viernes, 31 de diciembre de 2010

Un año que ni para reciclaje / Rafael M. Martos

Bastaba ver la cara del presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, en su última comparecencia de 2010 para tener evidencia cierta de que estamos de funeral. Y por si faltaba poco, escuchamos a Pepegriñán lanzando el mismo mensaje de 2009 por estas fechas, como si fuera la letanía del entierro al que asistimos inexorablemente.

¿Hacer balance de 2010? ¡No por favor! Balance de este nefasto año, no, me niego, no quiero saber más de un año que comenzó con la muerte de los tripulantes del Helimer, y que el ministro Blanco (nada de Pepe ni Pepiño, que él no es Griñán) prometió solemnemente investigar con urgencia y acabamos sin tener nada más que un informe técnico preliminar -que ya había cuando vino él- y uno laboral en el que se reflejan irregularidades en la empresa que operaba el vuelo de Salvamento Marítimo siniestrado.

Sí, eso ha sido este año 2010, aunque nos parezca que ocurrió hace una eternidad. Y es que la crisis, la puñetera crisis, es lo que ha marcado el discurrir de esto que se acaba. Para muestra el incremento del desempleo mes tras mes en prácticamente todos los sectores, y con el único alivio de que "ya no crece al mismo ritmo que antes"... ¡toma, pues claro, que ya no hay la misma cantidad de empresas!

Pero para imagen real, la que escuchábamos por boca del concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Almería, Pablo Venzal, en el pleno de los presupuestos: la recaudación por licencias urbanísticas ha caído un 70% respecto al año anterior, y los ingresos por IVA se han quedado en la mitad.

Para aderezar esa realidad, en vista de que los había esperanzados en que la agricultura salvara el tipo de la provincia, todos ellos siempre desde su bien apoltronada situación en alguno de los gobiernos, nos llega el golpe del tratado Unión Europea-Marruecos. Eso ha sido de vergüenza.

Más allá del daño que va a suponer para los intereses agrícolas almerienses, lo peor es que se ha dejado en evidencia que a nosotros, a los andaluces, no nos defiende quien debería hacerlo. Así hemos visto que la ministra de Agricultura que comenzó el año reconocía no tener ni idea de por donde iban las negociaciones ni los trámites, mientras la ministra con la que lo acabamos -decía ser andaluza y de izquierdas- pues... que a la chica no le parece mal... pues que pregunte, que pregunte a COAG, a ASAJA, a UPA, a lo que queda de la Interprofesional, a COEXPHAL... que pregunte...

No, al final aquí el año transcurrido se nos ha ido -como si el tiempo no hubiera pasado- con polémicas sobre   el soterramiento (... por donde va este tema?), con el tranvía, con el 18 de Julio, con el materno-infantil (... dicen que licitado... ya veremos cuando la Junta no pague qué pasa...), con el Cargadero del Mineral (... último día última hora para cumplir al menos con la foto de rigor que dentro de cuatro meses hay elecciones municipales, y toca!)...

Lo que también ha hecho correr ríos de tinta ha sido la situación del PSOE de Almería, y en especial la elección de candidato a la Alcaldía, algo que bien mirado, no deja de tener su gracia. Y la gracia es que las encuestas lo dan como claro perdedor, y sorprende que haya tanta gente interesada en encabezar ese fracaso colectivo.

La verdad es que no se han andado por las ramas. Eso de que un concejal diga de otro en una entrevista, que no le gusta como candidato porque prefiere a alguien que llegue con las manos limpias... es muy fuerte, y que el que recibe la acusación no encuentre una sola palabra de cariño por parte de la dirección andaluza... es aún más fuerte... por eso Antonio Cantón se acabó yendo.

Aquí quien mejor ha jugado sus cartas ha sido el presidente de la Diputación Juan Carlos Usero, que se las ha arreglado para ir dejando en la cuneta -no todas tan yermas como la del mencionado empresario de fortuna, o que se lo digan a Juan Carlos Pérez Navas- a todos los candidato a candidatos y alzarse él con la nominación definitiva.

Si en esa habilidad para moverse entre unos y otros hasta lograr su objetivo, sorprendió Usero, no es menos cierto que también ha llamado poderosamente la atención su gestión de la Diputación. Hemos descubierto que le paran obras por ser ilegales, hemos descubierto que sigue teniendo gente del PAL como asesores de Presidencia, hemos descubierto que los dos diputados del PAL siguen representando a la Diputación en diversos organismos, hemos descubierto como adjudica servicios de modo tan sospechoso que tiene que dar marcha atrás, hemos descubierto extraños juegos -y lamentables- con los presupuestos de la Residencia Asistida... y podríamos seguir. Esa sin duda no era la imagen que teníamos de Usero.

En el PP aún están tranquilos. Lo único claro es que el concejal Esteban Rodríguez y la periodista Ana Labella, estarán en la lista del PP en las próximas elecciones municipales, tras la disolución de GIAL, y eso que Juan Megino sigue haciéndose el remolón... intentando vender caro lo que queda de su partido en la provincia. El hecho es que carece de control sobre él, y que los "gialistas" de la provincia no van a hacer aquello que Megino y Gabriel Amat acuerden: harán lo que les de la gana.

Y a todo esto, 2010 ha sido el año de la excarcelación de la totalidad de los imputados en la Operación Poniente. Ha sido la vuelta al Ayuntamiento -que no a la normalidad- del alcalde de El Ejido, y del ex interventor José Alemán y su rubia (de bote, de bote caro, pero de bote) esposa. Ahí siguen.

Ha sido prolífico el año en noticias de la Operación Poniente, y mientras unos se han limitado a anunciar el levantamiento del secreto del sumario una y otra vez, otros hemos contado exclusivas tales como aquella reunión de imputados en Almerimar, o hemos desentrañado que se cocía detrás del alquiler de Alemán a Acuamed de unas oficinas, o cómo manejaba empresarialmente La Voz de El Ejido mediante tres presuntos testaferros a quienes daba órdenes y de quienes recibía información.

Tan intenso ha sido el año en todos los sentidos que, sinceramente, es bueno que se acabe.
 
2011 nos trae unas elecciones municipales como poco, y ello en medio de una profunda bancarrota de los Ayuntamientos, con unos prespuestos autonómicos tan desquiciados como los de la Diputación.

2010 ha sido un año tan malo que si fuera basura no sería reciclable.

¿Podremos con 2011?

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