afectará a todas aquellos melillenses
que no cuentan con aljibes o bidones en su hogar.
Según ha
explicado este viernes la Consejería de Medio Ambiente, "el origen de la
crisis se remonta al martes a las 11.15 horas, cuando un disparo en el
sistema eléctrico general provocó la parada total de la planta
desaladora y de los pozos que abastecen a Melilla", y desde entonces, la
planta no ha podido ser rearmada, lo que ha obligado al Ejecutivo local
a establecer restricciones para evitar el agotamiento de las reservas
hídricas.
"Pedimos a todos los melillenses responsabilidad y
un uso eficiente del agua para minimizar el impacto de esta situación y
garantizar el suministro básico hasta que se restablezca el servicio con
normalidad", ha manifestado la Consejería.
Un técnico
especializado, junto con materiales y herramientas necesarias, ha
llegado desde la península este viernes a Melilla "para realizar las
comprobaciones y reparaciones oportunas". No obstante, se prevé que la
planta no recupere su funcionamiento habitual al menos hasta el próximo
lunes.
El Gobierno local (PP)
ha recordado "el deficiente estado en que fue entregada la instalación
en marzo de 2024 por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir
(CHG) y el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO)".
Según
denuncian, la planta, que debería producir 32.000 metros cúbicos de agua
al día, "presenta graves deficiencias, falta de mantenimiento y
documentación incompleta".
El Ejecutivo melillense ha
anunciado que "pondrá en conocimiento de la justicia los incumplimientos
contractuales detectados", incluidos los relacionados con el cuarto
módulo de la planta, que sufrió un grave incidente el pasado 31 de enero
por la rotura de un tubo de presión de reciente instalación.
Este
fallo, afirman, podría deberse a un defecto de fabricación o montaje y
es objeto de reclamación a la empresa suministradora.
Además,
ha ordenado la retirada preventiva de todos los tubos de presión de esa
misma marca en el resto de módulos, "hasta determinar la necesidad de
una sustitución completa".
"Recibimos la planta sin
autorizaciones, sin documentación técnica y sin garantía de que cumple
la normativa vigente", ha subrayado la Consejería, que sigue a la espera
de que la CHG entregue los manuales de operación, certificaciones de
calidad y legalización de las instalaciones, tal como se comprometió en
el acta de cesión.
Mientras tanto, las autoridades locales
insisten en la necesidad de extremar el ahorro de agua hasta que la
desaladora pueda ser plenamente operativa de nuevo. El Gobierno
continuará informando puntualmente a la población conforme avancen las
tareas de reparación.
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