sábado, 2 de abril de 2011

Rojas Marcos recuerda en Antas que Felipe González era partidario de que los militares apartaran a Adolfo Suárez


ANTAS.- El histórico andalucista Alejandro Rojas Marcos ha recordado en una conferencia organizada por la asociación cultural Argaria, de Antas, que el socialista Felipe González le dijo en un viaje que compartieron a Barcelona que había que acabar con el presidente Adolfo Suárez, de la UCD, y que el PSOE estaba hablando con los militares.

Rojas Marcos hizo esta revelación como invitado a unas jornadas que se vienen desarrollando bajo el título “La historia desde dentro: 23 de febrero de 1981”.

Rojas Marcos, que fue presentado por el director de Noticias de Almería, Rafael M. Martos, destacó la actitud decisiva del Rey Juan Carlos I a la hora de frenar el intento de golpe de Estado del 23-F, y también de Suárez, de quien dijo que estaba psicológicamente preparado para que en cualquier momento un militar entrara en su despacho y le pegara un tiro, por lo que guardaba un arma en un cajón.

Respecto a González, mencionó lo escandalizado que se sintió ante sus palabras en aquel vuelo, que luego se verían confirmadas por las comidas que tuvieron algunos destacados socialistas, como Múgica, con militares que finalmente protagonizarían la intentona golpista, como el entonces General Armada. 

Rojas Marcos reconocía la influencia en esos momentos tenían los militares en el discurrir político, pero que no parecía lo más adecuado “jugar” con este tipo de cosas. Aseguró que González estaba dispuesto a transigir con un gobierno presidido por un militar y en el que hubiera representantes de todos los partidos incluido el comunista Jordi Solé Tura, pocos meses después ministro de Cultura en el primer gobierno del PSOE, con tal de apartar de la escena política al presidente Suárez.

El histórico andalucista, de quien Martos recordó que fue detenido por primera vez a los 18 años durante el Franquismo, y que posteriormente volvió a ser detenido y condenado a pena de destierro, rompió una lanza por quienes se agacharon cuando sonaron los disparos de los guardias al entrar en el Congreso, asegurando era lo normal. 

Rojas Marcos añadió a este detalle que el grupo andalucista, compuesto por siete diputados, estaba en la parte más alta del hemiciclo, y que recuerda perfectamente los destellos de los disparos, y que precisamente por su ubicación les cayeron encima los cascotes del techo.

Otro detalle que mencionó es que los guardias “se lo bebieron todo”, que dejaron el bar del Congreso sin una gota de alcohol.

Pero más allá de estas consideraciones, afirmó que lo importante “no son las anécdotas sino el análisis político”, y en ese sentido, junto al reforzamiento de la imagen del Rey, está que los partidos centralistas se aliaron para atar en corto a los nacionalistas. 

Aseguró, en relación a esto último, que “no se trataba de que el nacionalismo estuviera desmadrado ni mucho menos, sino que los centralistas aprovechan cualquier oportunidad, sea la que sea y venga de donde venga, para reducir las posibilidades de autogobierno”.

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