martes, 1 de febrero de 2011

Se cuentan por decenas de miles los manifestantes presentes hoy en la plaza Tahrir de El Cairo


EL CAIRO.- Las cadenas de televisión árabes están informando de "cientos de miles" de manifestantes en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, pero mientras Al Yazira asegura que ya se ha llegado a "más de un millón" de personas, Al Arabiya mantiene una cifra más prudente y habla de "alrededor de 200.000".

   Los manifestantes se han reunido en el centro de la capital para participar en la llamada 'marcha del millón', convocada por la oposición para reclamar la dimisión del presidente de Egipto, Hosni Mubarak.
   Por otra parte, según Al Yazira, el Ejército ha decidido utilizar un uniforme diferente del habitual para que no se le confunda con posibles "falsos militares".
   Varias fuentes aseguraron que algunos comercios de efectos militares habían sido asaltados y que algunas personas podrían portar uniformes del Ejército para saquear y robar. Al Yazira ha asegurado, citando fuentes militares, que los soldados han detenido a varios "saqueadores".
La Policía egipcia ha levantado alambradas de púas alrededor del Palacio Presidencial de Hosni Mubarak, en el barrio cairota de Heliópolis, según informó la cadena de televisión Al Yazira.
   El palacio se encuentra a unos 17 kilómetros de la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, donde cientos de miles de personas se manifiestan desde esta mañana para reclamar la dimisión del presidente. En principio, el objetivo de los manifestantes es dirigirse a Heliópolis.
   Por otra parte, según Al Yazira, los manifestantes han interceptado un vehículo que transportaba armas automáticas en el momento en que intentaba acceder a la plaza Tahrir.
   Horas antes, la cadena emiratí Al Arabiya había asegurado que los comités populares que organizan la marcha estaban colaborando con el Ejército en el registro de las personas que intentaban llegar a la plaza para evitar la entrada de armas.
El Ejército egipcio prometió ayer lunes que no recurriría al uso de la fuerza contra los manifestantes y declaró que sus demandas eran "legítimas" y que "la libertad de expresión" estaría garantizada para todos los ciudadanos que empleasen medios pacíficos para manifestarse.
La coalición opositora Comité Nacional para el Seguimiento de las Demandas del Pueblo ha advertido de que solo dialogará "con el Ejército sobre el proceso pacífico de transición cuando "se vaya" el presidente Hosni Mubarak, según declaró este martes un miembro del grupo opositor ilegal Hermanos Musulmanes.
   "Nuestra primera demanda es que se vaya Mubarak", declaró Mohammed al Beltagi, un antiguo parlamentario perteneciente a Hermanos Musulmanes. "Solo entonces se podrá dialogar con el estamento militar sobre los detalles de la transición pacífica en el poder", añadió.
   El Comité Nacional, explicó, reúne a los Hermanos Musulamnes, a la Asociación Nacional para el Cambio --presidida por Mohamed ElBaradei--, a otros partidos políticos y a importantes personalidades, incluidos dirigentes del cristianismo copto.
El líder opositor egipcio Mohamed ElBaradei ha reclamado al presidente del país, Hosni Mubarak, que dimita "antes del viernes" para evitar "un baño de sangre" y ha advertido de que solo será posible un diálogo entre Gobierno y oposición una vez haya abandonado el poder.
   "Puede haber diálogo pero tendrá que ser después de que las demandas de los ciudadanos se cumplan y la primera de ellas es que el presidente Mubarak dimita", ha señalado el Nobel de la Paz en declaraciones a la cadena Al Arabiya, explicando que el diálogo abordaría los preparativos para un gobierno de transición y la disolución del Parlamento.
   "Espero ver un Egipto en paz y eso requerirá como primer paso la marcha del presidente Mubarak. Si el presidente Mubarak se va, entonces todo progresará correctamente", ha añadido el líder opositor, que regresó la semana pasada a Egipto para participar en las protestas contra el presidente, en el poder desde 1981.
   Así las cosas, ha conminado a Mubarak a que abandone su cargo "de aquí al viernes", como le piden los cientos de miles de ciudadanos que se encuentran congregados en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, con el fin de evitar que se produzca "un baño de sangre".
También el secretario general de la Liga Árabe y antiguo ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Amr Musa, se han mostrado "dispuesto a servir el pueblo de Egipto" y ha celebrado "la posición del Ejército" ante las manifestaciones convocadas en El Cairo y otras partes del país para exigir la dimisión del presidente Hosni Mubarak.
   "Estoy dispuesto a servir al pueblo de Egipto en cualquier puesto", declaró Musa a la cadena de televisión Al Arabiya. "Celebro la posición del Ejército", prosiguió. "Debemos iniciar el diálogo", agregó.
   Según el prestigioso periodista Sultan al Qassemi --cuyo twitter está ayudando a difundir muchas de las informaciones de Al Arabiya y Al Yazira--, "se dice que cuando Mubarak sintió que Amr Musa se estaba volviendo demasiado popular como ministro de Exteriores, lo nombró para la Liga Árabe", una organización que calificó de "inútil".
   Un dirigente de la formación opositora ilegal Hermanos Musulmanes, Essam el Eriyan, ha reclamado, por su parte, que el presidente del Tribunal Supremo sustituya en la jefatura del Estado a Hosni Mubarak y ha pedido una "nueva Constitución".
   En declaraciones a Al Yazira, El Erian afirmó que "la legitimidad de Mubarak y de su Gobierno ha acabado" y advirtió de que su partido "se niega a hablar con Mubarak o con (el nuevo vicepresidente, Omar) Suleimán".
   Por su parte también, la formación opositora legal Al Wafd ha reclamado "la formación de un nuevo Gobierno y la disolución del actual Parlamento" y ha pedido que los egipcios elijan "un comité del pueblo" que redacte una nueva Constitución.
   "La legitimidad de Mubarak ha quedado anulada por la revuelta popular, ha llegado el momento de constituir un nuevo Gobierno", añadió un portavoz en un comunicado, que fue redactado, aseguró, con la colaboración de los Hermanos Musulmanes y del líder opositor Mohamed ElBaradei.
La Internacional Socialista, la organización mundial de los partidos socialdemócratas, socialistas y laboristas, ha expulsado al Partido Nacional Democrático del presidente egipcio Hosni Mubarak, han confirmado en Madrid fuentes del PSOE.
   El secretario general de la Internacional Socialista, el chileno Luis Ayala, ha enviado una carta a la formación que lidera Mubarak en la que le informa del "cese de su pertenencia" a la organización y le subraya el compromiso de ésta con "una democracia más integradora", han añadido las mismas fuentes.
   La Internacional, que agrupa a 159 partidos políticos y organizaciones de todos los continentes, ha aplicado en este caso la misma decisión que tomó tras las revueltas en Túnez, cuando expulsó a la Reagrupación Constitucional Democrática del presidente Zine El Abidine Ben Ali.
   En aquella ocasión, la Internacional explicó que la expulsión del partido de Ben Ali reflejaba "los valores y principios que definen" a la organización, así como su posición sobre los acontecimientos que se desarrollaban en el país magrebí.

Petición de la ONU
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha señalado este martes desde Ginebra que tiene datos no confirmados de hasta 300 muertos en las manifestaciones de la última semana en Egipto y ha hecho un llamamiento a la calma de cara a la protesta de hoy, que podría ser un "momento fundamental", además de pedir garantías de que Ejército y Policía no hacen un uso excesivo de la fuerza.
   "Las víctimas han estado aumentado a diario, con datos no confirmados que sugieren que hasta 300 personas habrían muerto hasta ahora, más de 3.000 habrían resultado heridas y cientos habrían sido detenidas", ha señalado Pillay en un comunicado.
   "Pido a las autoridades egipcias que garanticen que la Policía y otras fuerzas de seguridad evitan escrupulosamente el uso excesivo de la fuerza", ha señalado Pillay, reclamando igualmente una "investigación plena sobre el papel de las fuerzas de seguridad en la violencia que se ha registrado en los últimos días".
   Pillay ha recordado al régimen del presidente Hosni Mubarak que debe proteger a los civiles y garantizar sus derechos, incluido "el derecho a la vida y a la libertad de reunión y de expresión". En este sentido, ha advertido de que "no debe haber detenciones arbitrarias de personas simplemente por protestar o por expresar sus opiniones políticas".
   "Todo el mundo está observando cómo el presidente y el Gobierno reconfigurado reaccionan a las continuas protestas reclamando un cambio radical en un amplio espectro de derechos civiles, políticos, sociales, culturales y económicos", ha incidido la responsable de la ONU.
   Así las cosas, ante la previsión de que hoy se puedan congregar un millón de personas en la plaza Tahrir de El Cairo, Pillay ha instado "tanto al Ejército como a la Policía a actuar con el mayor cuidado y contención".
   "También pido a los manifestantes que eviten cualquier acto de violencia que pueda enturbiar los extraordinarios logros hechos hasta ahora", ha añadido, considerando que "la marcha de este martes es probable que sea un momento fundamental en la transición en Egipto hacia una sociedad más libre, justa y democrática".
   En otro orden de cosas, además de criticar el hecho de que siga en vigor en el país el estado de emergencia desde 1981, lo que "demuestra claramente que los Derechos Humanos no son una de las principales preocupaciones" de Mubarak, ha solicitado al Gobierno que "deje de interferir en los sistemas de comunicaciones, Internet y transporte, así como con periodistas y medios de comunicación como Al Yazira que están intentando informar de la situación".
   "Los ciudadanos tienen derecho a protestar y la libertad de información es especialmente importante en momentos como estos", ha defendido Pillay.
   Por último, la máxima responsable en materia de Derechos Humanos de la ONU ha hecho un llamamiento a "todos los gobiernos, tanto en esta región como en otras, a reflexionar sobre el hecho de que, a largo plazo, la estabilidad verdadera y duradera no depende de un aparato de seguridad despiadado o de un férreo control militar sino del desarrollo de los Derechos Humanos y la democracia".
   "La estabilidad no puede buscarse sólo desde la óptica de la seguridad. Este es un método corto de miras que, en último término, está llamado al fracaso", ha remachado.

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