Si el PSOE de El Ejido fuese el AVE / Rafael M. Martos

Si Manuel García Quero fuera conductor de ese AVE que nunca pasará por Almería, lo habrían echado de la empresa sin indemnización por las pérdidas ocasionadas.

En los últimos tiempos, el secretario general del PSOE ejidense y parlamentario andaluz, ha llegando tarde a todas las estaciones, y ya sabemos que los retrasos del AVE se compensan al cliente devolviéndole el importe del billete, que en el caso que nos ocupa sería la devolución –o la retirada más bien- del voto.

El último desajuste horario se produjo en la mañana del viernes en el Ayuntamiento, donde el alcalde, Juan Enciso, presidía el primer pleno desde que está en libertad bajo fianza imputado por cinco delitos en la Operación Poniente.

Se trataba de un pleno extraordinario, y por tanto, sin ruegos ni preguntas, aún así, la portavoz del grupo municipal socialista, Guadalupe Fernández, se empeñó en hacer uso de la palabra para pedir explicaciones a Enciso y recriminarle su empecinamiento en seguir en el sillón.

Se empeñó, sí, pero el alcalde acabó echándola –y con ella se fue su grupo- por no atenerse al orden reglamentario.

Más tarde, el secretario general del Partido de Almería, José Añez, hacía una reflexión del todo certera. Recordó Añez que el PSOE se había negado a apoyar la petición del PP de un pleno extraordinario sobre la situación de Enciso, argumentando que estaba bajo secreto sumarial, por lo que resultaba incomprensible que ahora, en un pleno en el que no se pueden hacer preguntas y además fuera de orden, se olviden de ese secreto y ahora sí le pidan cuentas.

Añez definía perfectamente el comportamiento del PSOE con una bonita palabra andaluza: paripé.

También fue paripé la propuesta de una moción de censura que hizo Fernández, prácticamente 48 horas antes de que expirara el plazo para que este tipo de armas políticas se puedan usar. La iniciativa la hizo el PSOE sin ni siquiera consultarla con el PP, y a sabiendas además de que necesitaba el respaldo de varios ediles del PAL.

Es decir, una iniciativa que necesitaba el apoyo de más de media docena de concejales no socialistas es propuesta in extremis. Obviamente era imposible que contara con apoyos, y ellos lo sabían.

Pero nada de esto debería sorprender a nadie, y desde luego en El Ejido no sorprende, ya que lo que hoy es la Operación Poniente, una actuación judicial que ha tenido al alcalde ocho meses en prisión y al interventor nueve, que lleva imputadas a más de medio centenar de personas… para García Quero, cuando el PP e IU presentaban papeles ante la Fiscalía Anticorrupción, era algo sin fundamento, era fruto de “conversaciones de barra de bar”.