miércoles, 29 de mayo de 2013

Eliminar a Sánchez Teruel, objetivo de los antiguos guerristas / C. San Juan

No hay que ser demasiado avispado para comprobar como algunos antiguos miembros del rancio sector guerrista de Almería llevan tiempo tomando posiciones estratégicas, a lo largo y ancho de toda la provincia, preparados para saltar a cuchillo cuando llegue el momento de desbancar de la Secretaría General del PSOE a José Luís Sánchez Teruel.

Vale la pena hacer un recordatorio por ser un tema que viene de antiguo y que comenzó con una estrategia llevada a cabo con el aliento del palacio de San Telmo, de Sevilla, que tuvo como consecuencia el derrocamiento de Diego Asensio como secretario general socialista. En aquella ocasión el antiguo sector guerrista se conformó; en esta ocasión, no lo hará.

Dentro del PSOE se sabe que los guerristas hubieran deseado otro secretario general en Almería; uno que fuese de su misma cuerda que, en cualquier caso, debería contar con las bendiciones del histórico Nono Amate, quien no ha dejado nunca de ser el verdadero líder de este sector.
 
En aquel momento, que no en éste, el preferido por Nono era su hombre de confianza, además de lacayo político, Juan Carlos Pérez Navas. Pero la necesidad de acabar con el llamado “clan de Cuevas” urgentemente, antes de que hubiera que preparar las listas para el Congreso, el Senado y el Parlamento Andaluz, hizo que los guerristas de siempre se sumasen a la operación orquestada por Griñán en contra de Martín Soler y Diego Asensio, y que pasaba por poner a José Luis Sánchez Teruel al frente del partido en Almería; para los guerristas un mirlo blanco que se había visto obligado a encabezar el golpe de estado propiciado desde Sevilla.

Hasta ese momento, Nono Amate se contentó con situar a su protegido Juan Carlos Pérez Navas como secretario de Organización de la Comisión Ejecutiva Provincial; un cargo que le otorga ser el número dos del partido, mientras que a su correligionario, Antonio Bonilla, lo puso como Presidente; ambos con la intención de marcar, entre otras cosas, a Adela Segura quien, desde el principio, estableció un tandem con José Luís Sánchez Teruel prácticamente similar al que tuvieran antes Martín Soler y Diego Asensio, siendo este tandem el verdadero núcleo duro de la nueva situación política.

Pero la estrategia no quedó ahí ya que, utilizando a Juan Carlos Pérez Navas como instrumento de sus intenciones, Nono situó en el Comité Provincial y en el Comité Director a muchos de sus antiguos compañeros, la mayoría jubilados políticamente; eran éstos los mismos que un día controlaran el partido, la Diputación Provincial y muchos ayuntamientos de la provincia, y a los que algunos militantes, mucho más jóvenes, llaman “prehistóricos” o “dinosaurios políticos”.

Algunos analistas de la política provincial vieron que las iniciales intenciones del actual secretario general de incorporar jóvenes de futuro al partido se quedaban en aguas de borrajas porque, más que incorporar savia nueva, se había reclutado a viejos cadáveres políticos incapaces de regenerar el partido. Un salto generacional sí, pero hacia atrás, al decir de muchos decepcionados afiliados y simpatizantes del PSOE.


Y mientras esto sucedía, la consigna estaba clara: había que seguir dando leña al mono, léase al “martinismo”. Hasta entonces, todos los que ganaron el Congreso que aupó a José Luís Sánchez Teruel a la Secretaría General habían permanecido juntos, evidenciándose en el aparato del partido una cierta estabilidad, que ahora los guerristas se proponen romper.

Si piensan que la irrupción de Fernando Martínez, antiguo alcalde de Almería, en la política local, consiguiendo hacerse con la Secretaria General del PSOE en la capital, es casual, tengan por seguro que no lo es. Pero ¿cuáles son sus propósitos?

Por supuesto que Fernando ha salido a los medios afirmando que no quiere volver a ser candidato a la alcaldía, dominando bien la retórica que se utiliza en esos casos, y puede que sea verdad y que lo único que quiera sea ganar puntos en la consideración social y política de Almería, para hacer de su nueva situación orgánica en el PSOE el trampolín para su verdadera ambición, que no es otra que convertirse en el nuevo rector de la Universidad. 


Ni que decir tiene que Fernando Martínez y, en consecuencia los viejos guerristas, se sienten fuertes; no en vano han ganado el pulso a Sánchez Teruel a través de Adela Segura, que apoyaba abiertamente a Francisco Jiménez para la Secretaría General de la capital, asunto del que ya hablaremos en otra ocasión, como lo haremos del papel de los Ruano, Adriana Valverde, Consuelo Rumí o de los seguidores que aún le quedan a Juan Antonio Segura Vizcaino, todos confabulados contra la muy leal secretaria de Política Municipal e Institucional, Adela Segura.

Pero la consigna por ahora del antiguo guerrismo es que la superficie de la balsa esté tranquila, que no se descubran los movimientos bajo el agua, que ya llegará el tiempo de contar y de que, como una fruta madura, caiga ésta del árbol, que no es otra que José Luís Sánchez Teruel.
 
Cuando esto suceda, Antonio Bonilla estará presto para coger las riendas del partido; a nadie se le escapa que es un guerrista de pro, y el hombre que, junto a Juan Carlos Pérez Navas, ha organizado todo este tiempo al sector que perdió el poder del partido ante Martín Soler, aunque él se jacte ante sus próximos de que, a pesar de eso, ha estado en todas las ejecutivas provinciales desde entonces, integrándose como minoría o como mayoría triunfante.

El éxito de este asalto al poder dependerá de los tiempos, porque el verdadero relevo a José Luís Sánchez Teruel no es, aunque lo pueda parecer, Antonio Bonilla. El verdadero tapado del guerrismo y candidato a la Secretaría General es otro.  

1 comentario:

  1. Espero y deseo que nunca llegueis a caer tan bajo como se llegó a caer con el "clan de Cuevas".

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