sábado, 1 de noviembre de 2025

Condenan al guía y el piloto de una patera con 30 inmigrantes que pidió auxilio cuando naufragaba

 ALMERÍA.- La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a cuatro años de prisión a dos hombres acusados de pilotar y guiar una patera con una treintena de inmigrantes sirios y argelinos a bordo que quedó a la deriva tras estropearse el motor y que se vio obligada a pedir ayuda a las autoridades españolas con un teléfono satelital cuando comenzó a entrar agua en la embarcación.

Según consta en la sentencia, los acusados reconocieron los hechos durante la vista oral, por lo que fueron condenados por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros después de que la Fiscalía atenuara sus peticiones iniciales.

La resolución da por probado el rescate de la patera con 31 personas --incluidos los dos acusados-- a bordo sobre las 6,00 horas del 11 de febrero de este año, cuando se encontraba a unas 19,5 millas náuticas de la costa de Mojácar  a bordo de una embarcación semirrígida equipada con un motor de 200 caballos.

Los acusados, de 33 años cada uno, fueron los encargados de transportar a todas las personas desde las costas de Argelia a cambio de una cantidad indeterminada de dinero a sabiendas de que iban en contra de la legislación española en materia de inmigración.

Los condenados reconocieron que colaboraban con una organización dedicada al traslado ilegal de personas desde Argelia, de modo que uno de ellos se encargaba de pilotar la patera y el otro tenía encomendadas las labores de apoyo, en concreto, el manejó de los dispositivos de navegación y el repostaje de gasolina.

Los implicados asumieron "lo arriesgado del viaje" que iniciaron a las 15,30 horas del día anterior a ser encontrados a bordo de una pequeña patera "totalmente inadecuada para el número de inmigrantes que la ocupaban" que carecía "de las mínimas condiciones de seguridad".

La embarcación no tenía iluminación adecuada ni equipos de comunicación, ni chalecos salvavidas, siendo especialmente peligroso el sistema de alimentación del motor mediante bidones de combustible "que conllevaba un gran riesgo de incendio o deflagración" al tiempo que aumentaba el peso de la patera. Los inmigrantes se vieron obligados a viajar sentados entre los bidones.

El riesgo para la vida de los inmigrantes se vio incrementado debido a que la nave quedó a la deriva "durante horas" a causa del "deficiente estado del motor", que se averió por el camino.

Esto, unido al "precario estado" de la patera, hizo que en la misma entrara agua, por lo que tuvieron que pedir auxilio a las autoridades españolas con teléfono satelital usado para contactar con la organización criminal

La navegación se realizó, en parte, en horas nocturnas, con vientos variables de fuerzas 2 a 5, que oscilan entre los 4 y 21 nudos, y el estado de la mar de marejadilla a marejada, "existiendo el riesgo, que finalmente se concretó, de quedar a la deriva" a una gran distancia de la costa "sin ningún tipo de comida o bebida".

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