martes, 7 de septiembre de 2010

El PSOE quiere perder en El Ejido / Rafael M. Martos


Cuando se produce la llamada telefónica interceptada por la Policía Judicial en el transcurso de la investigación de la Operación Poniente, en la que una persona le transmite al entonces interventor del Ayuntamiento de El Ejido, José Alemán, que el PSOE quiere que él les de un nombre como candidato a las elecciones municipales, sabía muy bien qué decía. Se trataba, según se refería en la charla, de que la izquierda también estuviera representada, pero de modo moderado, manejable, que no se fuera a desmandar y liarla.

El interlocutor del que es hoy por hoy considerado como el alma mater de esta presunta trama por la que están imputadas más de medio centenar de personas, tenía ante sí una difícil papeleta ya que la "niña" al parecer "no quiere" y "Manolo" pues "no puede ser".

La niña no es otra que Guadalupe Fernández, a quien también rozó el escándalo de los asesores de la Diputación de Almería.

Lo importante en las actuales circunstancias es saber si el PSOE de El Ejido tiene interés real y cierto en ganar las próximas elecciones municipales, y todo parece indicar que no.

No entraremos en recordar quienes fueron otros candidatos socialistas, pero sí los resultados que obtuvieron, y es fácil entender que aunque le compren un periódico, la "niña" no es la mejor opción para salir victoriosa en esta batalla tan dura.

En 1995 el PSOE obtuvo 5.841 votos, en 1999 llegó a los 6.885, en 2003 bajó a 5.820, pero en 2005 se hundió más hasta 5.191.

Visto en porcentaje, de 31,54 sube a los 35,98, baja al 25,59 y vuelve a bajar hasta los 21,4.

Quien ha protagonizado los peores resultados del PSOE en El Ejido es Guadalupe Fernández, y los mejores -mal que le pese a algunos- es su mentor Manolo García Quero.

La pregunta por tanto es, que si los mejores los obtuvo García Quero y los peores Fernández ¿cual es la razón de que haya candidata y no candidato?

Por si a alguien le pudiera interesar, los datos del PP son inversamente proporcionales a los del PSOE, y así, en 1995 logra 9.583 votos, en 1999 son 10.178, en 2003 suben a 15.213, y e 2007 se quedan sólo en 3.859, pero si le sumamos los del PAL que eran 12.584, supera los 16.000.

Y lo mismo, los porcentajes que empiezan en 1995 son de 51,57, en 1999 son 53,18, en 2003 alcanzan los 66,88 y en 2007 si sumamos PP más PAL rondan el 68%.

Puede ser que aquellas palabras de que "la niña no quiere" (lo de que "Manolo no puede" tiene más tela que cortar de la que cabe aquí, por ahora) tengan que ver con que a Guadalupe Fernández no quiere ser lo que quienes la promueven quieren que sea en ese enjambre de intereses que es el Ayuntamiento de El Ejido.

Su aceptación de la candidatura demuestra que sí, que está dispuesta otra vez a ser lo que quieren que sea, aunque esta vez le han regalado un periódico para agradecérselo, y de camino que con él pueda dar ejemplo de esa pluralidad y esa objetividad que siempre ha reclamado en los medios de comunicación ejidenses públicos y privados.

Prometió que si no era la suya la lista más votada no gobernaría el Ayuntamiento, y si lo primero ocurriera, lo segundo... seguro que no. Basta ver cómo el destacado y liberado concejal socialista José Miguel Alarcón, es el perejil de todas las salsas conspiranoicas, y que igual que no tiene problemas en sentarse a la mesa con tres imputados en la Operación Poniente, tampoco tiene problema en pasar de centurión a fontanero.

Paco Espinosa se quedó con ganas de ser alcalde, y fue Juan Enciso quien le ganó, y fue Juan Callejón quien le metió en el marrón, si bien luego tampoco le fue tan mal, que es lo que tiene el PSOE. Su nombramiento en Madrid le ha hecho pasar de la marginalidad crítica a la referencia crítica. Los socialistas ejidenses críticos con la actual dirección ya tienen su mesías (uf... igual la metáfora es excesiva), que es algo que les falta a los socialistas críticos de la capital y de la provincia.

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