sábado, 1 de junio de 2019

¿Por qué fracasó el Comunismo? / Guillermo Herrera *

Toda la vida me he preguntado por qué fracasó el Comunismo, y, aunque he hallado muchas respuestas oficiales, ninguna de ellas me convencía del todo, y trataba de hallar mis propias respuestas. Esta mañana creo haber hallado mi clave personal.

El sistema comunista es totalmente insectoide, ya que la colmena lo es todo y el individuo no es nada, por lo que no tiene ningún reparo en aniquilar al individuo sin contemplaciones, siempre que estorbe al supuesto interés colectivo.

Por el contrario el Capitalismo extremo sería todo lo inverso, es decir, desarrollar al máximo el individualismo egoísta aunque perjudique al interés general de la sociedad, es decir, a costa de crear privilegios para unos pocos y miseria y desigualdad para la mayoría. Esto es otro desequilibrio tan malo como el Comunismo.

Ambos sistemas, Comunismo y Capitalismo, nacen de una visión parcial del ser humano, porque no somos insectos ni tampoco somos islas. Somos a la vez individualistas, colectivistas, y además tenemos una dimensión espiritual y trascendente machacada por el Comunismo y despreciada por el Capitalismo materialista.

SEDUCCIÓN
Reconozco que el Comunismo ha sido muy atractivo, especialmente para los jóvenes, porque prometía pan y trabajo para todos, es decir, igualdad y solidaridad que son valores supremos de la cultura cristiana. Pero luego unos eran más iguales que otros, y la represión de la creatividad individual perjudicaba a los propios intereses del desarrollo económico. Por eso China al final tuvo que hacer concesiones al sistema capitalista para poder desarrollarse.

La hoz y el martillo es un símbolo astrológico estilizado del planeta Saturno, y ya sabemos lo que da de sí la energía autodestructiva de Saturno, el padre que devora a sus propios hijos. Por eso las purgas estalinistas acababan destruyendo a su propia gente.

Reconozco que no es nada fácil reconciliar los intereses individuales y colectivos, y al mismo tiempo potenciar la dimensión espiritual y trascendente del ser humano. Por eso no se ha inventado todavía el sistema perfecto. Pero la humanidad va en esa dirección poquito a poco.

¿UTOPÍA?
No se trata de inventar ningún sistema político extraño, sino de descubrir primero la verdadera naturaleza multidimensional del ser humano y luego de adaptar el sistema al servicio de nuestra naturaleza.

Lo que intentan hacer los malos es justo lo contrario, tratar de adaptar nuestra naturaleza a un sistema diseñado para servir a sus propios intereses egoístas. Es como tratar de calzar a presión un zapato que es más pequeño que la medida de nuestro pie. Simplemente no funciona, por mucho que lo fuercen, y por mucho dolor que provoque.

Solamente a partir de la verdadera naturaleza del ser humano, se puede construir un sistema que funcione, que nos ayude a sobrevivir con facilidad, y que aporte felicidad a toda la Humanidad. 

Me dirán que soy un soñador utópico, pero tarde o temprano acabará imponiéndose la Verdad porque no hay otra solución. La Mentira no funciona. Lo contrario sería forzar los acontecimientos a costa de provocar mucho sufrimiento y conflicto.

No sufran más con tanta mentira. ¡Que todo el mundo encuentre paz, felicidad y armonía!


 (*) Periodista

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