sábado, 2 de julio de 2011

Convocan más protestas en Marruecos tras el "sí" del referéndum

RABAT.- Los opositores de la llamada "primavera árabe" marroquí prometieron el sábado seguir con las manifestaciones a pesar de la abrumadora victoria lograda por Mohammed VI en un referendo sobre reformas constitucionales propuestas por el monarca y que ellos dicen que no hacen nada para reducir su firme control sobre el poder.

Los resultados preliminares de la consulta del viernes mostraron que el 98,5 por ciento de los votantes votó a favor de la nueva Constitución, con una participación oficial del 73 por ciento. Según la oposición, la cifra de asistencia parece inflada, y denunció irregularidades en los procedimientos de votación.
La nueva Constitución garantiza explícitamente poderes ejecutivos al Gobierno, pero mantiene al rey como jefe del gabinete, del Ejército, de las autoridades religiosas y del poder judicial.
El resultado sigue a una campaña en los medios estatales a favor del "sí", apelando al extendido sentimiento de lealtad al líder de la dinastía más longeva del mundo árabe. Además, será seguido de cerca por las monarquías del golfo Pérsico, que hasta ahora han ignorado las peticiones de reformas internas.
"Seguiremos siendo la única oposición real en este país, la oposición en la calle", declaró Najib Chawki, uno de los coordinadores del "movimiento 20 de febrero", que carece de líderes.
"Mañana veremos cómo reacciona la gente", agregó, en referencia a las manifestaciones convocadas en todo el país para el domingo. Las protestas del domingo pasado atrajeron a decenas de miles de personas a las calles de la capital política, Rabat, la comercial, Casablanca, y la ciudad portuaria de Tánger.
Ali Buabid, del comité ejecutivo de la Unión Socialista de Fuerzas Populares, cuestionó los procedimientos en su colegio electoral.
"Entregué mi tarjeta de votante y pregunté si deberían verificar mi identidad. Me respondieron 'nosotros no hacemos eso'", dijo en su página de Facebook.
Otros denunciaron que sólo hubiera 13 millones de votantes registrados, cuando hay casi 20 millones de marroquíes en edad de votar, y pusieron en duda la elevada participación.
El movimiento opositor no ha conseguido atraer el apoyo masivo que ayudó a derrocar a los presidentes de Túnez y Egipto, y el hecho de que gran parte de los marroquíes no atendieran su llamamiento a boicotear el referéndum podría ser otro revés para su popularidad.
Las reacciones desde Francia y España, los dos países europeos más aliados de Marruecos, fueron positivas.
"En el inestable contexto regional, en el que el proceso democrático se ha visto obligado a imponerse en ocasiones por la confrontación violenta (...), Marruecos ha logrado en cuatro meses dar un paso adelante pacífico y mediante el diálogo", dijo un comunicado del ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé.
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, envió un mensaje de felicitación al monarca alauí en el que asegura que "España es y seguirá siendo su primer aliado en este reto que su país está afrontando y que la Unión Europea se ha comprometido a acompañar y apoyar".
"La respuesta dada por la sociedad marroquí confirma su profundo deseo de abordar los cambios sugeridos por Usted en pos de un marco político más democrático. El compromiso demostrado por SM al liderar estos cambios se convierte en un referente para muchos otros países", agregó en un telegrama.
La nueva Constitución preserva varios privilegios para el rey, como la disolución del Parlamento - aunque no unilateralmente, como ahora - y la designación de cargos clave. Se queda corta respecto a las peticiones del movimiento de protesta, una amalgama de islamistas e izquierdistas laicos que quieren una monarquía parlamentaria en la que los poderes del rey de la oscurantista élite real sea controlada por diputados elegidos.
Mohamed VI, de 47 años, ha tenido cierto éxito en mejorar el sombrío legado de abuso de los derechos humanos, elevado analfabetismo y pobreza que le dejó su padre, Hassan II, tras 38 años en el trono, pero sus detractores dicen que sigue habiendo una gran brecha entre ricos y pobres y se quejan del respeto a los derechos humanos y al estado de derecho.
Marruecos es un decidido aliado occidental que ha reforzado la cooperación contra el terrorismo y la inmigración ilegal, sobre todo con una Unión Europea deseosa de evitar la extensión del radicalismo islámico en su flanco sur.

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