SEVILLA.- El consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús
Aguirre, ha anunciado este jueves el cierre de la alerta sanitaria por
el brote de listeriosis declarada el pasado 15 de agosto después de casi
un mes sin declararse ningún caso nuevo, aunque ha avanzado que “se
mantienen medidas de vigilancia”.
Aguirre, que ha comparecido en rueda de prensa junto al portavoz del
gabinete técnico encargado del brote, José Miguel Cisneros, ha explicado
que el cierre supone la retirada de todas las medidas extraordinarias
puestas en marcha, entre ellas el propio gabinete técnico, protocolos o
recursos humanos asistenciales.
El consejero ha señalado no obstante que “el cierre de la alerta es
un paso más, pero esto no acaba aquí”, puesto que se van a llevar a cabo
“muchas actuaciones”, ya que los grupos de asesores de salud pública
“están revisando todos los protocolos, en qué se ha fallado y cómo se
puede actuar mejor”.
En cuanto a la situación clínica actual, Aguirre ha situado en 204
los casos declarados, ya que se han restado trece que son cepas
endémicas distintas a la detectada en la empresa Magrudis, y quedan
cuatro personas hospitalizadas, lo que supone un descenso del 96,8 %
respecto al pico de 125 ingresados que se llegó a alcanzar en agosto.
El responsable de Salud ha recordado a las tres personas fallecidas
como consecuencia del brote tras consumir carne mechada contaminada de
Magrudis, así como a las siete mujeres embarazadas que han sufrido
abortos y ha lamentado “no haber podido curar a todos, porque una sola
muerte es demasiado”.
Ha destacado que el índice de supervivencia se ha situado en el 98,5 %
de los casos, “muy por encima” de otros brotes como los ocurridos en
los últimos años en Estados Unidos o Sudáfrica, y lo ha relacionado con
haber identificado “a tiempo” el foco de infección y haber inmovilizado
en 56 horas la carne contaminada.
“La respuesta asistencial ha sido muy inmediata y homogénea”, ha
argumentado el consejero, que ha añadido que “la alerta sanitaria
declarada se informó de una forma muy eficaz y muy rápida a la población
para que dejara de consumir el producto que tenían en su domicilio”.
Según Aguirre, el diagnóstico “se hizo de forma muy inmediata y el
tratamiento fue muy precoz, gracias a los protocolos que se pusieron en
marcha a través de las propias sociedades científicas”, por lo que la
respuesta asistencial fue “muy inmediata y homogénea”, con un sistema
sanitario “muy coordinado”.
El consejero ha defendido que la Junta ha basado su gestión de la
crisis “en el riesgo para la salud de los andaluces”, por lo que se ha
tratado como “un tema de salud pública” en el que se han utilizado
“todos los recursos disponibles con rigor y rapidez, de forma proactiva y
con la máxima transparencia”.
Ha señalado que, aunque se haya podido fallar “en muchas cosas”, en
la mejora de todas ellas Andalucía “ha sido novedosa” y ha dado traslado
de ellas al resto de comunidades, puesto que lo importante es que esta
crisis “sirva de algo con perspectiva de futuro”, por lo que se van a
mantener en el tiempo líneas de trabajo abiertas.
Aguirre se ha mostrado además “a entera disposición” de la juez que
investiga el caso, a la que la Junta ha entregado “toda la
documentación” porque desea que lo ocurrido “se esclarezca al máximo en
beneficio de los pacientes”, a quienes también ha ofrecido toda la
información y documentación que pudieran necesitar.
Por su parte Cisneros ha destacado que esta ha sido una cepa
especialmente virulenta y ha establecido “parte del éxito” del resultado
en la puesta en marcha del tratamiento antibiótico de forma precoz,
además de considerar que “las lecciones del brote servirán para tratar
de evitar que esto se repita”.
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