martes, 8 de diciembre de 2009

Condenan a un cabo destinado en Almería por no acudir a unas maniobras militares por problemas familiares

ALMERÍA.- El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la pena de tres meses y un día de prisión para un cabo legionario destinado en la base militar Álvarez de Sotomayor, en Viator, que se incorporó a su puesto una semana mas tarde del permiso que tenía concedido a causa, según alegó, de un problema familiar de "índole económica" que debía resolver en otra provincia.

El Alto Tribunal rechaza el recurso de casación interpuesto por el acusado al considerar en su sentencia que estaba advertido por su oficial superior de que su decisión podía constituir un delito de abandono de destino durante una conversación teléfonica en la que avisaba de que retrasaba su vuelta al acuartelamiento de la Brigada de la Legión (Brileg) Rey Alfonso XIII.

El fallo que ratifica la decisión del Juzgado Togado Militar Territorial número 23 de Almería señala que el testimonio del oficial que prestó ante la sala dejo claro que la réplica de éste a la petición del cabo "tiene una comprensión que está al alcance de cualquier persona con una mediana formación cultural y más aún en el ámbito de las Fuerzas Armadas".

El acusado, perteneciente a la octava compañía de la VIII Bandera del Tercio Don Juan de Austria, tenía un permiso extraordinario concedido por problemas familiares desde el día 25 de abril al 1 de mayo de 2007, fecha en la que su unidad participaba en un ejercicio táctico denominado 'Baluarte' en el que tenía que estar presente como jefe de escuadra.

Así se lo había trasmitido su capitán en el momento de concederle el citado permiso, según recoge el fallo, que apunta que el día 30 de abril el cabo llamó a su Unidad y habló con un teniente para indicarle que no se iba a presentar el día 1 pues tenía un trabajo en Málaga "y necesitaba el dinero por que tenía un problema familiar de índole económica y de carácter grave".

El superior le recordó la obligación de comparecer en la fecha indicada y, en caso contrario, le advirtió de las consecuencias que tal falta podría acarrearle. Apenas 48 horas después, volvió a comunicarse para decir que se presentaría el día 7, por lo que fue nuevamente advertido, esta vez, sobre la posible comisión de un delito pese a lo cual se incorporó el día 8.

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